Políticas

18/8/2023

Antes del “congelamiento”, YPF adelanta los aumentos en los combustibles

El gobierno acordó un aumento del 12,5% para los combustibles y además le otorgó beneficios impositivos a las petroleras.

Naftazo

Luego de que la petrolera Raizen (Shell) avanzara en un incremento arbitrario del 12,5% en el precio de la nafta, el gobierno aplicó el mismo aumento con YPF (que concentra la mayor parte del mercado y fija la pauta para el resto), compensando a las patronales por la devaluación que aplicó el lunes luego de las Paso. Así, los consumidores continúan pagando de su bolsillo el costo de las políticas oficiales de ajuste, mientras las petroleras preservan sus dividendos.

El naftazo influye además en el encarecimiento de las mercancías en general por su impacto en la cadena productiva y especialmente en los costos logísticos y de transporte. Sin ir más lejos, también hubo autorización oficial para que los colectivos eleven un 6,2% el costo del boleto en el AMBA. El gobierno continúa echándole leña al fuego inflacionario que corroe el poder adquisitivo de los laburantes.

Las petroleras, luego de la devaluación, pugnan por equiparar los precios del mercado interno con los precios internacionales en alza del barril. El gobierno accedió a darles el aumento que piden (el segundo en el mes de agosto), pero además les otorgó beneficios impositivos para que los precios de la nafta se mantengan congelados hasta el 31 octubre (momento de nuevas fluctuaciones cambiarias producto de las elecciones), es decir que solo se mantendrían durante 2 meses.

Sobre este punto, Massa sostuvo: “Una parte del impacto de la devaluación la termina asumiendo el consumidor, una parte la terminan asumiendo las empresas y otra parte la asume el Estado, que va a resignar los recursos que cobran impuestos a las refinerías a los efectos de garantizar un sendero”.

Sin embargo, vemos que las empresas no lo absorben porque en 8 meses el gobierno les concedió aumentos que ya acumulan un 63% promedio. El Estado, según lo que dice Massa, resignaría los impuestos que se cobran con el precio en surtidor (por lo que quedaría para la empresa), pero se beneficia con la recaudación mediante otros impuestos al consumo como el IVA, el cual crece al mismo ritmo que la inflación y lo pagan los laburantes.

Con este incremento las ganancias de las petroleras ya quedan cubiertas y estas prebendas impositivas se suman a las rebajas en las retenciones y el acceso a dólares para girar sus dividendos al exterior, todos beneficios otorgados por el gobierno que incentiva a que las patronales exporten todo el crudo posible. Mientras tanto, los consumidores continúan siendo víctimas de nuevos naftazos en los surtidores y de nuevos incrementos en el precio de todas las mercancías, cuando los salarios pierden poder adquisitivo y no aumentan en la misma medida.

La dolarización que propone Milei agravaría profundamente el cuadro partiendo de la base de que requiere una mega devaluación para ser llevada adelante, lo que aumentaría exponencialmente los precios y hundiría los salarios: una hiperinflación. Además, el libertario plantea eliminar las retenciones, lo cual asimilaría automáticamente los precios internos con los internacionales. Esto demuestra que el programa de Milei es una profundización del camino que nos trajo a esta debacle, y que defiende los mismos intereses capitalistas de todos los gobiernos de turno.

Es necesario luchar por defender los salarios y para enfrentar todas estas políticas antipopulares que buscan descargar la crisis sobre las espaldas de quienes viven de su trabajo, impulsando la deliberación y la organización de los trabajadores.

https://prensaobrera.com/politicas/a-donde-va-la-argentina-luego-del-triunfo-de-milei-y-la-devaluacion-de-massa-y-el-fmi