Políticas

31/8/2021

Anuncian el cierre del canje de deuda en la provincia de Buenos Aires

Kicillof mejora los términos del repago de la deuda externa, los bonistas buitres festejan. 

Kicillof anunció este lunes 30 los términos del canje de deuda con el 98% de los bonistas que son tenedores de los títulos en moneda extranjera. La “última” fecha fijada para el canje, después de veintiún postergaciones, fue el pasado 26 de agosto. Los “nacionales y populares” presumen, con este acuerdo, el haber alejado definitivamente el fantasma del default mediante el “pago sustentable” de la deuda. Todo lo contrario, de lo que afirma el relato del kirchnerismo, el acuerdo es la rendición completa del gobierno frente a las exigencias del Comité de “Acreedores” y su sponsor el FMI.

Historia de una capitulación

Cuando todavía falta ver la letra chica del acuerdo de confidencialidad, la tercera “propuesta” de Kicillof es una enorme concesión a los bonistas buitres que metieron presión durante casi un año y medio rebotando todas las ofertas presentadas por el gobierno. Más del 80% de la deuda está nominada en moneda extranjera y sometida al vendaval de las devaluaciones. En febrero del 2020, Kicillof pagó 9.300 millones de pesos al  fondo de inversión Fidelity, que luego vendió sus acreencias a otros bonistas integrantes del Grupo Ad Hoc, también poseedores de títulos del gobierno nacional. Los 9.300 millones de pesos -unos 277 millones de dólares de entonces- salieron del tesoro bonaerense, descapitalizando a la provincia en las puertas de la pandemia.

Kicillof sumó como garantía de pago la prórroga del presupuesto de “tierra arrasada” de Vidal durante todo el 2020, otros pedidos de endeudamiento con organismos internacionales y la votación del Presupuesto Provincial 2021 de ajuste, que también fue votado por los “nacionales y populares” y “neoliberales” con la excepción de la bancada del Frente de Izquierda. Está claro que Kicillof asumió el pago de la deuda externa usurera como un político burgués al servicio del capital y como cuestión de Estado por encima de la salud, la educación, la vivienda y el salario.

El gobierno provincial se jacta de haber conseguido la reestructuración de deuda “sin el salvataje” del gobierno nacional. Señal de que deberá bancarse el impacto del ajuste en las elecciones legislativas en un cuadro de gran disconformidad popular por el 50% de pobreza, los despidos y caída de los salarios y jubilaciones frente a la inflación. Por lo pronto, en las vísperas del anuncio del cierre del canje, las burocracias del Frente de Unidad Docente Bonaerense (Fudb), con Baradel a la cabeza, apuraron el visto bueno y en tiempo récord de una paritaria a la baja, en cuotas, y que deja a la mayoría de la docencia por debajo de la canasta de pobreza.

En el “canje exitoso” primaron las exigencias del FMI para reducir el déficit fiscal que el ministro albertista Martín Guzmán llevó a niveles históricos de ajuste, superiores al macrismo. El deslinde de Alberto Fernández del “salvataje” fue también una señal fuerte a Kicillof para que acuerde de inmediato con los bonistas, y no caiga en la cesación de pagos. Esta situación quedó para la foto con la comparecencia de Kicillof frente a Guzmán quien le achacó al gobernador torpedear las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional. La ofensiva buitre, amparada por el gobierno de Alberto Fernández, llegó a los tribunales de Nueva York con las demandas millonarias del Grupo Ad Hoc, fuerza de choque de los bonistas, una presión extra para que Kicillof abra la canilla del pago inmediato de los intereses devengados en el año y medio de “negociación”

Impagable

Hasta abril del 2020. Kicillof, y su ministro de Hacienda y Finanzas Pablo López, declaraban que era impagable toda propuesta por encima de un periodo de gracia de tres años, del reconocimiento del 55% de intereses y una quita del capital total del 7%. Esta era la propuesta que el gobierno provincial declaraba como “sustentable”. A la par, Kicillof y Pablo López, designaban como asistentes del canje por un valor de 7.148 millones de dólares a dos conspicuos buitres de la banca internacional y del capital financiero que juegan a ambos lados del mostrador, el Citi Bank y el Bank of America. La refinanciación de deuda sin investigación, a pesar de su carácter fraudulento, confirmó que el peronismo es pagador serial.

Como dijimos, la “reestructuración” parte del reconocimiento integral de la fraudulenta y usurera deuda externa en moneda extranjera y de corto plazo amasada bajo el gobierno de Vidal, Scioli y los anteriores gobiernos peronistas. Las sucesivas ofertas “mejoradas” al dente del Comité de “acreedores, tuvieron como garantía la profundización del ajuste contra los trabajadores. Esto, a pesar de que fue el propio jefe de gabinete Carlos Bianco, quien declarara que el reconocimiento del 55% de interés era una “propuesta generosa” en un contexto internacional donde los valores de los títulos, bonos y acciones se desplomaron. El canje no representa una negociación soberana, como proclaman Kicillof, Máximo y Cristina, sino una revalorización de los títulos en default.

Poco duró, también, este relato y el límite del 4% para los cupones. En abril del 2021, el kirchnerismo “enmendó” su propuesta original como prenda de “buena fe”. En Prensa Obrera adelantamos que, con la “enmienda” del canje, el Frente de Todos de la provincia de Buenos Aires se aprestaba a tirar la toalla ante los buitres. La llamada “financiación alternativa” pactada con Cambiemos, y que buscaba nuevos endeudamientos con los Organismos Multilaterales de Crédito, quedó empantanada y sometida al cierre del ruinoso acuerdo de deuda con los bonistas. Con la oferta “mejorada”, el ministerio de Hacienda bonaerense dio por tierra con el verso de la negociación sustentable “sin comprometer la sostenibilidad fiscal, social y financiera”.

En su tercera versión, que hoy anunciaría el gobierno después de acordar con Golden Tree Asset Managment, el canje incluye cupones promedio del 5,6%, por encima del 4% “límite”, y una valorización del 60% de los bonos defaulteados. La impostada reducción de los servicios financieros por 4.400 millones de dólares es en realidad la convalidación de una deuda impagable. Eliminada la quita de capital, el gobierno de Kicillof ofreció pagar desde el 2022 los intereses devengados desde el 2020. En danza está además el pago de “buena voluntad” que exigen los buitres para levantar las demandas judiciales en los tribunales de Nueva York, que es la jurisdicción extranjera donde litigan.

Enfrentemos a los pagadores seriales con la Izquierda

La celebración del “acuerdo” con los bonistas retrata la perfidia y el derechismo del Frente de Todos, y en primer lugar la condición de pagador serial del kirchnerismo. El 98% de adhesión al canje que festeja Kicillof no es otra cosa que la imposición de los bonistas y un golpe a los reclamos populares. El Partido Obrero y el Frente de Izquierda Unidad rechazan este pacto ruinoso y se movilizan por el no pago de la deuda usurera, fraudulenta y ajustadora al FMI y los bonistas bonaerenses.

Rechazamos esta sangría brutal a los trabajadores que atiza más el fuego en una provincia quebrada y potencialmente explosiva por la miseria popular. Las reiteradas confirmaciones de Berni al frente de la maldita policía y la Bonaerense están atadas a la represión de la protesta social y las luchas populares. Un ministerio de “seguridad” al servicio de los bonistas y todos los ajustadores. El Frente de Izquierda Unidad hace de la campaña electoral una tribuna por el no pago de la deuda, un plan económico de los trabajadores bajo control obrero, y la reorganización social de la provincia de Buenos Aires sobre nuevas bases sociales.

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