Políticas
26/6/2020
Anuncios del gobierno: parece fase 1… pero no es
A pesar del pico de contagios, los empresarios condicionan la cuarentena.
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El anuncio que acaban de difundir el presidente Alberto Fernández, el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires Horacio Rodríguez Larreta y el gobernador de la provincia de Buenos Aires Axel Kicillof, donde se establece mayores restricciones a la circulación en el Área Metropolitana de Buenos Aires (Amba), trae implícita una trampa: el regreso a la fase 1 de la cuarentena sería para el conjunto de la población menos para las patronales excluidas, las que durante estos 100 días han ganado un importante terreno.
Las medidas anunciadas se centran en mayores restricciones a la circulación y al uso del transporte público en el Amba (solo para esenciales). Las actividades esenciales que regirán son unas 24, aunque su definición ambigua es la excusa para la continuidad de muchas actividades que carecen de esencialidad: continuarán varias industrias, gran parte de las empresas situadas en parques industriales de la provincia, las que cuenten con procesos de producción continuos y las que destinen su producción a la exportación, entre otras. Y continuará el subsidio ATP para las patronales. Para los comerciantes y pequeños propietarios solo se ofrecen créditos a tasa cero –en la Ciudad volverán a cerrar unos 70 mil y son otros miles en la Provincia. El IFE se cobraría una tercera vez, aunque solo se ha anunciado para la zona del Amba donde muchos aún no recibieron el segundo pago. Tambien continuará el tan criticado Detectar como medio para identificar nuevos casos, sobre la base de encuestas a los ciudadanos.
Esta nueva (vieja) fase regirá a partir del próximo 1 de julio hasta el 17, del mismo mes, donde se volverá a evaluar la situación. El anuncio, además de engañoso, resulta tardío: hace al menos dos semanas que el gobierno nacional viene reconociendo la necesidad de restablecer íntegramente la cuarentena debido al crecimiento exponencial de los casos de contagios. Se trata de un valioso tiempo en el cual los indicadores de la circulación y propagación del virus no dejaron de crecer.
Al día de hoy la ocupación de camas de cuidados intensivos (UTI) del Amba escaló al 54,1% (50% CABA y 56,2 PBA). Estos números confirman los pronósticos más caóticos sobre la saturación del sistema sanitario en la zona que registra un 90% de los casos de Covid-19 de todo el país y el 97% de los nuevos contagios, seguida por la provincia de Chaco para la cual no se resolvió ninguna medida. La estimación de un investigador del Conicet de que la última cama de UTI sería ocupada dentro de un mes, vistos los acontecimientos, quizás haya sido optimista. Es que la curva de contagios viene trepando a un ritmo acelerado. En el día de ayer se registraron 2.606 nuevos casos -1.482 de PBA y 942 de CABA- que suman a los más de 50.000 casos nacionales, con una Tasa de Incidencia (casos informados cada 100 mil habitantes) que se dispara en la zonas de mayor hacinamiento como CABA y PBA.
El transporte, los comercios y la industria
Fernández, Kicillof y Larreta han dedicado todos sus esfuerzos a poner el eje de la discusión en la circulación en el transporte público e incluso en los “runners”, los que tambien vuelven a fase 1. Incluso se ha barajado la hipótesis de suspender el transporte interurbano, llegando al actual acuerdo de mayores restricciones. El argumento sería que la disparada de casos en la Provincia impactaría en una mayor propagación en la Ciudad, donde gran parte de la actividad económica ha sido restablecida. Sin embargo, en estas últimas semanas solo un 13% de los usuarios (147 mil) se trasladan desde el Conurbano a la Ciudad, y un 3% hace el viaje inverso, siendo que el 65% (710 mil) se mueve entre los distintos distritos del Gran Buenos Aires (Clarín 25/6).
El crecimiento de la circulación en el Gran Buenos Aires está directamente asociado a la reactivación de miles de industrias y actividades exceptuadas de la cuarentena. A las actividades consideradas esenciales el gobierno nacional fue sumando todas aquellas empresas que tramitaran su reapertura sobre la base de presentar sus protocolos sanitarios, cuyo cumplimiento nadie supervisa.
Se trata de un cheque en blanco para las patronales, que justifican su actividad como esencial o como parte imprescindible de una de estas, o incluso solo elaboran sendos protocolos que nunca verán la luz del día. Es así que la propagación del virus encuentra su lugar predilecto en los lugares de trabajo, dando lugar a las situaciones que estamos viendo con casi 500 contagios en los supermercados; 90 contagios en el ferrocarril, que ya cuentan los seis muertos; 22 contagios en Coto Lanús</a>; 16 casos en la metalúrgica San Cayetano, en Burzaco; 7 casos en Toyota de Zárate; 3 positivos en Volkswagen, en Tigre –la cual había reabierto hace alrededor de un mes-; contagios en Bridgestone, en Llavallol, que dieron lugar a un paro de los trabajadores y la lista sigue. Los residentes y concurrentes de CABA denuncian que los centros de salud no tienen los insumos suficientes, análoga situación se vive en la provincia de Buenos Aires aunque Kicillof se ponga a enumerar aviones y barcos. En ambos es alta la tasa de contagios.
Cuando Kicillof hizo hincapié en que “hay que cerrar todo” no se refería a la actividad industrial cuyo funcionamiento no está justificado, ni a los casos esenciales donde se han vulnerado todos los cuidados.
El colapso sanitario
Todas las cifras mencionadas, respecto al “reacondicionamiento” y la “ampliación” del sistema sanitario solo son de utilidad si se las compara con su capacidad de responder a la crisis en curso. Fernández dejó en claro que la única forma de evitar un colapso sanitario era volver al punto del cual no tenía que haberse corrido el país. Toda la inversión en camas de UTI exhibida por ambos gobiernos quedó puesta en jaque por la escalada de contagios de los últimos 20 días.
El sistema sanitario del Amba está saturado porque no han hecho nada para detener la propagación del virus en las barriadas obreras, donde más recrudecen las necesidades y se multiplica el hacinamiento, lo que hace trastabillar a un sistema de salud no apto para una demanda en tiempos normales, ni mucho menos de pandemia. Alberto Fernández felicitó el trabajo de Larreta en los barrios carenciados de la Ciudad donde los contagios y las muertes ocuparon los titulares de los periódicos nacionales durante semanas.
Al hablar de la Tasa de Incidencia en la Argentina no pudo omitir mencionar lo que todos saben: que se testea poco. Tratando de opacar esto con el hecho de que los contagios superan la incidencia de la realización de más testeos, por lo que debiera tratarse de causas independientes, cuando en verdad se trata de ambas cosas.
El regreso a fase 1 en el Amba es un reconocimiento de que la liberalización progresiva impulsada por las patronales nos lleva a un colapso que el propio régimen no puede sostener, de ahí este viraje de última hora, aunque preservando los intereses de los grandes capitalistas. Es evidente que sobre estas bases no se pueden garantizar la salud y la vida de la población trabajadora. Necesitamos que los recursos nacionales sean reorientados al combate de la pandemia, con un sistema centralizado de salud en manos de los trabajadores y especialistas, para lo que es necesario dejar de financiar a las grandes patronales y al capital financiero y redirigir los recursos a preservar la vida de los trabajadores. En esa dirección se inscribe también el proyecto del frente de Izquierda de un impuesto a las grandes fortunas.