Políticas
20/3/2020
Anuncios incumplidos y migajas para los más pobres
Reiteramos el reclamo de $30.000 para todos los trabajadores sin protección.
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La profundización de la miseria social como consecuencia de las medidas tomadas para afrontar la pandemia de coronavirus debe alertarnos. Son alarmantes los datos que muestran un cuadro de extensión de la miseria social, agravada por la política de un enorme número de empresarios que buscan descargar también esta crisis sobre las espaldas de sus trabajadores.
El gobierno destina a la asignación de partidas para afrontar la pandemia 1.700 millones de pesos en el caso de salud, más otros 1.700 millones de refuerzo para los planes sociales (3.000 por cada uno para abril), más otros 5.000 millones (especulativo, porque aún no se informó el monto) que puedan llegar como paliativo para el millón de personas que no recibe ningún beneficio asistencial que hoy el ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, estaría adelantando que ocurrirá. Estos fondos no llegan a cubrir ni el 6% del total de deuda pagada por el mismo gobierno entre enero y febrero de este año.
Esta orientación conspira contra los objetivos que el gobierno declara tener. Todos los fondos resultan insuficientes y a esto hay que sumar que es el propio Alberto Fernández se niega a centralizar el sistema de salud, lo que lo coloca en el camino de afectar intereses empresariales y a obligar a las empresas a ceses de actividades que no sean centrales lo que provoca una circulación de trabajadores forzados por el interés de lucro de este o aquel empresario. Los despidos y suspensiones sin salarios no han sido prohibidos.
Trabajadores no registrados: migajas a destiempo
Hace 72 hs. que Arroyo informó un refuerzo por única vez para los planes sociales de $3.000, igual monto para las pensiones y jubilaciones mínimas completando el momento correspondiente hasta alcanzar los $18.892 y la duplicación por única vez del cobro de las AUH. A excepción de estas últimas, cuyo cobro se produce hacia fines de mes, el resto recién se estará cobrando para el 5/4, cuando ya habrán pasado más de 20 días sin que la gente pueda completar los ingresos asistenciales que reciben y luego de que hayan perdido sus changas. Esta información sobre la demora en realizar el depósito de dinero de gente que está bancarizada no tiene “circulación social”.
La población de trabajadores que cobran planes sociales de 8.400 pesos de ninguna manera puede mantenerse ni mantener a una familia con esos ingresos y es obvio que son también los que realizan infinidad de changas para poder completar sus ingresos y sobrevivir, como es el caso de la venta ambulante que está totalmente paralizada o el caso del empleo doméstico. Toda esta realidad laboral representa más del 40% de la actividad laboral que se realiza de manera informal en un país que hace años está en recesión y que no ha creado puestos de trabajo genuino sobre la base de una genuina industrialización. Como ocurre con el propio coronavirus, el peor afectado es siempre aquel que tiene enfermedades preexistentes. La clase trabajadora argentina ha sido afectada hace mucho tiempo por la propalación de un virus que es el de los gobiernos pagadores seriales de deudas y primarizadores de la economía.
Para los que no cobran ni AUH ¿ni planes sociales?
Por estas horas el ministro Daniel Arroyo estaría anunciando una medida para aquellos que no cobran ni planes sociales ni AUH, que sería el cobro por única vez de $5.000 (cifra no confirmada). Este universo de personas serían aquellos sobre los cuales correspondería una apertura de la inscripción a planes que Arroyo y Alberto Fernández han rechazado de plano desde que asumieron. Se trataría, según algunas estimaciones, de un millón de personas. Existe una franja que cobra AUH y AUE, que se encuentra que un total desamparo ya que el gobierno ni la incluye para el cobro de este bono o paliativo de 5.000, ni les permite inscribirse para cobrar un plan social. Estos sectores, que son mayoría de mujeres, quedan en un total desamparo.
Dieron al tema de las mujeres un estatus de Ministerio para terminar silenciando las verdaderas penurias de esta mayoría social ampliamente castigada.
Son múltiples los sectores desprotegidos que con el correr de los días se verán en situación desesperada, como vendedores ambulantes en toda la geografía nacional, como los músicos y artistas callejeros que son más de 10.000 en el área metropolitana y de los cuales 3.000 se han empadronado ya con Músicxs Organizadxs porque carecen de todo ingreso ante la cuarentena.
Monotributistas
Según las declaraciones de Alberto Fernández junto al anuncio de la cuarentena total el 19/3 y las declaraciones del propio Arroyo durante este 20/3, también anunciarían algo para los monotributistas, sin embargo dicho anuncio aún no llegó y a juzgar por lo que plantean otorgar a los sectores que no reciben ninguna asistencia, lo que se otorgue no pasaría de ser un paliativo absolutamente menor. En este caso hablamos de un universo de unas 2 millones de personas muchas de ellas empleados en relación de dependencia, víctimas del fraude laboral, sostenidos con pagos de contratos temporales que desde enero padecieron el incremento de la cuota del monotributo en un 53%. En muchos otros casos estamos hablando de profesionales y trabajadores de un amplio abanico de disciplinas que no están pudiendo trabajar para vivir. Miles de mujeres que ofrecen servicios de “belleza corporal” que requieren un contacto directo que no puede realizarse hoy y decenas de otras tareas.
El aislamiento social no existe como tal si los privados hacen lo que quieren y si los trabajadores más pobres y afectados por el parate de la economía son condenados a pasar peores penurias. Reiteramos el reclamo presentado por Romina Del Plá ante el Presidente personalmente en la reunión en Casa Rosada: $30.000 para todos los trabajadores en negro, monotributistas, cuentapropistas, desocupados y beneficiarios de planes sociales, así como la elevación a ese monto del salario y la jubilación mínimas. Los recursos están si se los priva al capital usurero internacional.
No importa cuánto se burlen los nuevos juglares del poder de turno, ofrecer un programa y un punto de vista de la clase trabajadora al abordaje de esta crisis resulta fundamental para afrontar el coronavirus y para evitar que se sumerja a las mayorías populares en la miseria.