El viernes 5 se realizó un plenario interhospitalario de los Autoconvocados de la Salud.

Asistieron alrededor de 250 delegados y trabajadores. En un clima combativo se escucharon diversos informes y los mandatos de asambleas. En todos los casos, se daba cuenta de atropellos de los directores y de violaciones al acta-acuerdo, en especial el decreto del 13 de enero que reglamenta las actividades de los trabajadores, el cual impide el funcionamiento sindical de las asambleas y la movilidad de los delegados.

Todos los mandatos reflejaron el descontento salarial y la necesidad de reclamar lo que no se consiguió el año pasado: unos 200 puntos en la base de cálculo salarial, que representará un 65% de aumento. El hospital Avellaneda presentó un pliego más completo, que contemplaba el aumento salarial, un nuevo cuadro de escalafón profesional, la necesidad de exigir una reunión al gobierno sin intermediarios (de la Iglesia) y la elección de paritarios en un plenario general. Varios mandatos traían mociones de reiniciar medidas de acción “para marcar la cancha nuevamente”.

Como resultado de las deliberaciones, se acordó una nueva interhospitalaria para discutir el pliego paritario con base al reclamo de aumento del 65%. Para exigir la derogación del decreto disciplinario se convocó a una movilización el 23 de marzo.

Al finalizar el plenario, frente a la confusión creada por uno de los referentes del sector conciliador (alineado con el PCR) que se presentó como delegado de la Maternidad, los delegados reconocidos explicaron que una asamblea de base le había revocado el mandato y expusieron las pruebas. Ante esto, el plenario decidió reconocer lo resuelto por la asamblea de base de la Maternidad. La Salud está de pie y vuelve a marcar el rumbo a los trabajadores tucumanos.