Políticas

1/3/2024

Argentina en dólares: los precios más caros y los salarios más baratos

Comparamos lo que sucede en Argentina con los precios de los productos y los ingresos de la población respecto de otros países.

Argentina tiene uno de los salarios en dólares más bajos de la región.

La devaluación ejecutada por el gobierno licuó los salarios y jubilaciones de forma criminal, porque al mismo tiempo los precios al consumidor se mantienen carísimos medidos en dólares. Es lo que surge si comparamos lo que sucede en Argentina con los precios de los productos y los ingresos de la población respecto de otros países. Los números desmienten de forma categórica a los que reclaman una reforma laboral para abaratar un costo laboral supuestamente elevado.

El valor promedio de unas zapatillas en Argentina es U$S 110 ($96.000), muy por encima de lo que se paga en los Estados Unidos (U$S 82), México (U$S 52), Brasil (U$S 69) o España (U$S 83). En el caso de la leche, si bien sigue siendo un poco más barata que en otros países, su precio se incrementó un 60% en dólares de diciembre a febrero. Algo similar sucede con el paquete estándar de fideos secos: al día de hoy, su cotización interna alcanza los US$1,02 mientras que en diciembre rondaba los US$0,55, y ya superó los U$S 0,78 a los que se vende en España (ElDiarioAr, 28/2). En el país de los alimentos, la comida comienza a tornarse más cara que en el resto del mundo.

Otra muestra es el caso de la venta de automotores. La Jeep Cherokee nueva en Argentina alcanza los US$ 155.000, cuando en Estados Unidos se sitúa en el orden de los US$ 66.000 y en España alrededor de US$ 90.000. Una Renault Sandero en Argentina sale U$S 19.135, en Estados Unidos U$S 10.000, una diferencia del 91%. En otro orden de magnitud, pero similar relación se sitúan los precios de los teléfonos celulares, el Iphone Pro (128) sale U$S 3318 en Argentina, mientras su precio en Estados Unidos es de U$S 999, una diferencia del 232%. La TV Smart Samsung 4K de 75 pulgadas sale U$S 1400 en Argentina, mientras en Estados Unidos su precio es de U$S 829, una diferencia del 68% (El Cronista, 27/2)

El efecto es el contrario en el caso del salario mínimo, el cual experimentó un incremento de tan solo el 15,3% entre diciembre y febrero, y desde marzo será equivalente a U$S 193 ($202.000), el salario más bajo de la región medido en dólares después de Venezuela. En Estados Unidos y España el salario mínimo ronda los US$ 1.300, una diferencia del 573%. La jubilación mínima, por su parte, se ubica en U$S 128, mientras en España lo hace en U$S 825 mensuales para los jubilados sin cónyuge y en Estados Unidos en U$S 800, una diferencia aproximadamente de 584%.

Estos números refutan incluso que Argentina sea barato en otros sentidos, como el transporte y el combustible, cuyo costo además se traslada al precio de todas las mercancías. Un trabajador que tiene que ir y volver de su trabajo durante 5 días a la semana gasta mensualmente casi el 6% de un salario mínimo o el 8% de una jubilación mínima. En España, un trabajador que va y vuelve de su trabajo gasta el 1.6% de un salario mínimo. Un tanque de gasolina de 13 litros (una moto chica que muchas veces se utiliza para realizar trabajos precarios o changas) representa casi un 5% de un salario mínimo, mientras en España representa 1,76%.

Así, para comprar un par de zapatillas, un argentino tiene que gastar 2 tercios de un salario mínimo, mientras que un estadounidense o un español la décima sexta parte de un salario mínimo. Para comprar un Iphone Pro en Argentina se necesitan 18 salarios mínimos, mientras en Estados Unidos se necesita un tercio de uno. Para comprar una TV Smart en Argentina se necesitan 7 salarios mínimos, mientras en Estados Unidos el precio representa la mitad un salario mínimo.

La consecuencia directa de esta situación es la estrepitosa caída del consumo evidenciada durante los primeros meses del año. Según CAME, en enero, la caída interanual de las ventas en el comercio minorista PyME fue de 28,5%. El gobierno de Milei asumió afirmando que la recesión y la caída en la demanda haría bajar la inflación, como vemos la estampida inflacionaria continúa, el ajuste fiscal lo pagan trabajadores, jubilados y los sectores más pobres, y lo que caen son los ingresos y las condiciones de vida de la población. En paralelo, los que se benefician son los capitalistas con la mano de obra hiper barata del país y la desregulación que promueve Milei.

Un ejemplo claro de esto es el lobby de las petroleras para equiparar en el mercado interno los precios internacionales de los combustibles. No hay justificativo para que paguemos la nafta a precios de exportación, porque las compañías operan en gran medida con costos en pesos, especialmente pagando salarios devaluadísimos. Todo esto, desde ya, se agravaría en caso de que finalmente el capital agrario y el resto de los especuladores impongan un nuevo salto en el tipo de cambio, llevando al país a la hiperinflación mientras acrecientan ganancias por sus exportaciones o porque tienen bonos de deuda indexados.

Debemos enfrentar en las calles el ajuste que el gobierno descarga sobre espaldas de laburantes, jubilados y los sectores más pobres. Hay que luchar por una recomposición generalizada de salarios y jubilaciones para que sean iguales a la canasta básica familiar, hoy ubicada en 600 mil pesos, por apertura y aumento de la asistencia social y trabajo genuino.

https://prensaobrera.com/politicas/plan-de-lucha-hasta-la-huelga-general