Políticas

19/9/2002|772

Argentina salva al Banco Mundial

Apenas estalló la crisis argentina, el imperialismo acuñó la frase “la Argentina no contagia”, que, sin embargo, le alcanzó para un par de semanas. Rápidamente se produjo la “caída” uruguaya, la fuga de capitales en Brasil, el derrumbe bursátil en España, las pérdidas de los principales bancos internacionales, las quiebras de Enron, Worldcom y Vivendi, y los quebrantos billonarios de Telecom, Telefónica y otros grupos económicos.


Con todo, lo que no se reparó es en que entre los principales “contagiados” están el Fondo Monetario, el Banco Mundial y el BID, es decir, los responsables de evitar los contagios de la crisis capitalista.


La Argentina le debe al BID casi 9.000 millones de dólares, lo que representa el 20% de su cartera de préstamos y el 65% de su patrimonio. La deuda con el Banco Mundial es de casi 10.000 millones de dólares, el 8% de sus préstamos y el 32% de su patrimonio. Con el FMI la deuda es de unos 16.000 millones de dólares.


Hasta ahora, la Argentina estuvo pagando los intereses y los vencimientos de capital con los organismos imperialistas, y prorrogó por un año los vencimientos con el Fondo Monetario. En los próximos meses vencen deudas con el FMI, el BM y el BID por unos 8.000 millones de dólares, de los cuales una gran parte deberían ser prorrogados porque el Banco Central no tiene reservas para pagarlas.


Aunque formalmente la Argentina no está en “default” con los organismos imperialistas, en la práctica se trata de un “deudor moroso”, que se suma a otros países que no están pagando sus deudas. Por ese motivo, por ejemplo, el Banco Mundial tuvo que previsionar 4.000 millones de dólares por eventuales pérdidas en su cartera de préstamos.


Según los diarios, tanto el BID como el BM estarían presionando al FMI para alcanzar un acuerdo con la Argentina porque “enfrentarían una catástrofe si Argentina amplía el default a los organismos internacionales de crédito” (Clarín, 13/9). “El default ante los organismos llevaría a estos bancos (BID y BM) a una situación financiera de alto riesgo” (Clarín, 10/9)


Ya esos organismos y bancos imperialistas están pagando tasas de interés más altas para “fondearse” (obtener créditos que luego represtan) en los mercados internacionales, y podrían dejar de recibir redescuentos o créditos si la Argentina declara formalmente el “default” porque las calificadoras de riesgo les bajarían la nota o calificación para recibir préstamos.


Todo esto limita además la capacidad de intervención de esos organismos en la crisis financiera internacional, porque deberían recuperar préstamos y no dar nuevos “socorros” financieros.


El gobierno de Duhalde acentuó los controles a los exportadores y a la fuga de capital porque quiere acopiar dólares en el Banco Central para pagar la mayor cantidad de vencimientos, en especial con el Banco Mundial, que no admite prórrogas. Por esta “buena letra” querría ser recompensado con un acuerdo, aunque limitado, con el FMI.


Sin embargo, la crisis capitalista mundial sigue abriéndose paso. En su último Informe, el FMI adelantó que por la alta exposición en Brasil, los préstamos de los bancos internacionales se van a reducir en ese país y también en otros considerados “seguros”, como México (O Estado , 13/9).


“La exposición de los bancos extranjeros en Brasil es grande: 142.000 millones de dólares. Los bancos norteamericanos proveen 34.000 millones en financiamiento de corto y largo plazo. Los cuatro mayores bancos europeos proveen 68.000 millones” (ídem). Ni qué decir la “exposición” del FMI, Banco Mundial y BID. Esta es la dimensión y amplitud de la crisis financiera internacional.