A diferencia de lo que ocurrió en la mayoría de los distritos, en Merlo el voto al Frente para la Victoria disminuye cuando se trata de los cargos municipales.

A pesar del enorme caudal de dinero de los jubilados, que el Concejo Deliberante manejó en el período eleccionario, como subsidio o como obra pública, a Othacehé lo votan menos que a Kirchner, quien está en pleno desabarranque, lo cual no es poca cosa.

Esta corriente de rechazo fue capitalizada por el Nuevo Encuentro, que en nuestro distrito está conformado por la gente de Sabbatella, Libres del Sur, el PC y el SI (Macalusse), que cosechó el 12 por ciento de los votos y logró dos concejales. El sabbatellismo es, a lo sumo, una oposición de palabra a Othacehé. No fue animador de las luchas que se fueron librando contra los atropellos del intendente. En la principal de ellas, en defensa del CBC, el intendente de Morón se opuso a cederles un lugar para que funcionara allí la UBA. Es decir, se borró y no quiso enfrentar al aparato mafioso de Merlo. Sabbatella, un aliado histórico del kirchnerismo, no quiso desafiar a la Casa Rosada, que sostenía al intendente.

Completando el panorama, el sector de De Narváez logró cuatro concejales, que dijeron seguirán votando con el oficialismo todo aquello que “favorezca” a Merlo.

Nosotros, el Partido Obrero, desarrollamos una campaña muy importante; nos dirigimos a los trabajadores de la zona, realizamos actos en las fabricas, entre otras Pirelli, Ecotrans. Levantamos tribunas de agitación en los barrios. Más que en otras oportunidades, compañeros del Polo se sumaron activamente a la campaña, en particular en los barrios de Pericón y Samoré. Sufrimos amenazas, el secuestro del auto que realizaba la propaganda sonora, lo mismo nos ocurrió con la camioneta con la que realizábamos las pintadas.

Esta enorme tarea no se tradujo en una votación masiva, aunque, de todo modos, importa destacar que logramos el 1,11% en el orden local( por la boleta que no fue pegada con la nacional) y 1,40% a diputados nacionales. Si tenemos en cuenta la circunstancia de las boletas separadas, podemos afirmar que cosechamos un total de votos superior a los 5.000 (un poco más del 2%) y que, de esa forma, duplicamos los votos de 2007 y recuperamos la votación de la elección de 2005.

 

Jose María Escobar