Tras una convocatoria abierta y actividades previas, la asamblea de Morón movilizó alrededor de 70 personas este 24 de marzo, sumándose al torrente de centenas de miles que salieron a luchar contra el gobierno negacionista. Se trata de un número destacable visto que el impulso inicial de la lucha comenzó hace tres meses con los cacerolazos contra el DNU y la Ley Ómnibus, que abrió curso a la organización desde abajo.

Al interior de la columna se destacó la delegación de trabajadorxs del Hospital Posadas, que están sufriendo la política antiestatales del gobierno, y del Centro de Estudiantes de la Escuela de Teatro de Morón. Movilizamos con la agrupación La Clave (UJS+independientes) del Conservatorio de Morón, vocalía del Centro de Estudiantes, que aportó música en vivo a la performance que armaron lxs compañerxs de la Escuela de Teatro.

La movilización fue posterior a un gran festival en la Plaza de Morón organizado por la Asamblea, en el cual participaron alrededor de 400 personas, de enorme despliegue artístico con más de una decena de propuestas y de diferentes expresiones (rap, jam de movimiento, ska, murga, solistas, dúos, etc). En el documento del festival se logró un posicionamiento ligado claramente a la perspectiva independiente del EMVyJ, que denunció al gobierno defensor de genocidas y no ocultó ninguno de los atropellos represivos del Estado bajo las cuatro décadas de democracia.

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Perspectivas

El 24 de marzo del EMVyJ fue un importante escalón en la lucha por tirar abajo el DNU, planteó la necesidad de un nuevo paro activo y plan de lucha. La CGT y las CTAs continúan la tregua, buscan desgastar las luchas en curso con medidas aisladas y compromisos que van firmando los burócratas a espaldas de los trabajadores. Todo esto justo cuando a Milei está inmerso en una crisis política y en medio de enormes choques al interior de la clase capitalista y gran hartazgo popular hacia el régimen. Derrotar a Milei con una huelga general es posible, hay que promover esta perspectiva desde abajo.

Por todo esto venimos planteando dentro de la asamblea la necesidad de convocar una Asamblea Nacional de Ocupadxs, Desocupadxs, Asambleas Barriales y de la Cultura, una propuesta que ha tenido adhesión en el voto. Consideramos que el desenvolvimiento del movimiento de lucha debe tender a una centralización que no puede quedar relegada en el tiempo, sino que es preciso ponerla en pie lo antes posible. En ella está una de las claves de que el movimiento de las asambleas pueda ganar desarrollarse y extenderse.

Las asambleas han consolidado un núcleo del activismo obrero, popular, estudiantil, etc. en cada distrito, que organiza actividades de frente único y va instalando una referencia. Debemos promover las luchas para que progresen, sumando a más trabajadores, vecinos y estudiantes a la pelea contra el gobierno reaccionario.

Debemos impulsar una agenda distrital de actividades en las que enfoquemos y concentremos la fuerza en relación a la disposición y capacidad real que existe, con un contenido de concientización y lucha: volanteos, actividades artísticas, cacerolazos, ollas, concentración para pedir alimentos, volanteos en paradas de transporte contra el tarifazo, etc. Y apoyarnos en un reagrupamiento de lucha más amplio que es el que viene expresándose en las distintas convocatorias centrales y parciales donde confluimos con otros sectores (ferroviarios, desocupadxs, GPS, Hospital de Morón, etc.).

La manera de vincularnos con nuevos sectores no se reduce a invitar a que incorporen su lucha a través de la asamblea, cuya constitución no deja de ser reciente. Se trata de poner en pie un reagrupamiento que parta de reconocer la trayectoria y el peso específico que tienen las organizaciones sindicales y piqueteras y la fuerza de sus acciones organizadas, que potencia y no retrae el lugar de las asambleas en el llamado a nuevos sectores a sumarse y fortalecer la deliberación por abajo. Será mucho más atractivo para los trabajadores de por ejemplo el Hospital de Morón que se los invite a una asamblea nacional convocada por las asambleas barriales y numerosos gremios con su firma, a que lo hagan las primeras en soledad.

La perspectiva es derrotar todo el plan de gobierno, construyendo desde abajo la huelga general. Con este norte planteamos la necesidad de apoyar la convocatoria tanto de una Asamblea Nacional en abril como de una instancia regional previa y/o posterior.

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