Políticas

18/10/2021

Ensenada

Astillero Río Santiago: Pedro Wasiejko deschava la privatizadora “Sociedad de Estado”

El presidente de la empresa estatal confiesa en un reportaje el rumbo de vaciamiento y subcontratación.

Este lunes 18 de octubre se realizó la botadura de la Lancha de Instrucción de Cadetes de la Armada (Lica) en el Astillero Río Santiago de Ensenada. Del acto oficial participaron el ministro de Defensa, Jorge Taiana, el gobernador Axel Kicillof, la dirección de la empresa, ATE Ensenada y el promotor de la media sanción de la ley privatizadora de “Sociedad de Estado” para el ARS, el intendente de Ensenada, Mario Secco. La invitación a los trabajadores de la planta fue previamente seleccionada y filtrada en nombre del “protocolo Covid”, para evitar toda cuestionamiento a la política de privatización y reforma laboral de Pedro Wasiejko, presidente del Astillero.

La Lica empezó a construirse en 2014 y fue botada después de siete años, un retrato de la política de desinversión, de boicot al Astillero Río Santiago y derivación de los principales trabajos a astilleros privados y luego a Tandanor, reconvertida desde los tiempos del macrismo a “Sociedad Anónima”. Esto último es lo que pretenden Pedro Wasiejko y las burocracias de las “centrales” de Cachorro Godoy y Hugo Yasky para el ARS, camuflando la modificación del régimen jurídico privatizador como si fuera una vía de reactivación.

Vaciamiento, privatización y subcontratación

En un reportaje reciente que realizó Página 12, que oficia de boletín oficial de Frente de Todos, a los presidentes de Tandanor y de Astillero Río Santiago, Pedro Wasiejko -también funcionario de la CTA “de los Trabajadores”- señaló que la industria naval “está completamente desmantelada desde la década del 90”. En pocas palabras, el vaciamiento del Astillero Río Santiago fue una política de Estado que siguieron todos los gobiernos capitalistas desde Menem y Duhalde, pasando por De la Rúa, a los Kirchner, Macri y ahora los Fernández. Wasiejko explícitamente saludó la “figura” de Tandanor como sociedad anónima, sacándole la careta a lo que llama una sociedad de Estado. Miguel Tundido, presidente de Tandanor, confesó que no se fabrica chapa naval en el país desde hace más de 30 años.

Días antes de las Paso, el ministro Taiana participó de otro acto similar pero en este caso en Tandanor, para inaugurar la puesta en quilla del primero de los doce remolcadores que serán construidos para la Armada. Bajo los gobiernos de Macri y Vidal, los buques a reparar fueron “direccionados” intencionalmente a la sociedad anónima Tandanor mientras el Ministerio de Defensa compraba buques a Francia que debería haber construido en Ensenada. Esta privatización de la industria naval fue especialmente saludado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) como modelo de “éxito empresario”. Tundino y Wasiekjo anunciaron un convenio con Apymes para que puedan participar de los procesos de compra y ser proveedoras de las plantas navales, una tercerización de hecho en beneficio de los privados.

El burócrata sindical y presidente del ARS propuso que el “Estado construya los cuatro buques de patrullaje oceánico (OPV)”, cuya compra había sido anunciada por la Prefectura. Según Wasiejko, es necesario integrar a los capitales privados según el modelo chino, donde cada astillero está encargado de producir los trabajos específicos que “requiere el mercado” bajo la dirección del Estado. A continuación, invitó a que el ARS y Tandanor subcontraten a astilleros privados para terminar un buque por año.

Sin medias tintas, el ministro de Producción bonaerense, Augusto Costa, y el intendente Mario Secco justificaron la “sociedad de Estado” para hacer del Astillero una planta metalmécanica, catalogando de “utópica” la construcción de buques para un mercado mundial y naviero en crisis. Nada nuevo. Duhalde quiso en su momento limitar al Astillero a la construcción de casas, el exministro de Macri, Hernán Lacunza, pretendió transferir a los trabajadores del ARS al ámbito de la administración y obra pública, Vidal fracasó en liquidar la planta reduciéndola un taller de reparaciones al servicio de los armadores privados, y con Alberto Fernández y Kicillof es nuevamente el peronismo el que quiere avanzar con una injerencia directa del capital naviero en la empresa.

Oposición obrera y Frente de Izquierda Unidad

La oposición a estas políticas ha venido siempre desde la clase obrera. Los trabajadores del Biológico se han declarado en asamblea permanente contra la arremetida del gobierno de Kicillof para hacer del instituto una “sociedad de estado”, integrando en este caso a los laboratorios privados. Como denunciaron en una asamblea masiva, se pretende afectar las condiciones de trabajo eliminando la insalubridad que permite jubilarse a los empleados con 25 años de servicios y 50 años de edad. El “proyecto” de Sociedad de Estado para el Biológico está precedido por el abandono y falta de inversión en aparatología, insumos, remodelación y mantenimiento edilicio. No se centraliza el sistema sanitario, sino que se promueve la privatización de la salud pública.

Como ocurre con el ARS, la burocracia está del otro lado y contra los trabajadores autoconvocados. La insistencia en las “sociedades de estado” es una exigencia del capital y de los bonistas para privatizar, y para que el gobierno se desentienda del financiamiento estatal (ajuste fiscal) y pague la fraudulenta y usurera deuda externa de la provincia de Buenos Aires. Ni aún con el retorno de los obreros del Astillero a la presencialidad la burocracia de ATE convoca a asamblea general. Quiere hacer pasar la privatización de contrabando, porque la respuesta obrera paró provisoriamente la ley de sociedad de estado que es piantavotos, y ya tiene media sanción en la Legislatura con el voto sin grieta del Frente de Todos y Juntos por el Cambio, como denunció el Frente de Izquierda Unidad en el debate de candidatos a legisladores.

El drenaje de fondos para el Astillero es una constante: en los últimos seis años las partidas cayeron de 84 a 63 millones de dólares, a la par que se vaciaba al ARS de recursos y trabajos deliberadamente. La “sociedad anónima o de estado” viene con la reforma laboral y ataque al convenio colectivo de trabajo bajo el brazo. En sus primeras declaraciones como presidente de Astillero Río Santiago, Wasiejko, el exsecretario general del sindicato del Neumático, la emprendió contra el “ausentismo laboral”, una de las calumnias repetidas de Vidal y Macri para “dinamitar” la fábrica. El triunfo del clasismo en el Sutna, desalojando al precarizador serial Wasiejko, es un aporte a la lucha de los trabajadores autoconvocados del Astillero Río Santiago contra la privatización y contra el cepo de la burocracia sindical a la asamblea general.

Mientras ATE hace de segundo violín del modelo macrista de Tandanor, la sujeción y el sometimiento al gobierno es completo. El Partido Obrero y Tribuna Estatal realizarán un acto en las puertas del Astillero Río Santiago este martes 19 de octubre en defensa de un astillero 100% estatal bajo la dirección de los trabajadores. Ni sociedad anónima ni sociedad de Estado, aumento inmediato de presupuesto para reactivar al ARS produciendo buques. No a la privatización y a la reforma laboral de Kicillof, Wasiejko y Mario Secco.