Atentan contra la cuarentena

Sobreprecios / Pagan la deuda / Aumenta el hambre / Siguen las suspensiones y despidos / Rebajan los salarios

Aunque Fernández puede todavía prorrogar la cuarentena, cientos de miles de trabajadores van quedando privados del

resguardo frente a la pandemia.


El lobby de la UIA y la CGT va librando cada vez más sectores de la suspensión de actividades. Toda actividad industrial, extractiva y agraria se encuentra en funcionamiento. El fin de semana se anunciarán nuevas “excepciones”.


Esto no es porque ya hayamos pasado lo peor del contagio. La poca cantidad de test de coronavirus hace que estemos a ciegas

sobre el desarrollo real de la enfermedad en el país. De todas maneras, incluso teniendo pocos datos, es claro que la enfermedad

sigue creciendo.


El gobierno no se ha cansado de felicitarse a sí mismo por “privilegiar la salud y la vida por sobre la economía”. Pero en cada choque han primado los intereses económicos de los poderosos y se han postergado la salud y la vida de los trabajadores.


El decreto contra despidos y suspensiones es papel mojado. Con el concurso de la CGT albertista están pasando todos los despidos que las patronales disponen.


Empezando por los 1.450 de Techint que dieron inicio al conflicto. Y siguiendo por cientos de empresas que despiden, suspenden, restringen pagos y rebajan salarios. Desde las hiperlucrativas mineras a las cadenas de comida rápida, que quieren pasar por encima los magros salarios de sus empleados.


El desprecio por el pueblo trabajador se ve en el calvario impuesto a los jubilados para cobrar sus ingresos. O en el robo de los fondos para comprar alimentos. De los 12 millones de inscriptos para cobrar 10 mil pesos de subsidio por hambre en abril, no ha cobrado ninguno. Millones serán excluidos con distintos argumentos. Los que queden deberán esperar varias semanas más, en plena urgencia.


El Estado no está “presente” para salvaguardar la vida. Los superpoderes del Presidente son papel mojado frente a los grupos económicos, el orden social capitalista está primero.


Más que nunca por comisiones obreras y populares para controlar las condiciones de salud e higiene en cada lugar de trabajo y cada barrio. Como lo muestran las reacciones obreras en Argentina y el mundo, sólo los trabajadores defenderemos nuestra salud y nuestras vidas.