Producto del apuro en el arranque (que denunciamos en su momento) hoy se paga el costo de no haberse tomado el tiempo para finalizar correctamente las etapas de montaje y puesta en marcha. 

 

Muchas veces hemos denunciado que en la obra de Atucha 2 primaban más los intereses de una camarilla de parásitos de la obra pública que los fundamentos técnicos. Fue así que hicimos notar más de una vez los chanchullos de Kirchner, De Vido y compaña.

 

Pero sobre todo alertamos sobre los riesgos que traería el apuro por terminar la obra, en el que cayó el gobierno K una vez que divisó el final de su gobierno. Este apuro llevó a fallas como la que causó la muerte del compañero Juan Serralta, aún sin investigarse. Y es el que todos los días pagan los compañeros de Atucha 2, al tener que reparar cosas que tendrían que haber estado bien desde el minuto uno, al costo de hacerlo ahora con una central en marcha, o sea radiológicamente más expuestos.

 

Hoy vuelve a aparecer este problema. La parada de rutina anual, para reparaciones preventivas, en la que se inspecciona el interior del reactor (para evitar la rotura que sufrió Atucha I de uno de sus elementos combustibles), “terminó” en una parada no programada luego de que se encontraran problemas en el interior del mismo, problemas que son sin lugar a dudas producto del apuro por empezar a producir (y por montar una tribuna desde la cual Cristina y Scioli hicieran campaña).

 

El costo es evidente: tres meses (mínimo y si todo sale según lo planificado) de la central sin producir sus 745Mw eléctricos, un trabajo radiológicamente complicado para los compañeros que reparen el reactor (que por haber estado meses al 100% de potencia se encuentra activado), miles de pesos despilfarrados en algo que debería haber sido bien armado de entrada. 

 

Llama la atención el descaro con el que el gobierno actual y la gerencia de Atucha encararon el problema. El subsecretario de energía nuclear Julián Gadano se dedica a destacar la pesada herencia recibida, sin que se le caiga la cara de vergüenza ¡El estuvo al frente del ente Regulador Nuclear que firmó el cheque en blanco que permitió que Atucha arranque a las patadas! 

 

Esto no podría caer en peor momento para el macrismo, que se encuentra embarcado en la continuidad del “Plan” Nuclear, que delineara el kirchnerismo. Este “plan” tiene menos de plan que de esquema de negociados, incluyendo la construcción de dos nuevas centrales nucleares (de dos tipos distintos) por parte de los chinos, con un fuerte endeudamiento mediante (un paquete cerrado que incluye dos centrales hidroeléctricas en el sur y hasta obras en el Belgrano Cargas). Aquí también el macrismo continúa la línea K.

 

La gerencia de Atucha no sólo acusa a quienes gestionaron la obra (cuando firmó -con los ojos cerrados y sabiendo los problemas que había- el visto bueno del arranque de la planta), sino que además festejó que la parada programada había sido un “éxito”, cobró su premio y pasa ahora a una parada “no programada” como si fuese otra cosa.

 

Volvemos sobre lo que planteáramos oportunamente: la energía nuclear es un tema serio, no puede estar en manos de quienes buscan su lucro personal o de camarillas por encima de la seguridad del público, de los trabajadores y de las instalaciones. Los gremios de Atucha (Luz y Fuerza de Paraná y de Zárate, y ATE) deben pronunciarse en este sentido. Llamamos a los trabajadores de Atucha a reflexionar sobre cómo se están manejando las centrales y a movilizarse en contra de los funcionarios y gobiernos que las degradan en beneficio propio.