Políticas
3/1/2025
Aumenta la nafta y otros servicios desde el primer día hábil de 2025
Más aumentos en beneficios de los capitalistas, naftazos, tarifazos e impuestazos para el pueblo trabajador.
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Nafta.
Año nuevo, pero la misma política de ajustar al pueblo para beneficiar a los capitalistas. El gobierno autorizó un nuevo incremento del 1,75% para la nafta a partir del primer día hábil de 2025, lo que se trasladará al transporte y, por ende, a toda la cadena productiva, encareciendo el todos los productos de consumo masivo. Con este incremento, la nafta súper pasará de $1.108 a $1.127, mientras que el gasoil común saltará de $1.123 a $1.142 aproximadamente en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA).
El gobierno se jacta de que este es el menor incremento de los últimos doce meses, pero en el transcurso de un año hubo incrementos en el surtidor del orden del 340%, superando ampliamente la inflación del período (236%), en beneficio de las ganancias de petroleras y refinerías. Esto se tradujo en una fuerte caída del consumo de combustibles, el cual percibió una caída en diciembre del 10,5% con respecto al año anterior y acumula doce meses de caídas interanuales, según la consultora Politikón Chaco. Pero en paralelo, las petroleras acumularon ganancias netas por 1.136,8%.
La mayor parte de este aumento corresponde al incremento del gravamen en el impuesto a los combustibles líquidos, aplicado por el gobierno en el marco del ajuste fiscal brutal. Gracias a este impuestazo sobre los consumidores, el Estado recaudó en diciembre $447.099 millones, un 627% más que en 2023. Otra muestra más de que el gobierno a los único que quería retirarle los impuestos era a los capitalistas, sobre los consumidores descarga impuestazos permanentes, pulverizando aún más su bolsillo.
Esto revela que los pagos de deuda de los que ahora de vanagloria el gobierno se hacen «con la nuestra». Cuando el board del Fondo Monetario Internacional aprobó la revisión del acuerdo con Argentina, mencionaba que el superávit primario se logra “el refuerzo de los impuestos sobre el combustible, junto con la reducción de los subsidios a la energía y el transporte, los costos administrativos y el gasto discrecional menos prioritario”, lo que significa esto constituye solo la primera parte de un programa de ajuste más profundo.
Hay que tener en cuenta además que la política del gobierno es acoplar el precio del combustible con el precio internacional, vía estos aumentos de YPF. Es decir que las petroleras se benefician exportando y también a costa de que los consumidores paguemos la nafta a precio de exportación. Por este motivo el surtidor acompaña la tasa de devaluación del 2% mensual (crawling peg), incluso cuando cae el precio del petróleo a nivel internacional. Un eventual salto en el valor del dólar, probable en este contexto de presiones devaluatorias, impactaría nuevamente en el precio de la nafta con sus efectos inflacionarios.
A esto se suman un cúmulo de nuevos aumentos en otros rubros, algunos autorizados directamente por el gobierno y otros que tienen vía libre gracias a la política de liberalización de mercado. Es el caso de los servicios como la luz, el agua y el gas, que percibirán también nuevos tarifazos de alrededor del 1%, cuando ya acumulan subas de 268% en el caso de la luz y de 531% en el caso del gas, muy por encima de la inflación general. En el caso de las prepagas estas incrementarán sus cuotas entre 3% y 3,9% y, según el IPC del Indec, en los primeros diez meses del año ya acumulan una suba del 200%, el doble que la inflación general. Por su parte, las facturas de las compañías de telefonía móvil, internet y televisión por cable exhibirán un alza que rondará entre el 3,6% y 8%, y que ya acumulan un 222,9% en lo que va del año, también por encima de la inflación.
Los incrementos siderales autorizados por el gobierno en dichas categorías estuvieron al servicio del enriquecimiento de un puñado de capitalistas del sector hidrocarburífero, de la medicina privada, del negocio inmobiliario y de las telecomunicaciones, en perjuicio de las mayorías. Mientras tanto, continúa golpeando los bolsillos del pueblo trabajador con nuevos naftazos, tarifazos e impuestazos. Se tiene que ir.