Aumentos a prepagas, un golpe a los trabajadores
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Las prepagas acaban de reclamar que se les autorice de aquí a fin de año un ajuste del 25% en las cuotas. Además, que el Estado afronte el financiamiento de las nuevas coberturas médicas como la fertilización asistida, la obesidad o los tratamientos para celíacos. De otro modo "la gente va a empezar a tener menor calidad en los servicios", advirtió el titular de la cámara de prepagas. Luego de las paritarias de Sanidad, a fines de agosto, las clínicas y sanatorios decidieron no atender durante 48 horas a afiliados de las prepagas, invocando los mayores costos salariales.
El gobierno, de apuro, otorgó un aumento del 9,5% en las cuotas. Desde el año 2002 hasta 2010, los incrementos en el valor de las cuotas de medicina prepaga prácticamente duplicaron a la inflación, incluso considerando el índice de precios que elaboran las consultoras privadas. Las prepagas tuvieron un crecimiento del 10% anual entre 2004 y 2012, pasando de 2,1 millones de afiliados a 4,9 en este último año. De ese total de afiliados, la mitad proviene de las obras sociales, a partir de la desregulación de la "década neoliberal" que los gobiernos K mantuvieron inalterada.
El gran fiasco de la "regulación"
En 2011, el Congreso convirtió en ley la "regulación" de las empresas de medicina prepaga propiciada por el gobierno; tuvo el apoyo de la UCR, el peronismo disidente, Proyecto Sur (Lozano), el socialismo (Binner) y el GEN (Stolbizer). La ley estableció que las prepagas podían seguir captando afiliados sin límites de las obras sociales a través del actual sistema de derivación de los aportes de la seguridad social, establecido por Menem-Cavallo. Esta ley específica superó el texto controvertido aprobado en los '90. Al mismo tiempo fue autorizado el cobro de una cuota diferenciada según la edad del usuario de hasta tres veces el valor del plan más bajo y una cuota aún más alta si el afiliado tiene 65 años y no más de diez años de antigüedad. La reglamentación incluyó en el marco de la ley a las cooperativas, mutuales, asociaciones civiles, fundaciones y obras sociales sindicales.
Capital financiero
Seis empresas -Osde, Swiss Medical, Galeno, Medicus, Onmint y ASE Medifé- concentran el 76% de los afiliados a la medicina privada, uno de los centros de captación del capital financiero. El gran salto del negocio ha sido el virtual gerenciamiento de las obras sociales -uno de cuyos ejemplos emblemáticos es UP, de la UPCN. Las prepagas se han apoderado de los aportes de los afiliados de altos ingresos de las obras sociales. El gobierno se ha negado a repartir los fondos excedentes del Fondo Solidario de Redistribución, unos 16.000 millones de pesos, que están destinados a garantizar un ingreso per cápita mínimo a cada obra social y los tratamientos de alta complejidad.
La contracara de esta privatización es el desquicio de los hospitales públicos -que a escala de todo el país, y si sólo asistieran a las personas sin cobertura de ningún tipo, deberían hacerse cargo de la salud del 40% de la población. El aumento desorbitado a las prepagas es otra forma de impuesto al salario.
Que las prepagas abran los libros, para que se puedan discutir los costos que exhiben y para proceder a una reorganización del sistema de salud, que permita un servicio de calidad y barato y el mejoramiento del régimen laboral y salarial de médicos, enfermeros, profesionales y el conjunto de trabajadores del sector.