Avanza la campaña en el Chaco


Con decenas de recorridas barriales, por lugares de trabajo y escuelas, avanza la campaña del Partido Obrero en el Chaco. Enfrentamos un intento de polarización política en torno a la disputa por el gobierno provincial entre el PJ y la UCR. Ambos movilizan un enorme aparato de punteros políticos en todos los municipios, acompañado de decenas de colectoras en toda la provincia. La disgregación del armado de los partidos patronales tiene su principal escenario en los municipios.


 


 


Esta pelea política va dejando expuestos a ambos bloques. el PJ, denunció, por ejemplo, el contrato millonario con una empresa fantasma, Pimp, por ocho años para recolectar “residuos no tradicionales” por parte de la gestión radical de Resistencia. Los contratos de la municipalidad, con el estacionamiento medido, las empresas de basura y las empresas de transporte, son una caja negra de vaciamiento empresarial de los fondos municipales. Pero la denuncia le viene como un búmerang a la gestión del PJ, cuyos desvíos de fondos fueron denunciados primero por el propio Capitanich, luego por su gobernador interino Bacileff Ivanoff, y posteriormente por el candidato a diputado Atilio Velázquez, por un lema del propio PJ. La corrupción es una característica de los dos bloques capitalistas, que la campaña deja expuesta a los ojos de la población.


 


 


Por el contrario, nuestra campaña austera, en defensa de los reclamos obreros, gana en adhesiones. Hemos inaugurado en los barrios de Resistencia una decena de casas electorales. Vamos por cientos de fiscales para defender el voto al PO el 24 de mayo. En las recorridas, surgen los temas que preocupan a la población: el estado crítico de la salud, la educación o el enorme déficit de vivienda. Buscamos colocar a fondo esta agenda. La propia campaña pejotista y radical recoge, a su manera, el guante de que existe un extendido descontento popular: por eso, la aliada clave de las empresas de transporte, Aida Ayala, se despacha de buenas a primeras con un proyecto de boleto estudiantil gratuito, financiado por la Municipalidad. O Capitanich, luego de años de salario de hambre y represión contra los docentes, concede la devolución preelectoral de los días de huelga a Federación Sitech.


 


 


Ni estas medidas limitadas ni el enorme aparato asistencial del Estado pueden compensar la crisis social de fondo que vive la provincia, y que es resultado de una orientación social que comparten los dos partidos del sistema: el Chaco del complejo agro industrial (o sea, sojero-algodonero), que no genera fuentes de trabajo y se asienta sobre el trabajo precario, en negro y con salarios de miseria. En la provincia en que se destapan, día a día, casos de desnutrición infantil, la agenda de ambos está dictada por la reactivación del recontra-privatizado Belgrano Cargas, con fondos públicos, para la exportación sojera, o por la devaluación “competitiva” para favorecer a los exportadores que han acaparado la tierra provincial. 


 


 


Contra esta orientación y en favor de los reclamos populares, el Partido Obrero constituye un polo político en desarrollo.