Políticas

9/2/2024

Avellaneda: Acumar quita los bidones de agua potable a los vecinos de Villa Inflamable

Villa Inflamable.

Que haga calor en verano no es novedad, pero que dejen de entregar agua en las barriadas más humildes, tampoco lo es, y forma parte de un fuerte y criminal ajuste. Es lo que sucede en Villa Inflamable, Dock Sud (Avellaneda) y sus alrededores, donde miles de vecinos y trabajadores sobreviven inmersos en la pobreza, el hambre y la contaminación ambiental. con un Estado cómplice, reduciendo recursos a la hora de saciar las necesidades más básicas de sus habitantes.

Al dictaminarse como zona inhabitable por parte de la Corte Suprema de Justicia de la Nación y mandatar al Estado de sanear el Riachuelo (uno de los cauces acuíferos más sucios del planeta) se conforma la Agencia Cuenca Matanza Riachuelo (Acumar). Como parte de sus primeras resoluciones, el ente definió la entrega de botellones de agua a cada familia censada y afectada. Como sucede en cada verano, el gobierno de turno reduce y busca cancelar la entrega de este producto esencial.

“Desde octubre del año pasado nos comenzaron a quitar bidones. En noviembre ya eran menos. Nosotros recibimos todos los fines de semana cinco bidones, porque somos dos familias, la mía y la de mi hijo. Hoy nos enteramos que directamente no hay nada. Sin agua de red y sin bidones. El agua es un derecho y se nos está quitando” nos declara María, vecina de Sarandí, próxima al Polo Petroquímico.

Acumar, con más de 15 años de historia, no ha saldado ninguna demanda. Actualmente presidido por el macrista Lucas Martín Figueras, mismo que en 2019 había tomado el mando, y al igual que la gestión Sabbatella (PJ) han jugado un papel esquivo, sin ningún tipo de investigación e inspección sobre las grandes industrias pegadas a la costa (Shell, Deheza, Petrobras, Cemento Avellaneda, Trieco, etc.) que descargan en aire, agua y tierra sustancias altamente dañinas, como es el Cinc, Cromo, Plomo y metales pesados varios. Provocando infecciones, enfermedades y hasta la muerte. Tal es la entregada que no existe la posibilidad de efectuar denuncias de forma virtual (por internet) ni de forma telefónica.

A este tétrico panorama se le suma la ausencia de productos básicos para la atención medica en las salitas sanitarias de la zona que, agregado a la reducción y quita del agua potable, pone en serio riesgo las condiciones sanitarias y de higiene, exponiendo a todos los habitantes.

La única preocupación de la agencia radica en la aprobación de la navegabilidad en el Riachuelo, conseguido a fines del año pasado ante la Justicia. Otorgándose así las aguas y orillas a los ceos de la especulación inmobiliaria, turística y financiera, mientras continúan pauperizando, aún más, las precarias condiciones de vida del pueblo trabajador, moviendo y removiendo, con los buques de lujo, las aguas altamente putrefactas y dañinas para el ser humano.

En un contexto de tarifazos, inflación, devaluación, congelamiento y ajuste salarial, jubilatorio y de los planes sociales, despidos y cancelaciones de contratos, la baja de la entrega de los bidones es un durísimo golpe, acompañado de la no entrega de alimentos para los comedores populares.

A la par, desde el Poder Ejecutivo de Avellaneda (PJ), jugando al silencio, ha aumentado al 100% el impuesto municipal. Al canto de “la patria no se vende” habilitan la no entrega del agua. Ajuste por todos lados, tanto libertarios, macristas y peronistas se empeñan para que la crisis la siga pagando el pueblo trabajador.

Más que nunca es tiempo de ganar las calles contra el fuerte ajuste, contra la depredación ambiental y por las reivindicaciones insatisfechas. Comenzando por la restitución inmediata de los bidones con agua potable a todos los habitantes afectados. Por un plan de viviendas populares y de infraestructura (cloacas, agua, asfalto, redes pluviales y eléctricas seguras) bajo control de los vecinos y las organizaciones piqueteras de la barriada.

El saneamiento del Riachuelo es tarea de los vecinos y trabajadores, sino será nada. Para ello es urgente la creación de comisiones de seguridad e higiene en cada industria y barriada con orillas en la cuenca, a cargo del control e inspección del tratamiento final de sus residuos.

Vamos por ello, a derrotar esta nueva avanzada antiobrera. Que la crisis la paguen los patrones y no el pueblo trabajador.