Avellaneda:Triunfo en Villa Inflamable… y nuevos derrumbes
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Luego de varias jornadas de cortes en los accesos al Polo Petroquímico, los vecinos de Villa Inflamable lograron que el Municipio comenzara la demolición de las instalaciones de la ex DockOil, que alguna vez perteneció al grupo Sasetru.
El lunes 16, una parte de la planta abandonada se derrumbó; murió Alejandro Avalos, de 14 años, y resultaron heridos otros dos adolescentes. Los tres chicos estaban allí cortando algunos fierros y recogiendo materiales para vender. Con sus cortes de calles, los vecinos le impusieron al intendente “Cacho” Alvarez la demolición preventiva de las ruinas (ya había habido un derrumbe sin heridos un año atrás: los vecinos lo habían denunciado a la Municipalidad, que hizo oídos sordos). ¡Justo cuando Kirchner despotrica contra los piquetes, éstos son necesarios para evitar muertes futuras!
Una asamblea masiva de vecinos reclamó obras públicas, la instalación de redes de luz y agua, cloacas y asfalto. Ya han comprometido al intendente a bajar al barrio y discutir el pliego. Quedó así zanjada la discusión sobre a qué “jurisdicción” corresponde la zona.
Villa Inflamable es una de las zonas más contaminadas del país. Allí viven centenares de familias, y está comprobado que el 50% de los chicos del lugar tiene altísimos niveles de plomo en la sangre. La barriada rodea el Polo Petroquímico, un complejo de 39 empresas (las registradas, al menos) como Shell, Dapsa y muchas otras, que en realidad son “tercerizadas” de los grandes pulpos petroleros y químicos; todas industrias alta mente contaminantes que además almacenan inmensas cantidades de propano, metano y otros gases explosivos a cuadras de la Ciudad de Buenos Aires.
Por el puerto de Dock Sud salen e ingresan toneladas de material contaminante, prácticamente fuera de todo control (hace un tiempo había almacenadas varias toneladas de uranio, apenas separado de las esferas de gas por un canal de agua de 70 metros). Todos los niveles de gobierno (nacional, provincial, municipal) niegan que el control corresponda a su órbita.
Toda Avellaneda cruje. Por la combinación de contaminación y abandono, se derrumbó una calle entera de la localidad de Wilde (el ducto por donde circula el cauce del arroyo Santo Domingo) tras el paso de un camión con acoplado, dejando un cráter de nueve metros por doce.
Sólo la Avellaneda obrera puede parar este derrumbe (literal) de la ciudad.