Políticas

30/8/2012|1237

Azul: La Nación y la provincia se tiran la pelota

Después de tres inundaciones en tres meses, el intendente de Azul, José Inza (FpV), trata de lavarse las manos. Por un lado, esgrime como causa el extraordinario volumen de las precipitaciones; por el otro, el ya gastado argumento de las responsabilidades de quienes lo antecedieron. Pero el volumen de las precipitaciones sólo desató una catástrofe anunciada, ignorada tanto por las anteriores y como por las actuales gestiones. Los azuleños tuvimos que escuchar a tres ministros provinciales y al propio De Vido buscando justificaciones, en un escenario de interna política brutal. Mientras el pueblo enfrentaba el pico de crecida en la ciudad, los ministros se tiraban el fardo unos a otros. Inza metió en la misma bolsa al ex intendente Omar Duclós (GEN-FAP) y al gobernador Scioli, al destacar que la presa La Isidora -la obra de ingeniería que se reclama desde los 80- fue inútilmente incluida en el presupuesto provincial y que no ha sido suficientemente reclamada por su antecesor. Para rematarla, aseguró que será la Presidenta quien la hará posible.


La presa La Isidora se ha convertido en la gran polémica. Ni siquiera se tiene certeza de que ella sea una solución definitiva al problema (los expertos aseguran que no lo es); pero el cristinismo quiere sacarle el jugo con la perspectiva de un año electoral: 2013.


La indignación de los vecinos es el termómetro que mide el hartazgo. Las inundaciones en Azul pusieron a prueba las profundas fisuras de la gestión de Inza y la incapacidad del gabinete para organizar la acción estatal frente a la emergencia. Pero también han sido la evidencia incontrastable de la desinversión pública durante muchos años, agravada por la presente crisis fiscal y por la política de ajuste que venimos denunciando insistentemente desde el Partido Obrero.


Producto de esta emergencia, la bronca popular se expresa de distintas formas y busca organizarse para reclamar al Estado. La derecha y la cámara patronal quieren monopolizar la expresión popular para conducirla -en función de su perspectiva de clase. Nada tienen para ofrecer los que ya gobernaron Azul, quienes defienden los mismos intereses sociales que postergan las obras públicas que necesitan las barriadas.


El Partido Obrero de Azul llama a manifestarse para que el pueblo tome las riendas. No queremos demagogos. Necesitamos organizar la lucha y un programa de salida, que incluya las medidas de emergencia exigibles al Estado.


El gobierno de la provincia ya anticipó en nuestra ciudad exenciones impositivas para el sector del campo -emergencia agropecuaria-, pero ninguna política de resarcimiento a los vecinos que han sido colocados en esta situación. Ninguna exención a las grandes patronales y terratenientes, las que ya han sido lo suficientemente beneficiadas con una carga tributaria insignificante y que además evaden. Exenciones impositivas para los vecinos inundados, indemnización total a cargo del Estado por los daños sufridos y asistencia integral para todos los afectados.