Bajo la miseria menemista, el cólera goza de buena salud
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Mientras Menem viene proclamando que la epidemia estaría bajo control, la cantidad de enfermos de cólera en enero del ‘93 ya supera a los casos informados en el ‘92 y las víctimas fatales llegan al 3%, lo que coloca a la Argentina en segundo lugar, después de Africa, pero en el primer lugar en América Latina.
Son numerosas, sin embargo, las denuncias de que las cifras oficiales estarían siendo manipuladas hacia abajo; los enfermos de cólera de nacionalidad boliviana no son computados y ha habido casos atendidos en clínicas privadas que no fueron informados. Los médicos y enfermeros de las “zonas calientes” de Salta y Jujuy han informado que Salud Pública de la Nación les ha prohibido tomar contacto con el periodismo. Los focos de epidemia han aumentado extendiéndose al interior de Salta y de Jujuy y aún a las propias capitales mientras que el año pasado la epidemia aparecía confinada a la zona de frontera. Se han producido casos aislados en varias provincias que no habían estado afectadas en el ‘92.
Descomposición capitalista
En su reciente viaje al norte Menem, declaró que la epidemia no se debía asociar a la situación de pobreza de la población de esas provincias, sino a la vecindad con paises afectados por la epidemia. Conclusión, la culpa la tienen los bolivianos y los paraguayos. Consecuencia, el gobierno está instrumentando operativos rastrillo para “cazar” bolivianos indocumentados y deportarlos. Ya han sido denunciadas más de 500 expulsiones de contratados en fincas rurales, especialmente tabacaleras. La campaña de expulsiones coincide, casualmente, con la culminación de la cosecha, algo muy conveniente para los patrones.
Pero son las condiciones de miseria generalizada las que permiten que el vibrión haya venido en el ‘92 para quedarse. En una carta que envió al Ministro Aráoz, la UNICEF señala que el cólera “deja expuesta una realidad que trasciende la causa de la enfermedad ... (y) la necesidad de mostrar a la sociedad global las condiciones de semiesclavitud en que se encuentran cientos de ciudadanos argentinos, adultos y niños” (Clarín, 27/1). La Organización Panamericana de la Salud, por otro lado, asegura que “el 90% de las enfermedades que se padecen en la Argentina serían evitables de existir mejores condiciones ambientales y sanitarias” (idem, 21/1). No es para menos si se tiene en cuenta que diversos estudios demuestran que en el país uno de cada tres habitantes no tiene acceso al agua potable y dos de cada tres carece de cloacas, cifras que se tornan más graves en provincias pobres como las del norte del país. Recientemente, las autoridades médicas de Jujuy señalaron que en la provincia los bebés recién nacidos no superan nunca los 2,5 kilos, como resultado del cuadro de desnutrición generalizada en que se encuentra la población.
El cólera es el mejor retrato del porvenir que le espera a los trabajadores bajo el actual régimen capitalista en descomposición.
Los gobiernos agravan la situación
Mientras el “Chiche” Araoz se dedica a la pirotécnia verbal, señalando que los peones “viven peor que los perros”, arrea y expulsa como perros a los trabajadores bolivianos. A los argentinos no les va mejor, pues en muchos casos directamente no se les paga los salarios, como ocurre en el ingenio La Esperanza (Jujuy), o son despedidos sin misericordia, como ha ocurrido con los ferroviarios del Belgrano, en Guemes, o los 1.500 trabajadores del ingenio San Isidro en Salta que acaba de quebrar. Justamente donde están ocurriendo estas situaciones es donde la epidemia está cobrando fuerza. Ahora el gobierno de Ulloa (Salta) acaba de acordar un plan con el gobierno nacional, que entre otras medidas para subsanar el déficit financiero de la provincia, plantea la redución compulsiva de los salarios de todos los empleados públicos y la transferencia del sistema de salud provincial a los municipios, la mayoría de los cuales están quebrados financieramente. Peor aun, los trabajadores de la sanidad de Salta están parando dos días por semana porque no se les paga el sueldo, y el intendente de Guemes ha denunciado que Ulloa retiene los fondos de coparticipación municipal.
Un programa para intervenir
La lucha contra el cólera no puede quedar en manos de quienes le pavimentan el acceso. Es necesario formar comites de base en los barrios, hospitales y escuelas para ejercer un control para el pago inmediato de todos los salarios adeudados en la sanidad de Salta y en todas las empresas y fincas del norte; aumento del 100% en el presupuesto de salud; cese de las deportaciones, estabilidad laboral para los trabajadores argentinos y bolivianos; impuestos a las tabacaleras y los ingenios para financiar un plan elemental dirigido a proveer de agua potable, cloacas, luz y vivienda a sus trabajadores; saneamiento de las escuelas antes del comienzo de las clases; cese de la censura informativa.