Políticas

8/5/2003|799

Balance y perspectivas

De conjunto hemos hecho una gran elección. Con una tendencia nacional muy adversa que llevó a una votación marginal a favor de la izquierda, el PO en Salta obtuvo el 3% a nivel provincial, creciendo al 4,6% en la Capital (10.000 votos). Logramos un 3% en Tartagal y el 1,5 en Güemes (este porcentaje crece cuando se toma la localidad de Campo Santo, donde tenemos nuestro fuerte), y un porcentaje similar en Rosario de la Frontera. Llegamos a 600 votos en Orán (más de 400 concentrados en la ciudad). Tuvimos una importante votación en Santa Victoria, con el 2,5%, y también en Cerrillos, donde un sector radical llamó a votar por nosotros.


Si comparamos esta elección con la última presidencial, triplicamos los votos; si se la compara con la última elección legislativa, bajamos un 25%.


Hemos pasado de 170 fiscales hace dos años a 500 en toda la provincia. En este tiempo se han desarrollado núcleos en Güemes y Rosario de la Frontera, y se reforzó el trabajo en Orán. Hubo campaña en Santa Victoria y en Rosario de Lerma. En la Capital se multiplicaron las casas electorales y los barrios con un trabajo propio.


IU obtuvo el 0,7% de los votos, y el PH apenas un tercio de los votos de la última elección.


Romero no pudo lograr una votación plebiscitaria (sacó el 43%) como la que obtuvieron otros candidatos de provincia (Rodríguez Saá obtuvo el 80% en San Luis, Kirchner el 75% en Santa Cruz), y ahora asoma una crisis en el peronismo local a partir de la posible derrota de Menem en la segunda vuelta.


Los Renovadores también fracasaron: teniendo a su principal dirigente (Gómez Diez) como Vice de López Murphy, no llegaron al 20% de los votos.


La votación de Carrió en Salta difícilmente se afirme en términos de organización de un partido local.


Todos estos datos realzan nuestra votación y las posibilidades de desarrollo en la etapa que se abre.


 


El PO juega en primera


En Salta, el ánimo del romerismo es deplorable: no sólo por la mala votación de Menem sino porque Romero fue el único gobernador que en su provincia no superó el 45% de la votación a su favor. La Ucr, por su lado, que hace un año caracterizaba al PO como una estrella fugaz, está desapareciendo en toda la provincia; en la localidad de Cerrillos la ex Ucr votó al Partido Obrero.


Varias cabezas están más que preocupadas de que un partido como el nuestro logre destacarse en localidades como Santa Victoria, con el 2,5%. La elección que hicimos es impresionante y ha servido para dos cosas: primero, como medidor de que en Salta hay una parte de los electores que se han ido a la izquierda, que si no hubiese estado la gordita del crucifijo habríamos logrado ubicarnos mejor, y segundo, que una gran parte de la centroizquierda salteña nos habría votado si se hubiera hecho un frente de izquierda. La campaña electoral nos ha servido como disparador y para instalar el PO en todos los lugares. Nuestro partido revolucionario le quita el sueño al negro Romero y demuestra nuevamente que no canalizamos el voto bronca sino que vamos por más; o sea, jugamos en primera.


Pero las elecciones son sólo un episodio más. Vamos por el voto en blanco; los candidatos que van al ballotage no representan ni al 50%. Representan la política hambreadora y represiva del FMI, que tiene a 4 compañeros encanados desde hace ya un mes. Ya hace un mes que los piqueteros del Departamento San Martín están detenidos, por lo cual llamamos a luchar por su libertad.


Voto en blanco, libertad y desprocesamiento a los luchadores populares, ésa es la salida.