Políticas

12/1/2017|1444

Barañao, un macro-kirchnerista: ciencia para las corporaciones


Al igual que todo el presupuesto universitario, los recursos aprobados para 2017 en Ciencia y Tecnología representan un fuerte recorte. Pero, además, la reducción presupuestaria apunta a desguazar al Conicet y favorecer el traspaso de mano de obra formada a empresas privadas. El otrora ministro estrella de CFK, Lino Barañao, en las reuniones sostenidas durante este conflicto, ya ahora como funcionario macrista, reconoció que en el Conicet se había dado una política “insostenible”. O sea, un balance negativo de su propia gestión.


 


Lo que no dijo Barañao es por qué. Durante la era K, la política de Ciencia y Tecnología se basó en intentar obtener mayor peso del financiamiento privado, a expensas naturalmente, de un condicionamiento en las líneas de investigación. Para decirlo más directamente: aumento de la producción científica sí, pero al servicio de los intereses capitalistas privados que ponen la plata. Pero como bien lo demuestran los escasos científicos incorporados al sector privado (programa másvalor.doc), a pesar de una importante inversión pública, el capital privado prefirió otro tipo de negocios. Así nace el plan “Argentina 2020”, cuyo objetivo central es el trasladado de mano de obra científica y formada en el Conicet a empresas privadas. Toda una orientación de subordinación de la investigación a los intereses del capital, basada en la más profunda precarización laboral de los trabajadores que en ella participan.


 


Resultado: subsidios públicos que formaron consorcios privados-públicos, en su mayoría en manos de empresas fantasmas sostenidas por la propia camarilla de Ciencia y Tecnología, y bajísimo desarrollo y diez años de precarización laboral.


 


Con este balance, no es casual que a las agrupaciones K les cueste el reclamo de derechos laborales para los investigadores y poder explicar la situación del Conicet y el sistema científico en general.


 


Al igual que sucede con el sistema público de universidades nacionales y la ley de Educación Superior -que lo rige desde el menemato hasta hoy-, se trata del dominio de intereses capitalistas sobre la producción de conocimiento. El ahogo presupuestario, la profundización de la mercantilización de todo el sistema científico público y la precarización endémica de los jóvenes científicos no son postulados sólo del macrismo o el kirchnerismo. La lucha contra un presupuesto de ajuste, contra el despido de investigadores o por la conquista de derechos laborales son distintas aristas de una misma pelea. La conquista de 508 jóvenes investigadores dentro del sistema, lograda a través de una lucha enérgica, también.