Políticas

15/9/2011|1194

Accidente de Flores: Basta de muertes obreras

Fuera TBA del Sarmiento

El terrible choque y descarrilamiento en la estación Flores, con su secuela de muertos y heridos, tiene un responsable directo que es la concesionaria TBA. Las cámaras de seguridad muestran una prueba irrefutable: la barrera no funcionaba. El concesionario era perfectamente consciente de ello, por eso envió un banderillero. Pero no mandaron a los que debían repararla, ni se preocuparon en constatar la presencia permanente de una persona junto a la barrera rota -incluso en una hora de intenso tráfico.

Los concesionarios no hacen mantenimiento alguno del ferrocarril, como lo demuestra el vaciamiento de los grandes talleres. Embolsan todos los subsidios, tercerizan, incluso con miles de trabajadores efectivizados, y no se ocupan del mantenimiento de vías, de formaciones y, mucho menos, de la seguridad ferroviaria.

El uso de barreras con chicharra en las cercanías de las estaciones es una aberración. La chicharra suena 700 metros antes del paso del tren y 30 metros después de que pasa. Si la estación queda dentro de ese radio, la espera puede ser interminable, pues hay que aguardar la desaceleración del tren, que bajen los pasajeros, que asciendan los demás y, en el medio, puede haber un cruce de trenes. La situación en la estación de Flores se repite, en forma agravada, en Morón, Haedo o Moreno.

La chicharra es un ahorro para el concesionario, pues elimina al guardabarrera que garantiza el funcionamiento manual de la barrera. Por cada chicharra se ahorran tres turnos de un operario. La falta de mantenimiento de las chicharras y de las barreras es total.

El gobierno nacional tiene una enorme responsabilidad en estos accidentes. La obra de fondo que podría evitarlos es el soterramiento del ferrocarril Sarmiento, o simplemente hacer pasos bajo nivel. Las dos cosas han sido largamente postergadas. El kirchnerismo “licitó” y anunció el inicio del soterramiento en repetidas oportunidades, pero su ejecución aún se encuentra en veremos. Los Kirchner y Macri han privilegiado en la Ciudad las obras con fines inmobiliarios y expulsivos, y postergado indefinidamente esta obra necesaria.

No está de más recordar que la gestión del ferrocarril, pero principalmente los órganos estatales a cargo de “seguir” las obras de mantenimiento y las inversiones, continúan en manos de agentes directos de José Pedraza. O sea, la burocracia sindical que hace negocios con los privatizadores ferroviarios. Las consecuencias de esa gestión se vieron hace unos meses, con el accidente del FFCC San Martín, asociado también a la falta de mantenimiento. Ahora, se suceden los descarrilamientos por el pésimo estado de las vías y ha entrado en colapso la vieja señalización inglesa, pero siguen los Antonio Luna y los Schiavi, aliados a los privatizadores, en la gestión del ferrocarril.

Los voceros de TBA se han apresurado a cargar las culpas en el chofer del colectivo 92, quien, por otra parte, falleció a causa del accidente. Los videos, sin embargo, son contundentes al mostrar la barrera semiabierta.

Reclamamos una investigación exhaustiva del accidente de Flores, con participación de representantes obreros y de los usuarios; la eliminación inmediata de todas las chicharras en el tejido urbano y su suplantación con guardabarreras en todas las estaciones. El cese inmediato de la concesión a TBA; la expulsión de los agentes de Pedraza de la gestión ferroviaria.

Necesitamos, de una vez por todas, la renacionalización de los ferrocarriles bajo gestión de trabajadores y técnicos electos, para impulsar un inmediato plan de reinversión y reconstrucción del sistema ferroviario. Es urgente que todos los trabajadores del transporte trabajen seis horas con el mismo salario, por trabajo insalubre.