Políticas

12/7/2022

Batakis: le ofrece garantías a los especuladores que generaron la corrida

Mientras se compromete a profundizar el ajuste.

Foto: Télam.

En función de cumplir con las metas monetarias del FMI y contrarrestar la corrida hacia el dólar que se produjo en el último mes, las medidas anunciadas por Silvina Batakis en la conferencia de prensa apuntan a fomentar el negociado con la deuda del Tesoro, en beneficio de la banca y los fondos de inversión, pero a costa de mayor ajuste, usura y recesión económica.

Por un lado, la nueva ministra de Economía quiso llevar tranquilidad a los acreedores aclarando que “de ninguna manera está en duda que podamos cumplir con las obligaciones en pesos”. Recordemos que esa montaña de endeudamiento montada alrededor del Tesoro ya insumió un gasto de $343.180 millones en lo que va del año en concepto de intereses. Dicha cifra triplica el monto que lleva gastado el Ministerio de Desarrollo Territorial y Hábitat; es 20 veces superior al gasto realizado por el Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad; triplica al del Ministerio de Salud y duplica al del Ministerio de Obras Públicas. Los ejemplos mencionados ilustran de manera acabada dónde están puestas las prioridades del gobierno: plata para los especuladores sí, para las necesidades populares no. Esto, sin mencionar los $150 mil millones mensuales que emite el Banco Central para cancelar los intereses de sus letras. Por otra parte, el compromiso que asume el gobierno de cancelar todos los vencimientos del Tesoro solo se puede alcanzar aplicando un ajuste aún más fuerte sobre el gasto público, cuando la situación social es verdaderamente inaguantable.

A su vez, Batakis remarcó que “Argentina tiene que transitar un sendero de tasa de interés en sentido real positivo”. Esto es subir las tasas del Central y del Tesoro por encima de la inflación para mejorar los rendimientos de los instrumentos nominados en pesos. Lo anterior busca fundamentalmente incentivar ese tipo de inversiones financieras en pos de contener la corrida en curso, la cual obliga al Banco Central a incrementar los niveles de emisión, tanto para financiar el déficit como para recomprar los títulos del Tesoro y amortiguar su caída, poniendo en riesgo las metas monetarias del FMI y estimulando, en última instancia, una corrida mayor.

Sin embargo, la suba de tasas planteada encarecerá los intereses del Banco Central, el cual deberá emitir cada vez más para cancelarlos. O bien, puede reabsorberlos colocando más Leliqs, cosa que agravaría el pasivo de la entidad, que ya asciende a $7 billones. Como si fuera poco, Batakis prometió que el BCRA les ofrecerá un “seguro antiderrumbe” a los bancos a cambio de que estos acepten canjear sus tenencias en Leliqs por títulos del Tesoro, con el objetivo de ir desarmando la hipoteca explosiva que recae sobre la autoridad monetaria, y, a la vez, fomentar la compra de bonos del Tesoro puesto que es la principal fuente de financiamiento del Estado, hoy en peligro debido a la ola vendedora.

Esa garantía significa que el BCRA se compromete a comprar dichos títulos en caso de que los bancos decidan deshacerse de ellos. Sucede que las entidades financieras consideran a las Leliqs instrumentos menos riesgosos para invertir, ya que el BCRA, a diferencia del Tesoro, puede emitir para cancelar los pagos. Recordemos que hace algunos días, la decisión de no renovar la totalidad de las Leliqs para que esa liquidez se vuelque a la compra de bonos del Tesoro fracasó completamente, dando como resultado un nuevo salto en las cotizaciones paralelas del dólar. En ese sentido, el “seguro antiderrumbe” encierra el mismo riesgo, dado que no deja de ser una promesa de mayor emisión por parte del BCRA, que ya lleva emitidos casi un billón de pesos en la recompra de títulos públicos. Cualquier aumento de la emisión para este fin será compensado con una profundización del ajuste en el gasto social, con el objetivo no franquear los topes establecidos por el FMI en la materia.

Por otro lado, en la licitación de este miércoles Economía volverá a ofrecer fundamentalmente bonos atados al dólar (dollar linked), con lo que sus compradores quedarán cubiertos ante una devaluación, en momentos donde las presiones sobre el tipo de cambio son muy agudas. Si se añade el “seguro antiderrumbe”, en caso de que devalúe la moneda los bancos se desprenderán inmediatamente de esos títulos y el Banco Central asumirá la pérdida. De este modo, vemos cómo los capitalistas se resguardan de una devaluación, a diferencia de los trabajadores, quienes debemos apelar a la lucha colectiva si queremos defender el poder adquisitivo de nuestro salario.

A su turno, los rendimientos positivos en los bonos del Tesoro también acelerarán la dinámica “bola de nieve” de dicho endeudamiento, haciéndolo insostenible, preparando las condiciones para que se produzcan nuevas corridas. Frente a las cuales el gobierno responde malvendiendo los dólares de las reservas para contener la brecha cambiaria, lo cual pone contra las cuerdas la meta de acumulación de divisas fijada por el FMI. Con todo, la política económica del país está absolutamente condicionada a la voluntad del capital financiero y el oficialismo elige profundizar este sometimiento.

En este cuadro, las declaraciones recientes del jefe de Gabinete, Juan Manzur, sobre que hay que “desterrar definitivamente de la Argentina todo lo que se conoce como la timba financiera”, son sencillamente una burla, ya que con las tasas positivas y las prebendas a la banca la “timba financiera” no hará más que profundizarse. Al igual que los dichos de Pesce acerca de que el gobierno no va a “aplicar ninguna receta recesiva”, cuando la suba de tasas de referencia lleva a un encarecimiento de los créditos industriales, atentando contra la actividad económica lo cual se deriva en cierres y despidos.

A todas luces, cada medida que toma el gobierno agrava los desequilibrios económicos, descargando las consecuencias sobre los trabajadores. Debemos terminar con las corridas, con el pago de la deuda usuraria y con todos los mecanismos parasitarios propios del dominio capitalista sobre el sistema financiero, y que sea la clase obrera la que tome las riendas de la economía del país. La única clase social dispuesta a encauzar un rumbo de desarrollo y a resolver el conjunto de las necesidades sociales, postergadas por todos los gobiernos.