Benny Morris: “Vendrán explosiones más agresivas”

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La impasse mortal del sionismo
Benny Morris es el pionero del revisionismo israelí, la corriente histórica que denunció que la "guerra de la independencia" de 1948 no fue más que una limpieza étnica de la población árabe para confiscar sus tierras y expulsarla de Israel. Desde la Segunda Intifada, sin embargo, ha pasado a justificar esa misma "limpieza", desde el Muro del Apartheid hasta los asentamientos ilegales. Sus palabras, entonces, son significativas.
Morris acaba de publicar un largo artículo (El País, 17/1), donde explica que "la sensación que vive Israel es que el mundo se le viene encima". Según Morris, esta "sensación" -agravada por el fracaso del Ejército sionista en la guerra contra Hezbollah- "desencadenó una reacción violenta a fines de 2008". Se refiere al ataque contra Gaza.
El propio Morris advierte que "el ataque no resolverá el problema de base planteado por la Franja de Gaza, donde viven 1,5 millones de palestinos víctimas de la desesperación y la pobreza". Pese a que el ataque no resolverá nada, Morris apoya los bombardeos.
Lo mejor que se podría obtener, reconoce, es "una nueva tregua temporal con la mediación de Egipto y Turquía". Pero Israel no ha conseguido "una nueva tregua"; sus relaciones con el régimen de Egipto están en completa crisis; Turquía, un aliado estratégico, pidió la expulsión de Israel de las Naciones Unidas por cometer crímenes de guerra.
Morris anticipa que aún cuando Israel lograra derrotar completamente a sus "amenazas externas" (Irán, Hezbollah, Hamas), esa "sensación" no desaparecería por la existencia de "una amenaza interna": los 1,3 millones de ciudadanos israelíes de origen palestino, que constituyen el 20% de la población del Estado de Israel. El señalamiento suena como una amenaza.
Los árabes israelíes, informa Morris, "se han radicalizado (...) reconocen abiertamente su identidad palestina y han hecho suyos los objetivos nacionales palestinos (...) sus líderes apoyaron más o menos públicamente a Hezbollah en 2006". En estos días, los árabes-israelíes organizaron movilizaciones de cientos de miles en las ciudades de Israel contra la masacre de los palestinos de Gaza.
"Las fricciones entre los árabes-israelíes y los judíos-israelíes se alzan ya como un factor político contundente", sigue Morris. El Consejo Electoral israelí prohibió la participación de dos partidos árabes en las próximas elecciones. "La mayor parte de los judíos (los) ven como una potencial quintacolumna", explica. Las encuestas muestran que crece sistemáticamente el porcentaje de la población judía-israelí que desea expulsarlos del Estado. La policía israelí los trata como a terroristas. Desde el comienzo de la operación en Gaza, más de 700 árabes-israelíes fueron detenidos por participar en las manifestaciones. De nuevo, el anticipo de una nueva "limpieza".
El problema, dice Morris, "son las características demográficas (...) si la tendencia actual persiste, los árabes constituirán la mayoría de los ciudadanos israelíes en 2040 ó 2050 (...) dentro de cinco o diez años, los palestinos (los de Israel, Gaza y Cisjordania) formarán la población mayoritaria de Palestina (la tierra que se extiende entre el Jordán y el Mediterráneo)". Los "problemas demográficos" tienen soluciones conocidas. La canciller Livni anunció que "invitará" a los árabes-israelíes a abandonar el Estado de Israel.
Benny Morris advierte, luego de la masacre de Gaza, que "vendrán explosiones más agresivas". Esta amenaza-pronóstico demuestra que Israel y el sionismo se encuentran en una impasse mortal. Morris deja al descubierto las fuertes tendencias a la disolución del Estado de Israel, que sólo puede mantenerse como "Estado sionista" mediante masacres crecientes. Morris elude mencionar que los regímenes reaccionarios de Jordania y de Egipto tampoco podrán sobrevivir a la tendencia creciente a la sublevación popular. Israel se encuentra ante la encrucijada de tener que lanzar guerras cada vez más mortíferas (incluida la nuclear), o la superación revolucionaria del proyecto colonizador del sionismo, por una república socialista de Palestina de trabajadores árabes y judíos.