El miércoles 8, al cumplirse cuatro meses de su asesinato, los familiares de Cristian Domínguez, acompañados por organismos de derechos humanos, organizaciones sociales, agrupaciones piqueteras y partidos de izquierda, marchamos por Berisso para exigir justicia y castigo a los asesinos. Más de 300 personas salieron del Playón Municipal para pasar por el hospital, la Comisaría 1ª de Berisso y terminar nuevamente en el Playón donde Pedro, su padre, habló a los presentes.

Cristian fue detenido en una esquina de Berisso por personal policial, que alegó que estaba borracho y lo trasladó a la Comisaría 1ª. Cristian no estaba borracho sino bajo los efectos de su medicación. De la Comisaría lo trasladaron al hospital, de donde fue retirado por la policía para depositarlo en una celda donde luego aparecería “ahorcado-suicidado”. A partir de aquí se produce todo el armado de impunidad para salvar al aparato represivo responsable de este crimen.

Cristian fue asesinado en plena reestructuración de la maldita Bonaerense. Fue asesinado por la “nueva” policía comunal, a la que suscribe el Municipio de Berisso. Esto desnuda la política de Arslanián con respecto a la Bonaerense y a la seguridad; pone sobre la mesa que la formación de los “foros vecinales de seguridad” son un arma contra la juventud y los trabajadores. Desde que se comenzaron a implementar estos foros, las detenciones de jóvenes en las calles aumentaron. Esta nueva policía está metida en cuanto curro, robo, transa con drogas y enriquecimiento ilícito hay. En la Comisaría 1ª, el nuevo comisario de la nueva policía fue desplazado por chorro.

Las consignas de la movilización: “Basta de impunidad, basta de represión, abusos y apremios ilegales, basta de muertes en comisarías” son una guía en la lucha que está planteada.