Políticas

9/2/2017

Bicameral: Pitrola denunció la antiobrera reforma de las ART

El diputado del Partido Obrero-Frente de Izquierda planteó un programa en defensa de la salud y la vida de los trabajadores.

@tomaseps


El diputado del Partido Obrero-Frente de Izquierda, Néstor Pitrola, intervino en el debate que se desarrolló en la Comisión Bicameral de Trámite Legislativo contra el decreto macrista que reforma la ley de Riesgos del Trabajo, planteando un programa frente a la avanzada contra la vida y la salud de los trabajadores que supone esta nueva legislación.


 


El debate se realizó poco antes de las sesiones extraordinarias del Congreso que debatirán un proyecto de ley sobre el tema, tan antiobrero como el decreto, y que ya cuenta con media sanción favorable del Senado y con el apoyo de todos los bloques políticos patronales y de la burocracia de la CGT. La impostura quedó subrayada, finalmente, por la ausencia de un dictamen de la bicameral en rechazo al DNU, pese a los contundentes argumentos de referentes del movimiento obrero combativo y de la izquierda en la reunión.


 


Sergio Massa jugó un papel fundamental en esta ofensiva antiobrera, comprometiendo el voto favorable del Frente Renovador en las extraordinarias, al igual que Diego Bossio, del Bloque Justicialista. Por su parte, Abal Medina, del FpV-PJ, impidió con su voto que la bicameral emitiese un dictamen de rechazo al DNU, lo que objetivamente hubiera implicado un golpe a la ofensiva del macrismo.


 


La burocracia sindical que conduce la CGT directamente se ausentó del recinto, "coherente" con el aval que prestó en diciembre pasado al proyecto de reforma que aprobaron los senadores.


 


A continuación, transcribimos algunos aspectos centrales de la denuncia expuesta por Pitrola:


 


Toda una ofensiva


 


Un viaje de décadas. La actual avanzada sobre los "costos laborales" viene de un largo camino de precarización. Continúa la línea de la flexibilización laboral de los '90, que se agravó con el auge del trabajo en negro en la última década y hoy marcha a una nueva precarización del trabajo con las reformas de convenio impulsadas desde el gobierno central y las patronales. Es un segundo episodio, luego de la reforma de la ley, en 2012, que atentó contra la "doble vía" (que permite al trabajador que cobrase una indemnización de las Aseguradoras de Riesgos del Trabajo –ART recurrir también a la Justicia para demandar contra la empresa), en tiempos de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, aplaudida de pie por la Unión Industrial Argentina y apoyada por el PRO de la época. Al cabo de este recorrido, la cifra de accidentes de trabajo asciende a 700.000 por año, destacó Pitrola, "No estamos ante la 'industria del juicio' [en referencia al latiguillo repetido por empresarios y medios patronales] sino ante la industria del accidente de trabajo".


 


Un ataque de conjunto. La reforma forma parte de un plan antiobrero que también comprende la tentativa de revisar los convenios laborales. La clase capitalista busca eliminar los resabios de los convenios de 1975, el punto más alto impuesto por la lucha obrera a la explotación del capital, y rescata los convenios flexibilizadores de los '90, como el impuesto en el gremio del plástico. La nave insignia es el acuerdo de Vaca Muerta, que incrementa los riesgos a la salud y la vida de los trabajadores petroleros.


 


Crece la explotación, crecen los accidentes. El crecimiento exponencial de los siniestros laborales es el producto de toda una política de fondo que rige la relación laboral: multiplicación de los premios por presentismo, alargamiento de la jornada laboral, incremento de los ritmos de producción, recorte de los descansos intermedios, disminución de las dotaciones de máquinas y tareas de todo tipo, salarios que cubren apenas un 40% de la canasta familiar y obligan a realizar horas extras para sobrevivir.


 


Los elementos de fondo de la reforma


 


Una contrarrevolución laboral, hacia el siglo XIX. La reforma busca liquidar el reconocimiento de los accidentes in itinere (los que ocurren el viaje del trabajador de su hogar al trabajo, o al revés) que constituye el 52% de los accidentes laborales. Se evadiría así una responsabilidad patronal derivaba de la legislación que impulsó Alfredo Palacios hace más de un siglo.


 


Sin salud.​ Ya en el presente se desconocen la mayoría de las enfermedades laborales. En el cuadro de la reforma, hay un inmenso lobby patronal por establecer criterios todavía más restrictivos sobre las indemnizaciones por lesión o enfermedad –y una burocracia oficialista dispuesta a entregar todo.


 


Fuera de juicio. Amparándose en los niveles de litigio laboral, la reforma saca estos juicios de los tribunales laborales y los envía al fuero federal de la Seguridad Social (un ámbito creado bajo el menemismo para evadir pagos a los jubilados). De fondo, se busca negar el hecho elemental de que el patrón es responsable por los daños a los trabajadores en relación de dependencia. El mecanismo implica dejar todo al arbitrio de "Comisiones Médicas" –una instancia administrativa previa a la justicia– sin ningún tipo de control de los trabajadores.


 


Resarcimientos a la baja. Actualmente, los montos indemnizatorios responden al enorme lobby de las nueve ART que concentran el 90% de mercado de 8.000.000 de personas y que han impuesto las tarifas de las indemnizaciones muy a la baja –al extremo de que la Ley debió aceptar un 20% de aumento de las mismas, que estaban hace años congeladas. Muchos de los juicios se originan en el reclamo contra estas sumas ridículas que los empresarios llaman exorbitantes. El pasaje de los arbitrios a las Comisiones Médicas entrega aún más a los enfermos y accidentados a la depredación patronal de las ART, y la prolongación de los trámites judiciales opera como una extorsión contra los obreros a aceptar estas propuestas miserables.


 


Más barato el accidente, menos prevención. Se trata de un punto clave. La tecnología de hoy permite disminuir a su mínima expresión el riesgo de la vida, la integridad y la salud del trabajador, pero eso exige destinar fondos a la prevención, respetar protocolos de seguridad, garantizar normas y eliminar el trabajo a destajo. "No hay tarea insalubre, lo que hay son condiciones insalubres para una tarea", sostuvo Pitrola. La baratura de las obligaciones patronales frente a accidentes vuelve superficiales –a ojos capitalistas– estos expendios.


 


Un programa


 


Control obrero en los lugares de trabajo. El diputado defendió la necesidad de comisiones obreras electas (coincidentes o no con la representación sindical), que se encarguen de monitorear y garantizar, con potestad sindical, el cumplimiento de las normas de seguridad e higiene.


 


Rechazo del régimen de las ART, que ha desembarazado a las patronales de la responsabilidad para prevenir el accidente, y de las reformas posteriores que agravan la indefensión del trabajador.


 


Rechazo de todo ataque al fuero laboral. El trabajador debe poder acceder libremente a la Justicia, teniendo prelación del derecho laboral, por tratarse de la parte débil del contrato laboral.


 


Pitrola concluyó su intervención integrando estos planteos legislativos al programa del clasismo en el movimiento obrero, planteando abrir un debate profundo con las organizaciones obreras del país sobre el tema y reafirmando la demanda de un inmediato paro nacional activo de la CGT y las demás centrales sindicales, contra los despidos, la flexiblización y los topes a las paritarias, y en defensa de un salario que cubra la canasta familiar, los convenios colectivos y la vida y la salud de los trabajadores.