Políticas
17/12/2024
“Bienestar escolar y educación emocional”: una ley que busca el adoctrinamiento estatal y avanzar contra la ESI
Aprobada en la Legislatura con el voto a favor del peronismo.
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Corresponsal.
La Legislatura aprobó la ley de “bienestar escolar”, un proyecto impulsado por el gobierno de Jorge Macri, que contó con el voto favorable de todos los partidos políticos “opositores”, incluidos los de Unión por la Patria. Los legisladores del Frente de Izquierda fueron los únicos que la rechazaron.
En un contexto de crisis social, donde más del 60% de las infancias pasan hambre y se encuentran bajo la línea de la pobreza, esta ley no destina ni garantiza recursos para asegurar un “bienestar escolar” efectivo. No nombra ni un solo especialista para tratar las problemáticas sociales y de salud mental que afectan a muchos niños y adolescentes, ni garantiza una alimentación adecuada, ni proporciona dispositivos de apoyo para las infancias que sufren violencia o abusos. Hablar de “bienestar” y salud mental sin recursos para garantizarlo es, como mínimo, un engaño.
El engaño que se intenta instalar es que, sin nuevos recursos ni personal especializado, se puede garantizar el “bienestar escolar” simplemente mediante la formación de los docentes en “educación emocional”, para que los estudiantes “controlen” sus emociones y de esa manera alcancen el bienestar. Esto implica que, si en las escuelas no se logra el “bienestar”, se podrá culpar a los docentes por no haber sido eficaces en enseñar a los estudiantes a “controlar” sus emociones, desresponsabilizando a los gobiernos por no garantizar derechos básicos como una alimentación adecuada, el acceso a la salud mental con el personal necesario, y por ser los que nos llevaron a esta situación de pobreza, miseria y crisis social que estamos viviendo.
En las escuelas secundarias piloto de la reforma educativa “BA Aprende” implementada por el gobierno de Macri, ya se está llevando adelante esta línea y se está obligando a los docentes a evaluar a sus alumnos en habilidades socioemocionales, como por ejemplo la “autorregulación”, con graduaciones calificativas. Frente a las dificultades que atraviesa un estudiante, ¿debemos acompañarlo, entender lo que está viviendo y ayudarlo si está atravesando por ejemplo una vulneración de derechos? ¿O debemos seguir lo que plantea el gobierno y exigirle que controle su angustia y emociones, y reprobarlo si no lo logra?
Una ley contra la ESI y con apoyo eclesiástico
Durante las reuniones informativas organizadas por la Comisión de Educación de la Legislatura, el macrismo convocó a especialistas y organizaciones para defender su proyecto de ley, destacándose representantes de universidades y escuelas privadas religiosas, y voceros eclesiásticos. Incluso escuelas privadas confesionales presentaron sus propios proyectos de ley sobre educación emocional, como el Instituto “Monseñor Dillón” de la Asociación Católica Irlandesa. Además, uno de los principales impulsores de la educación emocional es el gurú religioso David Steindl-Rast, monje benedictino de la fundación Vivir Agradecidos.
Mientras el lobby y la implementación de la educación emocional avanzan en todo el país -además de la CABA, también se votaron leyes en Jujuy, Misiones, Corrientes, Tucumán, entre otras provincias, gobernadas por diferentes signos políticos-, es evidente que en paralelo se está desfinanciando la aplicación de la ESI.
En CABA, se está vaciando la capacitación en ESI, y lo que aún se sostiene es gracias al esfuerzo de docentes y estudiantes, como el postítulo de ESI del Joaquín V. González, cuyas docentes estuvieron meses sin cobrar y cada vez cuentan con menos presupuesto. Este año, las escuelas de la ciudad directamente no recibieron materiales para las jornadas de ESI establecidas por el calendario escolar. Lo que sí se nota es la clara intención política de cambiar el paradigma que propone la ESI por la Educación Socioemocional, lo que es un pilar de la reforma educativa “Buenos Aires Aprende”.
¿En qué consiste este cambio de paradigma?
Mientras la ESI propone pensar a los estudiantes como sujetos de derecho y abordar la afectividad desde el respeto por los derechos y la convivencia, la Educación Emocional promueve el disciplinamiento y un adoctrinamiento de los estudiantes, enfocado en la autorregulación y el control individual de las emociones, sin importar las condiciones de su entorno. Pensar que problemas estructurales como la violencia, la delincuencia o el suicidio pueden resolverse con técnicas de autocontrol es una simplificación peligrosa, que solo beneficia a quienes defienden este régimen social de hambre, pobreza y miseria.
La colaboración de Unión por la Patria
Durante las reuniones informativas, el bloque de legisladores de Unión por la Patria presentó a una serie de especialistas, docentes y estudiantes que criticaron el proyecto del gobierno de Macri. Sin embargo, nunca convocaron a movilizarse y retiraron su propio dictamen para “negociar” con el gobierno. Esta negociación resultó en cambios cosméticos al proyecto, ya que, como hemos señalado, con esta ley no se destina ningún recurso para solucionar las problemáticas que atraviesan las escuelas. Lo que sí se introduce por ley es el paradigma y los objetivos de la educación socioemocional. Lo más importante es que la ley establece que el Ministerio de Educación será quien determine su aplicación, otorgando más poder a la ministra Mercedes Miguel y a Macri para profundizar las reformas que están llevando adelante.
Esta política de “negociaciones” a espaldas de las comunidades educativas no solo es aplicada por el peronismo en el ámbito legislativo, sino también por la conducciones “celeste” de la UTE (Unión de Trabajadores de la Educación) y de UDA (Unión Docentes Argentinos) que han negociado y dado apoyo político y sindical a la reforma “BA Aprende”, a pesar de que en las escuelas piloto de la reforma se han perdido cientos de cargos docentes y hay un avance contra las condiciones laborales y educativas en todos los niveles.
Esta política de negociación y entrega es contraria a la voz y reclamos de las escuelas: con el apoyo e impulso del sindicato Ademys más de 80 escuelas secundarias se manifestaron en contra de la reforma “BA Aprende”, y se logró por la lucha de sus docentes y estudiantes impedir su aplicación en varias escuelas que habían sido designadas como piloto de la reforma.
Como así también desde la banca de Gabriel Solano, no solo votamos en contra y rechazamos esta ley, sino que hemos sido convocantes y difundido a las especialistas, docentes y estudiantes que vinieron a la Legislatura a disertar y explicar las razones del rechazo a esta ley que introduce la educación emocional. A la vez que presentamos un proyecto de ley contrapuesto, que sostiene la necesidad de nombramiento de personal especializado para poder abordar las necesidades de salud mental y las problemáticas que atraviesan a los estudiantes, y el nombramiento de cargos de referentes ESI con remuneración garantizada en todas las escuelas, para poder avanzar en la aplicación efectiva de la ESI.
Defendamos la ESI y nuestra educación
El gobierno buscará avanzar en la implementación de esta ley, promoviendo la educación emocional en lugar de la ESI y llevando adelante la reforma “BA Aprende” en las escuelas y niveles educativos de la ciudad. En las “escuelas piloto” y en los niveles donde ya se ha aplicado, como en los CENS, se ha demostrado el desastre que implica: cese de cargos y descalificación educativa.
Llamamos a continuar y profundizar la organización que comenzó en las escuelas este año para defender la educación de los ataques del gobierno. Defendamos la educación pública y las condiciones laborales docentes, y exijamos recursos para nuestros estudiantes y la aplicación efectiva de la ESI.