Políticas

17/6/2015|1368

Binner abandona a Stolbizer


Binner es un canalla. Hace dos meses, cuando se bajó de la candidatura presidencial, impulsó públicamente a Margarita Stolbizer para que ocupara su lugar en la carrera presidencial. Ahora, la abandona a su suerte.


 


Esta semana, el Frente Progresista de Santa Fe, integrado por el socialismo y la UCR, anunció que presentará sus candidatos a senador, diputado nacional y delegado regional del Mercosur con “boleta corta”, es decir, sin pegarla a ningún candidato nacional.


 


La disyuntiva que enfrentaban las fuerzas que conforman el Frente era a qué candidato a presidente apoyar, así como la crisis que seguramente traería definirse por alguno.


 


Por un lado, el Partido Socialista no podía exponerse a perder a su principal aliado y garante del gobierno en Santa Fe -la UCR- para apoyar la candidatura de Stolbizer, que Lifschitz acaba de calificar de testimonial. Santa Fe es todo lo que le queda al socialismo.


 


Por otro lado, la UCR de Santa Fe tiene sus fichas y sus cargos puestos en el gobierno del Frente Cívico. Por fuera de éste, los radicales son un conjunto de camarillas insignificantes. Además, para la UCR, apoyar a Stolbizer contra Sanz representaría decididamente una nueva ruptura nacional. La noticia, según repercusiones periodísticas, cayó muy mal en la mesa nacional de la UCR y se planteó la posibilidad de intervenir la UCR provincial si no acataba la decisión de la Convencional Nacional de Gualeguaychú, que votó ir a internas con el candidato del PRO.


 


A ambas fuerzas provinciales, les conviene entonces despegarse de la pelea nacional y jugarse al corte de boletas entre Stolbizer y Sanz-Macri.


 


La presentación de la boleta corta en Santa Fe es un golpe fuerte a la candidatura “progresista” de Margarita, porque pierde los votos que le sumaría en la provincia ir pegada a la candidatura de Binner. Parece sorprendente, pero las fuerzas del Unen siguen entregando capítulos de su desintegración.


 


 


Con el Frente de Izquierda


 


Estas fuerzas políticas han renunciado definitivamente a la lucha por erigir una alternativa progresista en el país. Amén de no haberlo podido hacer por los límites enormes de su programa y sus definiciones políticas en los temas fundamentales. Su único propósito es defender sus quintas y asegurar la mayor cantidad de cargos.


 


Esa parte de la sociedad, que se opone a las viejas estructuras políticas desde un punto de vista progresista, debe poner decididamente sus expectativas en el Frente de Izquierda.