Políticas

16/6/2016|1415

Blanqueo: un reforzamiento del régimen offshore

A medida que van pasando los días, aparece con más claridad el bochorno que representa el blanqueo. El gobierno bate el parche sobre los ingresos al fisco que reportará la nueva ley. Pero el proyecto termina recortando por todos lados la recaudación


A medida que van pasando los días, aparece con más claridad el bochorno que representa el blanqueo. El gobierno bate el parche sobre los ingresos al fisco que reportará la nueva ley. Pero el proyecto termina recortando por todos lados la recaudación.


 


La propaganda oficial omite que la valuación de los bienes blanqueados se hará al tipo de cambio vigente al 31 de diciembre de 2015. La cotización del dólar, a esa fecha, era menor a 13, lo que ya implica una sensible quita.


 


Además, el blanqueo incluye la posibilidad de abonar el impuesto especial con títulos públicos Bonar 17 o Global 17. En el dictamen de mayoría, que sale con el aval del massismo y el PJ disidente, se ha rebajado la penalidad o multa a quienes se inclinen por esta opción, llevándola del 12 al 10%. Si tenemos presente que quienes compren o posean estos títulos van a ir cobrando cupones por intereses, el costo real del blanqueo terminará reduciéndose varios puntos más.


 


Pero el aporte podría ser nulo si se invierte en títulos en dólares que emitirá al gobierno. Esos títulos vienen con un premio adicional, pues permitirán a quienes lo compren, blanquear bienes por el triple del valor del bono.


 


Pero la verdadera perlita que ha quedado relegada en los comentarios periodísticos, es un artículo que incluye dentro de los beneficios del blanqueo a “los bienes que se hubieran declarado con anterioridad a la vigencia de la presente ley”. Un traje a medida de Macri, pues en esta órbita entraría el depósito de 18 millones de Bahamas que declaró antes de esta sanción. Dichos bienes blanqueados con “anterioridad” contarían con la ventaja de gozar del blindaje legal e impositivo del blanqueo, pero sin que tener que abonar un peso (un blanqueo de costo cero).


 


En el paquete, hay que incluir la moratoria de las deudas tanto impositivas como previsionales. Se trata de una enorme licuación de las deudas, que


incluye la ya declarada. La ley condona multas y recorta intereses. Pero además, la moratoria podrá cancelarse en 60 cuotas a una tasa del 1,5%, lo cual termina evaporando la deuda por inflación (una vara muy distinta de la que se utiliza para los créditos hipotecarios, a los que se les aplicaría el IVC -o sea, la variación de acuerdo a los precios del consumidor).


 


El dictamen incluye una modificación de último momento: una moratoria excepcional para el pago de las contribuciones patronales, de 90 cuotas. La tasa de referencia será la pasiva del Banco Nación, que hoy está por debajo de los intereses que cobra la Afip. Una nueva vuelta de tuerca en el desfinanciamiento de la Anses.


 


Impasse económico


 


Existe una coincidencia entre los diferentes analistas de que el 80 por ciento de lo que se blanquee quedará afuera del país. Un verdadero fiasco por referencia a las expectativas oficiales.


 


El blanqueo es una confesión de que el horizonte idílico que el macrismo auguraba a partir del arreglo con los buitres, está muy alejado de la realidad.


Los pronósticos de inversión productiva están reducidos a una mínima expresión. El capital no encuentra oportunidades de inversión lucrativa en momentos en que se acentúa la recesión y se cierran los mercados internacionales, empezando por el estratégico mercado brasileño.


 


En estas condiciones, el ingreso de capitales sólo ha redundado en una nueva bicicleta financiera, tentado por las tasas usurarias. Aún así, no ha impedido que siga la fuga de capitales que en los tres primeros meses ascendió a la friolera de 3.700 millones de dólares: la entrada de capitales tiene un carácter puramente especulativo y viene alimentando la emisión monetaria y las tendencias inflacionarias en pesos y en dólares, provocando un atraso en el tipo de cambio y nuevas presiones devaluatorias. Estas contradicciones, que atizan las divisiones y choques en la burguesía serían reforzadas por el blanqueo.


 


Lejos de tratarse de una ley de repatriación de capitales, esta amplia amnistía impositiva y penal conduce al reforzamiento de un régimen offshore. El blanqueo admite no sólo que los capitales blanqueados continúen fuera del país sino que el proyecto oficial los termina premiando, al liberar, de ahora en más, del impuesto a las ganancias el resultado de la compra venta de acciones o títulos del exterior.