A partir de este martes 6 de febrero rige el aumento del 251% para el transporte público en el Amba, que afecta a millones de trabajadores. Un boletazo que lleva el promedio del boleto de colectivo a $300 y de tren a $169, y que restringe la movilidad y el poder adquisitivo de los trabajadores, en medio de un agravamiento de la crisis social y económica.

La medida corresponde a una resolución de la Secretaría de Transporte, que ordenó el aumentazo en sintonía con el cumplimiento de las metas y objetivos fijados con el FMI: parte de la política de ajuste del gobierno nacional sobre el pueblo trabajador.

Con este aumento el mínimo del boleto de colectivo en el Amba pasó de $77 a $270, mientras que la tarifa más baja para el transporte en tren pasó a costar $130. Estos importes se agravarán un 60%, a partir de abril, de no contar con la tarjeta Sube registrada en el sistema.

De esta forma, el boleto de colectivo del Amba queda a la par de las tarifas que se pagan en todo el país, siendo este un primer aumento de otros que prepara el gobierno para “ajustarse” a los reclamos de las patronales del sector.

Cabe agregar que se vienen registrando problemas para la carga de la Sube y la acreditación de crédito por el colapso del sistema y el ajuste sobre el personal de boleterías de los trenes.

Desde las patronales concesionarias del transporte público señalan que el valor del boleto del colectivo debería ascender a $981 para cubrir la retirada total el gobierno de los subsidios, lo que adelanta futuros boletazos de esta misma índole contra los trabajadores. Mientras que la voluntad del gobierno es actualizar mensualmente los precios del transporte según la evolución de la inflación.

Esta política es parte de la orientación oficial de transferir ingresos desde los bolsillos de los trabajadores hacia los empresarios, con la liberalización de tarifas y desregulación del mercado, mientras los salarios e ingresos populares son pisoteados por la inflación y las políticas de Estado.

El aumentazo del gobierno de Milei se da en el marco de la promoción del aumento de los combustibles y el encarecimiento de todos los medios de transporte y la logística de bienes de consumo masivo, ampliando aún más la brecha inflacionaria con los salarios.

Las nuevas tarifas no se ajustan a ninguna auditoría real sobre las concesiones privadas del servicio de transporte público, donde las patronales no invierten en la mejora del servicio ni en los salarios de los trabajadores –lo que está motivando un conflicto en el gremio con la amenaza de un paro en el transporte del interior para este jueves 7-, sino a las presiones de las patronales.

El boletazo de Milei es parte del ataque contra los trabajadores que hay que enfrentar con la movilización popular y los métodos de lucha de la clase obrera: el paro y el plan de lucha. El transporte público debe ser accesible al conjunto de la población, para lo que se requiere la apertura de los libros de las empresas para ver en qué se utilizan los fondos del Estado, y el control por parte de usuarios y trabajadores.