Políticas

10/11/2018

Bono de fin de año y ajuste: los jubilados, en la ganchera

Jubilados Clasistas

Se ha explicado ampliamente desde Prensa Obrera como la burocracia pretende con este miserable bono, entregar inermes a los trabajadores frente a la política antiobrera del gobierno, los gobernadores y el FMI. Esto es particularmente cierto y grave para los jubilados.


La razón de excluir a los jubilados sería que en diciembre recibirán un nuevo ajuste. Efectivamente, en diciembre habrá un ajuste del 7,80% de acuerdo con el cálculo de la movilidad establecido en la ley de Reforma Previsional. Con este incremento se llegará a un 28.5% en el año cuando la inflación para el mismo período se estima ya en un 48%. Es decir, asistimos a un deterioro brutal que afecta a millones que hoy perciben un haber mínimo absolutamente miserable de $8.600, que apenas cubre un tercio de la canasta básica del adulto mayor, estimada por la Defensoría de la Tercera Edad en $24.000. El impacto en las condiciones de vida y la salud de los adultos mayores es demoledor; en los barrios de Belgrano, Colegiales y Saavedra, los comedores de los centros de jubilados rebalsan y hay anotados en listas de espera. Muchos de estos centros de jubilados tienen graves dificultades para cubrir sus gastos fijos por la estampida de las tarifas de los servicios. ¡Y esto sucede en el “acomodado” barrio de Belgrano! Es un cuadro de derrumbe social.


Derrotar esta política criminal es una cuestión de supervivencia y plantea la necesidad de desenvolver un amplio movimiento de lucha de los jubilados y pensionados que pueda superar la traición de la burocracia, colocando en primerísimo lugar el reclamo de un aumento de emergencia. Claro que para el conjunto de los trabajadores también está planteado la necesidad de impulsar un movimiento general de lucha por similares razones.


En este escenario, el gobierno negrero de Cambiemos postergó el tratamiento de una nueva ley Previsional cuyos términos había acordado con el FMI –aumento  de la edad jubilatoria, reducción del haber inicial, etc– porque admiten que “el horno no está para bollos” y que la tendencia a una rebelión de los explotados está a flor de piel. Esto nos ilustra que con una dirección representativa de los intereses de los trabajadores (y jubilados) es posible golpear sobre las debilidades de este gobierno en bancarrota y derrotarlo.


Impulsar una Huelga General y una nueva dirección de los trabajadores que la tome en sus manos son tareas que van unidas.