Políticas

4/9/2017

Brutal deterioro en la atención de la salud de los sectores más humildes

Según un estudio, un tercio de la población redujo estudios o tratamientos por no poder pagarlos


En el curso del último año, una tercera parte de la población argentina ha debido reducir tratamientos o estudios vinculados con su salud, dado que no ha podido pagarlos, según destaca un informe preparado por el Programa de Estudios sobre la Salud de la consultora Poliarquía y Prosanity.


 


Pero, si se desagregan los datos, el resultado es que esa reducción alcanzó a una de cada dos personas que se atienden en el hospital público, los más humildes de la población, contra uno de cada diez pacientes que utilizan la medicina privada.


 


Las razones están, en primer lugar, en la caída del poder adquisitivo de los sectores de menores ingresos, que han quedado atrás en la carrera contra la inflación, a lo que se suman los tarifazos en los servicios públicos que ya se llevan una parte importante de esos ingresos.


 


El otro golpe proviene de la baja en las prestaciones de la salud pública. La falta de medicamentos y la reducción de servicios y programas, hace que muchas personas se vean imposibilitadas de realizarse estudios. También de recibir los medicamentos que requieren y de la atención necesaria en el momento adecuado.


 


El documento indica que el 36% de los consultados atribuyó la espera para la consulta como una de las razones de la suspensión de alguno de sus tratamientos en el curso de los últimos 12 meses. Entre los afiliados al PAMI y los usuarios de los hospitales, la proporción fue mayor: el 55 y 51 por ciento, respectivamente.


 


Por ejemplo, en los hospitales de la Capital, el promedio de demora para una cirugía oscila en los seis meses. A esto se suma la escasa aparatología para la realización de estudios y la antigüedad de esos equipos.


 


Y el cuadro se agrava por los bajos salarios ofrecidos a los médicos. Esto hizo que, por ejemplo, hace poco tiempo, el gobierno de la Ciudad no pudiera cubrir los cargos que demandaba para profesionales de ambulancias porque ofrecía poco más de $20 mil mensuales.


 


Y otro tanto sucede con las residencias médicas que hoy, justamente porque el salario ofrecido está en ese nivel, no tienen postulantes suficientes como para cubrir todas las vacantes que se ofrecen.


 


Un informe de la Fundación Soberanía Sanitaria añade como ejemplo grave que, como consecuencia de la merma en la distribución de medicamentos y de un retraso en la compra de las drogas necesarias para el tratamiento de la tuberculosis por parte del Ministerio de Salud, muchos pacientes quedaron desprovistos de atención. En el informe se añade que esa cartera también dio de baja el programa por el que se proveía a los sectores de bajos recursos de prótesis odontológicas,


 


En lo que respecta a los planes del macrismo para el año próximo, el ministerio que encabeza Jorge Lemus, reconoció que habrá más recortes en planes "que se vienen subejecutando desde hace muchos años, que van a recibir menos presupuesto el año que viene". Esto sin aclarar si esos programas son necesarios para la salud de la población. El marco es la pretendida rebaja drástica en los gastos del Estado que ya adelantó el gobierno y que dará a conocer, en toda su amplitud, luego de las elecciones de octubre.


 


El informe de Poliarquía y Prosanity añade otro dato que indica la profundidad del ataque oficial a la salud pública y, en especial, a la de los adultos mayores. Entre los jubilados afiliados al PAMI que, teóricamente, debieran tener cubiertas todas las necesidades de atención de la salud en forma gratuita, el 34% manifestó que, por motivos económicos, ha debido abandonar tratamientos o dejar de realizarse algún estudio.


 


Esto se debe a que el PAMI, entre otras cosas, recortó la cobertura de medicamentos para sus afiliados, interrumpió la provisión gratuita de anteojos, eliminó programas de prevención de enfermedades recurrentes en los adultos mayores  redujo las prestaciones de trasplantes.


 


Este cuadro, claro, no comenzó en el país en el último año. El kirchnerismo hizo inauguraciones repetidas de hospitales en las provincias que en muchos casos nunca funcionaron a plenitud, que acompañó con la mantención de una infraestructura obsoleta y centenaria en la mayoría de los establecimientos de atención de la salud.


 


También en el crucial tema de la atención de la salud de la población, los gobiernos capitalistas quieren que la crisis económica la paguen quienes viven de su trabajo.


 


Es necesario un programa opuesto. Duplicar el presupuesto en salud, provisión a los hospitales públicos de todos los elementos necesarios para la atención adecuada de la población y la aparatología moderna de la cual hoy carece la inmensa mayoría de los centros de salud pública del país. Hay que realizar una fuerte inversión para cambiar toda la infraestructura hospitalaria obsoleta. Y aumentar los salarios de los médicos y de todo el personal de los hospitales.  Que, en su inmensa mayoría, no llega o apenas alcanza a los valores de la canasta familiar.