Políticas

26/10/2017|1479

Buenos Aires: Salimos cuartos en la tercera sección electoral


Mucho se ha escrito en esta campaña electoral en los medios de comunicación sobre la tercera sección electoral bonaerense. Ha sido presentada como un bastión inexpugnable del kirchnerismo y fue su base de operaciones en toda la campaña, apoyándose en los intendentes del PJ de la zona que fueron en las listas de Unidad Ciudadana.


Aquí ha sido donde CFK concentró su demagogia “contra el ajuste”, que, sin embargo, contrasta con las condiciones de vida en barriadas de La Matanza, Avellaneda o Varela después de décadas ininterrumpidas de gobierno pejotista.


 


El operativo de polarización lanzado entre CFK y el PRO con sus respectivos multimedios tuvo un efecto devastador sobre las variantes de oposición semi-macrista de Massa y Randazzo. Muchos votos de esas opciones migraron a Cambiemos y en menor proporción a Unidad Ciudadana. Sin embargo, incluso en esta sección, la única de la provincia donde ganó UC, ese operativo también fracasó en horadar los votos del Frente de Izquierda. Por el contrario, acá también crecieron de las Paso a octubre colocándose, de conjunto, por encima del promedio provincial con un 5,78%, aportando 190 mil votos a diputado nacional. En la tercera sección, Pitrola superó a Randazzo a senador, logrando el cuarto lugar para el FIT (como también en la primera y en La Plata) y Guillermo Kane ingresó a la Legislatura bonaerense, por encima del “Chino” Navarro, dirigente del Movimiento Evita y otrora presidente del bloque del FpV, que no llegó al piso electoral.


 


Se destaca La Matanza con 43.500 votos, promediando un 5,67 a diputado nacional con picos de 10% en zonas del primer cordón como Villa Madero y Ramos Mejía. A nivel local fuimos tercera fuerza en Ezeiza (6,13%), Almirante Brown (6,09%) y Avellaneda (5,49%), superando las listas divididas del massismo en los distritos, parte de la atomización del peronismo. En esos distritos, la reglamentación electoral, con altos pisos para el ingreso a la Legislatura y los concejos deliberantes, distorsionó completamente la representación, al repartirla entre dos partidos, cuyos últimos concejales ingresan con restos mucho menores a la votación del Frente de Izquierda, e incluso metiendo Unidad Ciudadana un concejal con un resto de cero, gracias a los pisos. Este reparto entre pocos tiene el colmo en Ezeiza, donde el intendente pejotista Alejandro Granados, un estrecho colaborador de la gobernadora María Eugenia Vidal y su ministro de Seguridad, Cristian Ritondo (fue también encargado de Seguridad con Scioli), armó las listas locales, tanto de Unidad Ciudadana como de Cambiemos, o sea que el 100% de los concejales que asumen responden al patrón de la estancia.


 


Hicimos también elecciones importantes en Berisso (6,1%) y Berazategui (6,07%, aunque fuimos víctimas de un corte de boleta -de un punto- contra la lista local, víctima de la presión del aparato punteril de Mussi, que organizó un corte de boleta a gran escala contra CFK y a favor de su lista local).


 


Aunque la polarización tuvo un impacto en las concentraciones del movimiento obrero, nuestra campaña ganó al activismo y a amplias capas de trabajadores en muchos frentes. El plenario obrero de la zona sur antes de las Paso y el Plenario Sindical en apoyo al Frente de Izquierda de Lanús en octubre, fueron impulso para un trabajo sostenido en las fábricas y lugares de trabajo, ganando a la campaña a importantes activistas y difundiendo las importantes candidaturas obreras como las de Miguel Bravetti y Sergio Leiva, de Gráficos; Walter Relañez, de Papeleros; Eduardo Mansilla y Tehuelche Alfaro, de Firestone; Luis Gogman y “Tito” Pazos, del Sitraic; Jorge Hospital, de Ferroviarios; Miguel de Pallarols, de docentes de Lomas de Zamora, y Juan Carlos Moya, del Suteba Quilmes. El Plenario de Lanús fue un punto de movilización que marcó un salto para decenas y decenas de activistas del Sitraic a la fiscalización para el Frente de Izquierda. Registramos votaciones masivas en fábricas en lucha como Morvillo, Kimberly Clark, Mascardi y Cresta Roja, así como en plantas metalúrgicas, gráficas, aceiteras, en el plantel de limpieza del Hospital Meléndez y en amplios sectores de la docencia, llegando a picos de masividad en las escuelas de La Matanza. El Sitraic reunió 350 trabajadores en un acto en Fiorito y se volcó a la campaña.


 


El Polo Obrero fue, en toda esta zona, el motor de una intensísima y aguerrida campaña con recorridas cotidianas de barrios, ferias, asambleas y charlas. Desde La Matanza a Brown y Perón, de Echeverría a Avellaneda, de Lomas de Zamora a Berisso, se han destacado centenares de nuevos activistas y militantes a una actividad política de la clase obrera, completando la ruptura con los punteros y el Estado que ya significa participar en el Polo como organización de lucha.


 


Esta elección de la izquierda revolucionaria en las mayores concentraciones proletarias del país viene precedido de un desarrollo militante fuerte en los gremios, centros de estudio y barrios de todos estos distritos. El desafío es cómo transformar este respaldo político logrado y las bancas parlamentarias en puntos de reagrupamiento político más masivo en la etapa que se abre, para poder darle un cauce revolucionario a miles que están saliendo a enfrentar a la política de ajuste, represión y ataque de fondo contra las conquistas de las masas que se lleva adelante desde el Estado.