Políticas

27/12/2015|1395

Bullrich, protocolo, represión y derrape


En su debut frente al movimiento, el “protocolo” de Bullrich derivó en dos violentas represiones al piquete de los obreros de Cresta Roja. Síntoma de que se pretende ejemplificar, no le hicieron asco al hecho de que son obreros luchando por la fuente de trabajo de la friolera de cinco mil familias.


Para encubrirse, la ministra del “diálogo” macrista emitió un comunicado de su ministerio que aprovechaba desafortunadas declaraciones del principal dirigente de la comisión interna y terminar acusando al Partido Obrero de haber organizado un grupo para tomar las instalaciones del Aeropuerto de Ezeiza. La patraña y su desmesura, un calco de las acusaciones clásicas de Aníbal Fernández y Feinmann sobre quema de trenes, se hizo trizas en pocas horas.


 


El Partido Obrero presentó una denuncia penal por calumnias e injurias a las 11 del 23 de diciembre. A las 16 horas, el ministerio levantaba el texto acusatorio, que antes había difundido el responsable de prensa Cortés, y emitía otro en el que desliga al PO de toda responsabilidad en los sucesos “que investigará la Justicia”.


 


En las primeras horas del mismo 23, Cristian Villalba agradecía al Partido Obrero por C5N (ver video en www.cor.to/crestapo) y, por la tarde, antes de la asamblea general, el mismo Villalba emitía un enjundioso comunicado sobre el papel del PO que publicamos aparte.


 


El derrape de Bullrich no puede oscurecer, sin embargo, el lineamiento central del gobierno Macri: preparan un protocolo represivo ante previsibles movimientos de lucha obrera y popular contra el ajuste y sus consecuencias contra los trabajadores.