Políticas

2/6/2022

CABA: las bancas del PO al servicio de los barrios populares

Reunión de vecines y activistas de barrios y villas con los legisladores Solano y Martín.

Corresponsal

Los legisladores del PO-FIT-U en la legislatura porteña, Gabriel Solano y Amanda Martín, se reunieron con vecines y activistas de villas y barrios de la Ciudad para discutir cuáles son los problemas de los trabajadores desocupados y precarizados.

El pasado lunes 30 de mayo, en el salón Montevideo de la legislatura de la Ciudad, se llevó adelante una mesa de trabajo, entre vecinas y vecinos de distintos barrios de la ciudad y los legisladores del FIT-U, que debatió desde la situación de la vivienda, la falta de urbanización y la suba de los alquileres hasta la falta de insumos y personal en los centros de salud y el estado de los comedores escolares que, como dijo Amanda Martín, ya ha generado revuelo en las escuelas y hay que organizarse por estos reclamos.

También se discutió sobre los hechos de represión que sufre mayormente la juventud y la inseguridad producto de las zonas liberadas por parte de la policía y la gendarmería. Solano mencionó el hecho de que en la próxima sesión de la legislatura, el gobierno de Larreta intentará aprobar un proyecto de ley para favorecer a grandes empresas que se instalen en las villas en proceso de urbanización, otorgándoles beneficios impositivos, mientras a los trabajadores del barrio no les garantizan ni el derecho al trabajo ni el derecho a la vivienda.

Las intervenciones desde los barrios

María del Carmen, de la Villa 31, mencionó el problema de la urbanización, que se hace de espaldas a los vecinos y sin informar el planeamiento. “Se instalan medidores de luz pero el cableado es el mismo y la luminaria es muy precaria”. Del barrio 31 también habló Alicia, denunciando que el subsidio habitacional debería ser para evitar que la gente quede en situación de calle y no una vez que esto ya sucedió, y Ana, que vive en las viviendas nuevas donde ya hay filtraciones, los termotanques están agujereados y con la formalización de los departamentos pasaron a tener muchos más gastos, como servicios y expensas, pero sus ingresos son los mismos.

De Parque Avellaneda habló Erika, planteando que no solo en las villas se vive mal. En los barrios formales algunas casas se caen a pedazos o se vive hacinados. “Vivo en una pieza de 5×5 con entrepiso con mi marido y mis 4 hijos, y compartimos el baño con casi 20 personas”. Denunció que esta es la situación en la que viven la mayoría de los migrantes, que deben pagar alquileres más caros solo por portación de cara y no hay ningún relevamiento que diga cuántos viven así. La misma discriminación sufren con el trabajo, cuando muchas migrantes que son enfermeras capacitadas no consiguen trabajo y terminan cuidando ancianos con un sueldo mucho más bajo. Con respecto a los comedores escolares, mencionó el hecho de que su hijo, que va a la escuela 23 D.E. 12, se ha quejado varias veces de la comida al igual que sus compañeros, y que a una madre de la cooperadora no le dejaron probar la comida con la excusa de que los platos están contados.

María, también de Parque Avellaneda, mencionó que las inmobiliarias no le quieren alquilar porque es trabajadora textil y trabaja desde la casa. “Cobran entre 60 y 80 mil pesos de alquiler. Mi marido gana 40 mil, si yo no trabajo no alcanza”. Por otro lado, en la escuela de su hijo no llegan a darle de comer a todos o cuando llegan les dan casi crudo porque son pocas trabajadoras en el comedor y no alcanzan. “Por qué el gobierno no controla lo que le dan de comer las empresas en las escuelas y si nos controlan en los comedores”. También planteó que en el barrio hay muchas escuelas técnicas con chicos que vuelven tarde a la noche y sufren muchos robos. Además, en el Cesac no dan turnos porque dicen que el médico se jubiló y no hay nadie que lo reemplace.

Dunia, de Barracas, quien también vivió hace poco en la Villa 21-24, explicó que es imposible vivir con tanta humedad: “Se desbordan las cloacas, se corta la luz”. Está sola con sus hijos y es difícil hacerse cargo. Los chicos tienen que ir y volver solos del colegio y el colectivo tarda como 2 horas y tienen miedo de que les roben. “Para mudarse fuera de la villa piden una fortuna y estoy pidiendo el subsidio habitacional hace 4 meses y me dan vueltas”.

Yenni, del mismo barrio, menciona que le decían que fuera de la villa se gasta mucho, pero adentro estuvo poco tiempo por la inseguridad. Ahora volvió a un hotel porque las inmobiliarias piden para entrar 150 mil pesos y un garante con propiedad. Son muchos los migrantes que viven en hoteles y aun así se los discrimina. “En muchos hoteles si cobras un plan no te aceptan”.

De la Villa 20, en Lugano, Soledad reclamó que como inquilinos los tengan en cuenta para los departamentos nuevos. “Están terminando los últimos y pedimos que armen una lista de espera para inquilinos, además de la que ya existe para gente con discapacidad y para los desgloses familiares”. Denuncia que hubo departamentos que entregaron a los punteros que luego los vendían o los alquilaban. “Pagan 5 mil pesos de cuota y cobran 30 mil de alquiler”. “Nosotros también estamos censados desde el 2016 y no nos tienen en cuenta. Ahora con el último censo los dueños de casa se molestaban si te querías anotar”.

Patricia explicó que el subsidio habitacional no se los dan a todos. “Quienes sufrimos violencia de género también nos corresponde”. Por otro lado, las inmobiliarias piden cuotas para poder comprar un departamento y cuando lo terminan quienes compraron se enteran que el departamento tiene muchos dueños. “Larreta levanta torres para estafar a los vecinos, sobre todo a los migrantes porque es más difícil para ellos saber si es legal”. Con respecto a las salitas mencionó que en el Cesac 18 no hay médicos, insumos ni vacunas para la gripe. “A los chicos tenes que llevarlos y traerlos del colegio. Para una madre soltera que tiene que trabajar es muy difícil. La EEM 3 D.E.19 donde va mi hija, en Bajo Flores, es muy buena pero hay mucha inseguridad. No puede tener ropa nueva o celular porque le roban. Esta semana hubo 7 robos a chicos del colegio cuando salían”.

Mery planteó que en el Cesac 18 fueron a avisar que se va a mudar para el lado del barrio Papa Francisco y estaban viendo que quieren que se haga con ese predio porque va a quedar vacío. “Ese lugar podría usarse para contención para los chicos, asistencia psicológica”. Denunció también que la policía no hace nada en el barrio, dejando a los vecinos librados a su suerte.

Por Ciudad Oculta, la Villa 15, Verónica dijo que estuvo en situación de calle y cuando fue para tramitar el subsidio habitacional siempre le ponían trabas. Con respecto a la inseguridad, mencionó que en la comisaría no te dan bola por ser extranjera, como le pasó cuando fue a denunciar que a su hijo lo habían golpeado. Por otro lado, los baños del colegio están todos rotos y comparten jardín y primaria.

Liz mencionó los cortes de luz recurrentes y que en la manzana 32 no llega el agua. Tres veces a la semana va el camión cisterna pero no alcanza. “A pocos metros se abrió el Ministerio de Desarrollo con todos los servicios y nosotros estamos hace años y no tenemos”. Haciendo eco de los que plantearon anteriormente mencionó que su hija también se queja porque la comida está mal en el colegio.

De la Villa 1-11-14 hablaron Willy y Alba. Primero denunciando que la gendarmería y la policía son cómplices de los narcos, que se persigue al consumidor y no al problema, se quedan con la plata del negocio. Explicó que los pasillos facilitan que pase eso. “Hace poco mataron a un chico por un celular. Hicimos marchas y no respondieron nada. También hace poco murieron 2 personas quemadas en la manzana 1 por los cables mal puestos”, demostrando que el problema de la falta de urbanización da pie a otros problemas.

Alba mencionó que en la cuarentena hubo muchos desalojos y los delegados de las manzanas no responden. Por otro lado, “en las salitas no hay medicación, turnos, psicólogos y en el barrio las cloacas están rebalsadas”.

Isaac llevó los problemas del barrio de Cildáñez donde, al igual que en el resto de los barrios, las inmobiliarias abusan con los precios. Vive con su esposa y sus 3 hijos y como trabaja informalmente, por llevar a los chicos al colegio le descontaban hasta el 50% del sueldo a fin de mes. Paga 40 mil pesos de alquiler, el dueño falleció pero la inmobiliaria le sigue cobrando. Para alquilar en otro lado le piden 60 mil pesos y un garante. “Con lo que se paga de alquiler se puede pagar cuotas de una casa propia. Hay casas desocupadas que se caen a pedazos y no usa nadie y se podrían usar”.

Por último, Elsa, de La Boca, mencionó que en su barrio hay muchas casas tomadas. “Los departamentos nuevos que construyó el Estado ya están asignados y no se puede acceder, pero lo primero que tiene Larreta en la cabeza somos nosotras en las marchas y nos quiere sacar los planes”.

Programa y plan de lucha

Como cierre de la mesa de trabajo intervino Gabriel Solano haciendo un resumen de la reunión y las iniciativas planteadas. La necesidad de poner en pie asambleas de vivienda en cada barrio, realizar un mapeo de los problemas por manzana, relevar hoteles y alquileres que no se pueden pagar, etc. También armar recorridas por los barrios con los legisladores para llevar estos problemas, buscar soluciones y convertirlas en proyectos de ley. Mencionó la importancia de que cada trabajador y trabajadora se convierta en vocero de los reclamos y organice a su barrio por estos reclamos, llevando los problemas a la legislatura y usando las bancas conquistadas por el FIT-U para desarrollar la lucha. Quedó planteado también un “comunazo por la vivienda” para dentro de dos semanas para exigir al gobierno de Larreta que se dé una respuesta.

Entre la iniciativas parlamentarias, se resolvió armar un proyecto de ley que universalice el subsidio habitacional para todes les que lo necesiten, un pedido de informes sobre el presupuesto destinado a la Ley 341 de créditos para vivienda, un censo de villas y asentamiento que releve casas vacías, terrenos del GCBA entregados a las iglesias y empresas y número de inquilinos por barrio, así como también relevamiento de problemas en los comedores escolares y en los Cesac.

Las bancas conquistadas por el Partido Obrero y el FIT-U están al servicio de organizar la lucha y los reclamos de los trabajadores. Iniciativas como esta muestran la necesidad de debatir cuáles son los problemas de los barrios, ajenos a todos los planteos que hacen los partidos patronales, responsables de la crisis habitacional, en la salud y la educación.