La patronal de Sevel y la burocracia de la UOM alcanzaron un acuerdo por el cual “el personal de la planta de El Palomar trabajará hasta marzo 6 horas diarias en vez de 8 por un salario equivalente a 7 horas y media diarias en lugar de las 9 horas que percibía hasta ahora” (Ambito Financiero, 12/10).

También CIADEA (ex-Renault) firmaría, según dijo José Campellone del SMATA Córdoba, un acuerdo parecido: “reducir de 8 a 6 horas la jornada laboral que cumplen unos 3.500 operarios con la consiguiente rebaja de salarios” (ídem). Pero “CIADEA (ya) se desprendió de 700 trabajadores de su planta cordobesa en el primer mes de vigencia del régimen de retiros voluntarios …” (La Voz del Interior, 12/10). “Se estima que durante octubre 300 empleados se acogerán a este régimen, por lo que en sólo dos meses la plantilla de la automotriz se habrá reducido en 1.000 puestos” (ídem, Ambito), aunque “la empresa espera que antes que finalice la conciliación obligatoria —el 31 de octubre próximo— se logre la inscripción de otros 800” (ídem, La Voz del Interior). La conclusión que surge de todo esto es que la reducción de la jornada y de los salarios se aplicará a la ínfima fracción de trabajadores que salió indemne de la ola de despidos masivos y que fue perjudicada por meses de suspensiones.

“¿Trabajar menos y ganar más?”

La prensa ha sido unánime en decir que estos acuerdos se inspiran en los alcanzados por la Volkswagen y el sindicato mecánico alemán (IG Metall), “que permitieron la preservación de 30.000 puestos de trabajo” (La Nación, 13/10).

Se trata, sin embargo, de una falsificación, porque en el caso de Volkswagen, se acaba de informar de “la existencia de un plan que permitirá al más grande constructor europeo de autos aumentar la productividad en un 30 % en 4 años y suprimir 30.000 puestos de trabajo sobre 95.000. El objetivo es llevar el tiempo de producción por auto de 32 a 14 horas …” (La Gauche, Bélgica, 14/9). Este plan, llamado Konsernplanung 42, “pondrá fin al mito del acuerdo de noviembre de 1993 presentado como el salvador de 30.000 empleos”.

¿Dónde está el acuerdo?

Como en Alemania, pero en tiempos mucho más cortos, el verdadero plan no es el que se publicita.

El 27 de julio, con la firma, entre otros, de los burócratas Guerrero y Minguito, se firmó un pre-acuerdo de convenio con FIAT, que tiene, previsto tomar a su cargo las plantas de Sevel en El Palomar y en Ferreyra, Córdoba.

Ese pre-convenio establece que “se adoptará una jornada de trabajo que, respetando el marco legal vigente, posibilite la plena utilización de instalaciones y tecnología como asimismo el adecuado descanso del personal”. Para eso establece “seis días laborables” con “francos semanales variables”. Además, “la jornada de trabajo individual será efectuada con una base plurisemanal a ser definida consensuadamente”.

Entonces no serán ni 8 ni 6 horas diarias , ni tampoco habrá sábado o domingo de descanso obligatorio, sino que se impone un horario flexible de hasta 12 horas por día. Las vacaciones tampoco se salvan, porque cuando superen los 14 días “se contemplará la facultad de otorgar las vacaciones en forma colectiva y/o individual en dos épocas desde diciembre hasta febrero y desde julio hasta agosto …”.

Se sustituirán las categorías por un régimen de ‘polifuncionalidad’ y la remuneración “será variable y vinculada a indicadores que midan los efectivos resultados gestionales globales, contemplando pautas como productividad, calidad, eficiencia …”.

El acuerdo de reducción horaria y salarial no hace otra cosa que introducir  la flexibilización de la jornada de trabajo y del salario. Por eso el negrero Daniel Funes de Rioja, de la Unión Industrial, dijo que “ésta es la flexibilidad que queremos” (La Prensa, 12/10). Se trata de un ‘puente’ al nuevo convenio, aprovechando el cambio de la patronal, de Macri por FIAT.

El PO repudia el acuerdo público y secreto de burócratas y patrones, y  plantea la lucha por el reparto de la jornada de trabajo sin bajar los salarios y contra la modificación del actual convenio.