Políticas

17/2/2023

Cada vez más pobres: la canasta básica trepó 108% en un año

En enero se ubicó en $163.538, mientras la canasta alimentaria llegó $72.043.

Trabajadores de comercio.

El Indec dio a conocer los números de la Canasta Básica Total y la Canasta Básica Alimentaria correspondientes al mes de enero, llegando a $163.538 y $78.624, respectivamente. Se trata de más de la duplicación de los precios en un año, a un ritmo que los trabajadores y jubilados no llegan a alcanzar. El gobierno es una máquina de producir pobres.

Son datos más que relevantes ya que integran las canastas de bienes y servicios donde se consume la casi totalidad de los ingresos salariales y populares, y que miden la línea de pobreza (canasta básica) y de indigencia (canasta alimentaria).

En enero ambas canastas subieron un 7,2%, superando holgadamente la inflación promedio del Índice de precios al Consumidor (IPC) del 6%. En términos interanuales la canasta básica se incrementó un 108% y la canasta alimentaria un 109%, contra un IPC interanual del 98,8%.

Ambas canastas superan ampliamente lo acumulado por los salarios de los trabajadores registrados en un año (89%) y por obtenido por los jubilados que cobran la mínima (72,5%). En términos absolutos las comparaciones son más drásticas, con el salario mínimo de febrero en $67.743, la jubilación mínima en $50.124 (más un bono de temporada de $10.000), ambas por debajo de la línea de indigencia; y el promedio salarial de los trabajadores registrados del mes de diciembre en $194.175,11, por debajo de la pobreza considerados los ingresos netos una vez hechos los descuentos.

El gobierno nacional es responsable de esta situación, aplicando una política fondomonetarista con tarifazos, liberación de precios, devaluación, aumentos, elevadas tasas de interés, etc. Pero además adiciona una carga antiobrera fijando un techo a las negociaciones salariales del 60% para 2023, condenando al salario mínimo a aumentos muy inferiores a la inflación y sometiendo a los jubilados a una movilidad ruinosa.

La burocracia sindical, que debería estar en las calles para enfrentar esta política, avala el recorte sobre los ingresos obreros y populares, siendo auxiliar de la política oficial, acatando el techo paritario, aceptando el piso salarial de miseria que imponen el gobierno y las patronales.

La disparada de las canastas afecta particularmente a los trabajadores precarizados del Potenciar Trabajo, quienes ganan solo la mitad de un salario mínimo que no llegan a la canasta alimentaria de indigencia, y que a su vez son objeto de 100.000 bajas anunciadas por el gobierno nacional.

La situación actual repercute fuertemente en las barriadas obreras y en los indicadores de la miseria social. Según un reciente informe de Unicef dos de cada tres niños y niñas vive en hogares con ingresos inferiores a la canasta básica y/o no cuenta con acceso a derechos elementales, como vivienda, educación, agua, etc.

Este gobierno y los políticos capitalistas hundieron a la población trabajadora en la pobreza y la indigencia. Los trabajadores debemos enfrentar esta realidad con la lucha por una recomposición general de los salarios, salario mínimo superior a la canasta básica, ningún despido en el Potenciar Trabajo y aumento en los planes sociales. Un camino que choca de lleno con el pacto entreguista del gobierno con el FMI.