Políticas

26/5/2022

Cae el crédito privado, producto de la suba de tasas del Banco Central

Una de las consecuencias recesivas del programa del FMI.

Viene retrocediendo el crédito a las grandes empresas.

La política de suba de tasas del Banco Central viene mostrando de forma cada vez más nítida su costado recesivo. En el primer cuatrimestre del año, de cada 100 pesos que financiaron los bancos, la mitad se destinó a Leliqs y Pases del BCRA y a colocaciones del Tesoro; restringiendo el crédito industrial y personal.

Como sabemos, aumentar los rendimientos de los instrumentos nominados en pesos forma parte de los lineamientos del FMI para cubrir a la banca frente a la inflación, y, al mismo tiempo, desalentar una corrida hacia el dólar en un contexto de fuga de capitales sistemática y huelga de inversiones. Como contrapartida, los bancos encarecen los préstamos al sector privado, los cuales cayeron 5% en el primer cuatrimestre del año respecto a diciembre 2021, según un informe publicado por consultora Equilibra.

Este cuadro viene a agudizar el desplome de los préstamos personales, que conforman el 56% del total, los cuales acumulan 42 meses ininterrumpidos de retroceso anual en términos reales. Lo anterior constituye un impedimento directo para las familias trabajadoras a la hora de acceder, por ejemplo, a una vivienda propia. Aquí se conjugan, por un lado, los intereses cada vez más altos de dichas líneas de créditos y los requisitos prohibitivos que exigen los bancos para otorgarlas, y, por otro, la miseria salarial creciente que azota al pueblo trabajador.

Por su parte, los créditos a las grandes empresas acumulan 11 de 12 meses con caídas interanuales, impactando negativamente en la actividad económica la cual se contrajo 0,7% en marzo 2022 respecto al mes anterior. Así se va prefigurando un panorama recesivo, cuyas consecuencias la pagarán los trabajadores con despidos y cierres.

A esto hay que añadirle la retracción en el uso de tarjetas de crédito, motivada en parte por el aumento en los costos de financiamiento producto de la suba de tasas del Banco Central. Según los datos de la entidad monetaria, en el mes de febrero, la financiación bancaria a las tarjetas de crédito se redujo un 38% intermensual, un 46% respecto a diciembre 2021 y un 35% en término interanuales. Una realidad que, sumado al deterioro del salario, desalienta el consumo popular. Sin ir más lejos, en el mes de marzo las ventas de los supermercados cayeron un 0,1% interanual según el Indec.

Los efectos recesivos del programa del FMI se convierten en un motivo más para enfrentar en las calles este pacto ruinoso. Por eso, construir desde las bases un paro nacional y un plan de lucha en defensa de nuestras condiciones de vida aparece como una tarea fundamental para quienes vivimos de nuestro trabajo.