Políticas

10/2/2023

Caen la industria y la construcción, en medio de 160.000 despidos en el Potenciar Trabajo

El Frente de Todos agrava la desocupación con despidos y políticas recesivas.

Construcción.

El Indec dio a conocer los números relativos al desarrollo de la industria y la construcción, informando una marcada caída en los últimos meses que puede redondearse en todo el segundo semestre del 2022. Esto datos convalidan las denuncias de un estancamiento de la economía y el trabajo, en tiempos donde el gobierno procede a despedir a 160.000 trabajadores precarizados y con un programa de ajuste del FMI que acelera la recesión.

El gobierno y la oposición patronal atacan al movimiento piquetero y a los desocupados, pero son los responsables de que hace más de una década el empleo registrado se encuentra prácticamente estancado.

Son datos provenientes del Índice de Producción Manufacturera Industrial (Ipim) y el Indicador Sintético de la Actividad de la Construcción (Isac), de donde se desprenden una caída en ambos sectores respecto a noviembre de 1,2% y 3,5%, respectivamente. Y el índice serie tendencia-ciclo tiene una variación negativa respecto del mes anterior de 0,4% y 1,2%, en cada caso (La Nación, 8/2).

Para el caso de la construcción, la caída viene pronunciándose durante los últimos cinco meses, con bajas del 2,7% en agosto, 2,5% en septiembre, 3,1% en octubre, 0,5% en noviembre y 3,5% en diciembre. Se trata de un sector clave que marca el ritmo de la actividad económica en general y del cual dependen decenas de industrias.

Según la consultora LCG, la construcción “está 10,6% por debajo de lo que operaba 12 meses atrás y en 2022 se contrajo en 7 de los 12 meses, donde casi la totalidad de la caída se concentró en la segunda mitad del año”, cuando más impactaron las medidas del gobierno.

La industria, por su parte, tuvo la caída más acentuada en el último mes, lo que describe un cuadro actual de estanflación –estancamiento con inflación. Esto se debe en gran medida a la política emprendida por el gobierno con límites en las importaciones, falta de insumos, elevadas tasas de interés y caída del poder adquisitivo de la población, entre las principales razones.

La aplicación de las recetas del FMI por parte del gobierno conducen al desplome de la economía y, además, requieren del agravamiento de la crisis económica por medio de la liquidación del gasto social, que se expresa en la caída del poder adquisitivo de vastos sectores –que se destina casi exclusivamente al consumo de bienes y servicios- y en despidos masivos, como es el caso de las bajas en el potenciar Trabajo.

Con estos números es preanunciado que los trabajadores sufrirán nuevos ataques contra sus condiciones de vida, acicateados por mayores dificultades en las búsqueda de empleo en un mercado que poco ofrece y que lo que hay representa modalidades de contratación basura, contratos temporarios, monotributistas y salarios y condiciones paupérrimos. Ademas, el crecimiento de formas d contratación precarias y fraudulentas, como el caso de monotributistas, hace que las patronales tengan más facilidades para desprenderse de los trabajadores en tiempos de crisis.

Se trata de un fracaso de todo un régimen social. El gobierno y la oposición patronal compiten por quienes más hostil contra los trabajadores desocupados: el primero con decenas de miles de bajas y otros, como Bullrich con proclamas de eliminación total de los planes. Sin embargo, ambas expresiones duplicaron los programas sociales durante sus mandatos ante su incapacidad de generar empleo genuino por las políticas de ajuste emprendidas.

Las organizaciones de trabajadores desocupados vienen denunciando esta situación, por lo que han presentado ante el Ministerio de Desarrollo Social de Nación, hace más de un año, un proyecto para la creación de un millón de puestos de trabajo en la construcción de viviendas para los trabajadores y en la obra pública. Sin embargo, el gobierno rechaza esta salida y se empeña en cumplir con el capital financiero a costa de las condiciones de vida de los trabajadores.

El acuerdo con el FMI es incompatible con la reactivación de la industria nacional y la generación de empleo, lo que pone en agenda la lucha contra este pacto entreguista para derrotar a los ajustadores y poner en pie un programa de desarrollo industrial del país sobre nuevas bases sociales, con trabajo genuino y salarios que cubran las necesidades familiares.