Políticas

8/12/1992|377

Campo Durán: Una “privatización” con un 40 % de “descuento”

En 1989, YPF llevó adelante una ampliación de la Destilería de Campo Durán por recomendación del Banco Mundial. El costo total de la obra rondó los 200 millones de dólares, un tercio financiado por el propio Banco Mundial.

Hace dos semanas, YPF vendió el 70% de la Destilería y el Poliducto de Duran por 64 millones de dólares, equivale a una valuación total 90 millones. Esto significa que la Destilería fue vendida por menos de la mitad del costo de la obra de ampliación y que los consor­cios privados se llevaron el Poliducto (éste llega desde Salta hasta Córdoba) de yapa (su valor de reposición supera los 100 millo­nes de dólares). Indudablemente la Destile­ría y el Poliducto deben valer más de 300 mitones de dólares. En noviembre de 1991, Clarín (21/11/91) estimaba que “por el paquete de licitaciones de la zona norte {que incluye dos áreas de explotación), el Ministerio de Economía Intentará recau­dar una cantidad de dólares no inferior a te prevista por la cuenca Austral: unos 600 millones" Ahora, todo el paquete se vendió» en cambio, por 243 millones, es decir un 60% menos.

La política de privatizaciones está impulsada, entra otros, por el Banco Mundial, que ha asesorado a YPF a vender sus archivos, en este caso la Destilería y el Poliducto, por un tercio de su valor real.

Los consorcios beneficiados por esta entrega sostienen que el importe que ofrecieron correspondería al “valor de mercado”. Pero lo que no dicen es que “el mercado” está dominado por tres o cuatro grupos, que se coaligaron en un único consorcio para quedarse con esta “Joya" de YPF. Tampoco dicen que los rematadores de YPF fueron reclutados del propio personal de las empresas petroleras privadas. ¡Los compradores y los vendedores son los mismos!

El “descuento " del 40% que han reci­bido los “privatizadores “deberá significar un incremento del 150% de la rentabilidad de los activos comprados. Este sobre-beneficio debe responder, seguramente, a alguna ley del mercado, porque con él no sólo deben resarcirse los nuevos propieta­rios, sino también los bancos que les pres­taron el dinero para la compra, al 11% de interés anual —una tasa usurera cuando es comparada con la deflación (desvaloriza­ción) que están sufriendo los capitales en Europa, Estados Unidos y Japón. YPF usará ahora los 64 millones que recibió para devolver el préstamo al Banco Mun­dial, en tanto que los “privatizadores" deberán destinar sus súper beneficios a cancelar deudas. Como se puede apreciar, un desarropo de las fuerzas productivas quedará para las calendas griegas. Incluso puede ser peor, esto porque al precio del petróleo está cayendo en los mercados internacionales.

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