EDITORIAL
Candidatos para el ajuste
Los realineamientos políticos de los partidos patronales expresan una vocación ajustadora

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Alberto Fernández, Horacio Rodríguez Larreta, Patricia Bullrich, Wado de Pedro, Javier Milei
El escenario de ajuste y crisis exige, a los dueños del poder, personas y fuerzas políticas que defienden la tasa de beneficio de su clase social, convencer a las mayorías populares de que esta vez sí vendrían a gobernar al servicio de ellas. En medio de la crisis económica en curso, este objetivo no es menor. Hoy, en el centro de las exigencias del FMI y de las patronales está el ajuste generalizado del gasto social, la eliminación de los regímenes especiales jubilatorios, la reforma laboral, la eliminación de planes sociales sin creación de empleo. La distribución de la riqueza ya alcanzó una brecha de casi 10 puntos en favor de la burguesía y en detrimento del poder adquisitivo de los trabajadores, una conquista que la clase capitalista pretende profundizar.
Favoreciendo esta perspectiva, Sergio Massa acordó con el kirchnerismo la entrega de los bonos en dólares que están en manos de la Anses para transformarlos en bonos en pesos. Una vez que llegaron a ese acuerdo político, Massa se reunió con los banqueros, les transmitió el planteo, recogió su acuerdo y, con esta aprobación, emitió el Decreto de Necesidad y Urgencia que ejecuta un nuevo robo a los fondos jubilatorios. La profesión de fe massista en favor del capital y de los intereses imperialistas no está en duda. Justamente esa es la razón por la que lo llevaron a ser el piloto de la decadencia económica actual. El plan de mayores ajustes a los trabajadores está plenamente en marcha.
El comunicado emitido por el gobierno de Joe Biden anunciando la reunión de este miércoles con Alberto Fernández diseña una hoja de ruta que muestra en qué puntos está concentrado el imperialismo: “Discutirán cómo Estados Unidos y Argentina pueden continuar asociándose para abordar los desafíos globales y continuar avanzando en áreas de interés nacional mutuo, incluidos los minerales críticos, el cambio climático, el espacio y la tecnología”. Como ya lo manifestara Laura Richardson, la generala del Comando Sur norteamericano, la megaminería y la extracción de litio están en el centro del interés de Estados Unidos sobre América Latina. Otra de las exigencias del imperialismo es alinear a la Argentina en la disputa comercial de Estados Unidos con China. El gobierno de Biden busca cerrar definitivamente las puertas a la base que China pretende instalar en Tierra del Fuego, junto a una planta química y una central eléctrica.
Por su parte, Massa y Alberto Fernández aseguran que plantearán otra flexibilización del acuerdo con el FMI, que se vuelve cada vez más incumplible, y esperan volver de Estados Unidos con créditos que representarán un poco de pan para hoy y mucho más hambre para mañana. La sequía hace imposible la recaudación de dólares esperada y produce, a su vez, un desequilibrio fiscal que vuelve incumplible la meta de reducción del déficit fiscal. Se calcula que la pérdida superará los 15 mil millones de dólares, una caída que empalidece las expectativas que generaba la construcción del gasoducto Néstor Kirchner y con el que apuntaban a sumar la recaudación de 2.500 millones de dólares. En un año electoral, lograr la meta de equilibrio fiscal que exige el FMI significaría un recorte del gasto brutal que retiraría directamente al oficialismo de la contienda electoral. Aunque, a juzgar por el desastre de su orientación política y económica, no está muy lejos de eso.
El dato político que muestra el despiste de la coalición gobernante es la ausencia de candidateables para la presidencia por fuera del propio Alberto Fernández, que aún no tiró la toalla, o del eterno candidato comodín del peronismo, Daniel Scioli. Recientemente, en un acto, Axel Kicillof mencionó varias veces a Wado de Pedro, el hombre del espacio kirchnerista que se fue colocando en una función clave. No solo por sus naturales vínculos con los gobernadores por tratarse del ministro del Interior sino que, con sus viajes a Israel, sus reuniones con el Consejo de las Américas y muchas otras gestiones, buscó mostrarse como un político confiable para el establishment.
Kicillof y la manito para Milei
Mientras tanto, el peronismo lleva adelante definiciones políticas que le permitan atravesar de la manera menos dolorosa la derrota electoral que se les viene. Es el caso del acuerdo entre el gobierno de Axel Kicillof y Javier Milei, con el que busca defender sus escasas posibilidades electorales. Uno de los funcionarios del gobernador kirchnerista, Fabián Lueyza, de la cartera educativa, negoció con Milei y le dio su personería electoral al liberfacho, porque antes que los principios y aún antes del peligro que significa dar aire a espacios tan reaccionarios, está la ambición de facción por retener el aparato del Estado a cualquier precio.
En tanto se van acercando las fechas clave del calendario electoral, más revuelo hay en las filas de las fuerzas políticas que representan la alternancia de la clase capitalista. Las disputas para acomodar sus ofertas electorales al servicio de lo que quieren empresarios, bancos, exportadores y el propio imperialismo norteamericano están al rojo vivo. El abandono de la carrera electoral de Mauricio Macri, que había sufrido el golpe de no ser reelegido en 2019, es también una exigencia para ir acomodando los tantos al interior de la coalición que todos consideran que gobernará el país en la próxima etapa. La disputa entre Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich está evolucionando, según las encuestas, en favor de esta última. Los radicales corren en la interna de Juntos por el Cambio como socios menores.
Luego de despejar una parte de la cancha con su renunciamiento, en medio de magras mediciones en las encuestas y con 73% de imagen negativa en la provincia de Buenos Aires (que concentra el 37% del padrón electoral), Macri trasladó definitivamente el foco de la tensión de Juntos por el Cambio a la Ciudad de Buenos Aires, exigiendo a Larreta que su candidato oficial sea Jorge Macri, el exintendente de Vicente López que, sin chances de volver a presentarse en aquel distrito, pegó el salto hacia la Ciudad de Buenos Aires. La movida exige lista única del PRO, con elecciones unidas a la nacional y a este como único candidato de JxC atado a la boleta presidencial de dicho espacio. Esto saca de juego directamente al candidato larretista y deja en profunda desventaja a la oferta de los radicales: el exministro de Cristina Kirchner, Martín Lousteau.
Y por casa…
El movimiento piquetero sigue estando a la vanguardia de la lucha contra el ajuste en nuestro país. Todo el pueblo mira a una fracción de la sociedad que, siendo demonizada ferozmente por propios y ajenos, no ha abandonado la lucha. Lo demuestra la dignidad que han mostrado las y los militantes del Polo Obrero en todos los medios de comunicación para defender todas y cada una de sus peleas. Esta lucha a fondo nos ha convertido en el eje de un ataque de parte del sistema que llevó a la detención de Martín Rodríguez y Lorena Torres. La gran gesta en Mendoza y todo el país, con 100 cortes en todo el territorio nacional, arrancaron su liberación. Una de las fuerzas del FIT-U, el PTS, le dio la espalda a este proceso de lucha, una vez más.
Durante los cierres electorales de Jujuy y Salta, la posición del PTS estuvo signada nuevamente por la mezquindad electoral. Incluso bloqueando, en el caso de Jujuy, la posibilidad de que el FIT-U se presente en dos distritos por el solo hecho de que en estos solo había candidatos del Partido Obrero y del Polo Obrero. Los prejuicios antipiqueteros del PTS han llegado muy lejos, no solo con acusaciones falsas y derechistas desde las redes, expresadas por muchos militantes (lo que muestra algo que no es episódico), sino desde la propia conducta que los tiene por fuera de la organización genuina de la población trabajadora.
El dilema planteado por el Partido Obrero desde hace ya largo tiempo sobre representar una alternativa de lucha, activa en las calles y llegando de manera directa a todos los poros de la sociedad para conquistar a la clase trabajadora y disputar el ascenso de la derecha que emerge como expresión del enojo popular con los partidos tradicionales del régimen, tiene más actualidad que nunca. Esta pelea no puede llevarse a cabo desde el prejuicio contra amplias franjas laboriosas de la sociedad y adoptando, en muchos casos, una política de coqueteo con sectores políticos que ajustan y empobrecen a los pueblos. Esta orientación solo lleva a que la izquierda pierda seriedad como alternativa y a que crezca la derecha.
Desde el Partido Obrero estamos empeñados en fisonomizar a una izquierda de lucha con arraigo en los sectores populares y, por eso, nuestra batalla en los lugares de trabajo y en los barrios es el centro de nuestra pelea cotidiana.
https://www.prensaobrera.com/politicas/concentraciones-frente-a-las-sedes-de-la-anses-para-rechazar-el-nuevo-robo-a-los-jubilados