Candidatos presidenciales con fortunas mal habidas

Los políticos burgueses argentinos ya no aspiran a ser como la mujer del César: no son decentes ni se proponen parecerlo. Sus declaraciones juradas, aun truchas, son obscenas. Daniel Scioli, por ejemplo, después de siete años sin declarar bienes admitió en la Oficina Anticorrupción que su patrimonio creció ¡1.000 por ciento! desde 2007. Hombre hábil para las inversiones, se ve…


En aquel 2007, Scioli tenía bienes, según él mismo, por 1,2 millón de pesos. Ahora resulta que el año pasado su patrimonio subió a 13,6 millones de pesos. La única sociedad comercial que el gobernador bonaerense declara propia, la inmobiliaria Capanone SA, aumentó sus activos de 600 mil pesos en 2007 a 9 millones el año pasado. Eso es prosperidad y no macanas… en cambio, su declaración ya no incluye el loft del Abasto ni la inmobiliaria Alero SA.


 


La declaración de Scioli no incluye los activos de su esposa, Karina Rabolini. Está eximido de hacerlo por las nuevas normas que la Oficina Anticorrupción aprobó en 2013. La señora, titular de la Fundación Banco Provincia, es accionista, entre otras, de BA Frames Factory SA, que comercializa lentes; de TVG Retail SA, dedicada a la venta de cosméticos, y CIP SRL, vendedora de lencería.


Mauricio Macri, por su lado, declara poseer 60 millones de pesos y acciones en sociedades agropecuarias. Es dueño de un campo de 33 hectáreas en Maldonado, Uruguay, un departamento en Recoleta y una casa en Tandil. No declara autos ni su sueldo de jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Macri sí incluye a su mujer, Juliana Awada, con una declaración por 8 millones de pesos, cuatro departamentos y acciones en las empresas "Cheeky" y "Como quiere que te quiera". En la declaración de Awada no figuran, obvio, los talleres clandestinos con mano de obra semiesclava.


 


Massa, que al menos desde 2012 presenta puntualmente sus declaraciones, dice tener una casa valuada en 1 millón de pesos en el country Islas del Sol, en Tigre, y otra propiedad de 611.000 pesos. Declara también un automóvil Volkswagen Tiguan (200.000 pesos), depósitos por 120.000 y efectivo por 500.000 pesos.


 


El incremento obsceno del patrimonio de los candidatos reflejado en sus declaraciones es, de todos modos, una farsa completa, puesto que las modificaciones introducidas en el sistema por la ley 26.857 de 2013 impide averiguar cuál es el valor verdadero de las propiedades que se declaran. Esas modificaciones son usadas por el ex jefe del Ejército, el represor César Milani, y el ex secretario de Transportes Ricardo Jaime, para librarse de la cárcel en los procesos que se les siguen por enriquecimiento ilícito. El kirchnerismo ha construido su propia impunidad y, con él, toda la oposición patronal.


 


En definitiva, los multimillonarios Scioli, Macri y Massa son representantes adecuados de una clase social ladrona y corrupta hasta la médula.