La Federación Agraria Argentina autorizó la presentación como candidatos de sus dos vicepresidentes. Pablo Eduardo Orsolini, uno de ellos (productor del Chaco, 550 hectáreas), ha sido inscripto como candidato a diputado nacional por esa provincia en la lista de la alianza UCR-PS, correlato del Acuerdo Cívico y Social orientado por Lilita Carrió. Ulises Forte, el otro (de La Pampa, 150), es candidato a Diputado nacional por la UCR en la misma coalición.

El miembro de la Mesa de Enlace de la provincia de Buenos Aires por Coninagro, Mario Raiteri (1.000), va también como candidato a diputado nacional del Acuerdo.

Es decir, los que se presentan como representantes gremiales de las organizaciones de los pequeños productores van en las listas de la coalición que plantea el acuerdo con el FMI (“una de las dos medidas centrales”, según Elisa Carrió, La Nación, 1/3) y la devaluación. Un “programa” que significa una caída brutal de los salarios por la escalada de los precios y el aumento de las tarifas, que el FMI incluye como punto esencial para “sincerar” las variables económicas.

Por más que se los busque, no hay candidatos de la FAA o de Coninagro en las listas de partido alguno de la izquierda.

Es decir, los dirigentes que encabezan las organizaciones de pequeños productores -según el MST “nueva” izquierda, el PCR, IS y otros- no reconocen a quienes serían, en el terreno político, los defensores más consecuentes de sus propios intereses.

Prefieren ir con partidos que históricamente han preservado el dominio de la oligarquía, de los pulpos exportadores y que jamás han tocado el interés de “los propietarios de los 20 millones de hectáreas extranjerizadas”, a quien Ulises Forte considera enemigos de la nación (Página/12, 13/4).

De nada le ha valido a esta izquierda el esfuerzo en levantar un programa de “retenciones segmentadas para los pequeños productores” al solo efecto de ocultar su apoyo a la movilización de la Sociedad Rural y los terratenientes (una consigna que unió desde Proyecto Sur-Solanas hasta el PTS, pasando por el MST e IS).

No han reparado siquiera en las palabras de los dirigentes de la FAA, que han revisado hace mucho tiempo posiciones que los llevarían a enfrentar a los terratenientes. “Yo no plantearía expropiaciones ni confiscaciones, no estamos en la Cuba de 1966”, dijo Eduardo Buzzi, en el momento más agudo del conflicto rural (Clarín, 6/4/08).

Christian Rath