Políticas

20/12/2018

Cárcel común y efectiva para Milani

Elevan a juicio la causa contra el ex jefe del Ejército de los K

El juez federal Fernando Poviña tomó la decisión de elevar a juicio al teniente general y ex jefe del ejército y de la inteligencia militar durante el gobierno de Cristina Kirchner, César Milani, en la causa de la desaparición y posterior asesinato del soldado Alberto Agapito Ledo, ocurrido el 17 de junio de 1976.


El Tribunal Oral Federal de Tucumán ahora deberá fijar la fecha de inicio del juicio.


Milani, quien actualmente se encuentra detenido, tiene otros dos juicios en curso, uno por enriquecimiento ilícito y otro por una causa de lesa humanidad en el juzgado Federal de La Rioja.


En el caso del soldado Ledo, Milani está acusado de encubrimiento agravado en concurso ideal con falsedad ideológica, por haber falsificado un acta haciendo figurar que Ledo había desertado, cuando en realidad había salido en una patrulla al mando del capitán Sanguinetti, quien está acusado del secuestro y asesinato del conscripto. Esa patrulla también la integraba Milani quien en aquel entonces tenía el cargo de subteniente.


Con ese mismo cargo, en marzo de 1977, pero ya en La Rioja, Milani encabezó una patota, que mediante un allanamiento completamente ilegal, secuestró a Pedro Olivera, a su hijo Ramón y a Verónica Matta. En la acusación de estos hechos Milani aparece no solo encabezando la acción represiva, sino, luego en actos de torturas a los dos hombres.


Ledo se encontraba cumpliendo el servicio militar en La Rioja, en el Batallón de Ingeniero 141 pero había sido trasladado a Tucumán, a la localidad de Monteros, una zona de operaciones con sectores de la guerrilla que operaban en el monte tucumano. En julio de 1976, la madre de Ledo, al carecer de noticias de su hijo, se trasladó a Tucumán y recibió como única respuesta que Ledo había desertado.


Milani, como numerosos militares de bajo rango, pero partícipes de la represión genocida del proceso, siguieron en las filas de las Fuerzas Armadas y haciendo carrera, muchos de ellos ascendieron inclusive a los máximos cargos. Quizás Milani, fue uno de los de mayor éxito.


Frente a las denuncias que lo involucraban en la desaparición y posterior asesinato del soldado Ledo, Milani fue defendido a capa y espada por el gobierno de Cristina que respondía confirmándolo en su cargo como teniente general, nombrándolo como jefe del Ejército y de la inteligencia militar. La Cámpora, Hebe de Bonafini, Estela Carlotto, los intelectuales de Carta Abierta, lo defendieron a capa y espada o ignoraron las denuncias.


Milani fue una suerte de divisoria de aguas con los K y los organismos de Derechos Humanos cooptados en los 24 de marzo, que se negaban a denunciarlo y a reclamar su destitución y condena.


Fue la tenacidad de los familiares, en especial la mamá, Marcela Brizuela, y de un creciente y masivo reclamo en estos últimos años, junto con la aparición de evidencias que dejaban sin respuesta a las coartadas de Milani, las que empujaron a que finalmente se lo imputara, se lo procesara y que ahora vaya efectivamente a juicio.


Con estos mismos métodos de movilización en todo el país se debe asegurar ahora que se dicte la máxima condena a cumplir en cárcel común para Milani.