Políticas

14/10/2004|872

“Cariglino y su gente”

El intendente de Malvinas Ar­gentinas, Jesús Cariglino (PJ) y su secretario de Gobierno, Miguel Harari, fueron presos por segunda vez debido a una causa que inves­tiga la estafa por dos millones de pesos en obras de pavimentación del distrito. El fiscal de San Mar­tín Edgardo Ledesma, además, le solicitó a la jueza de garantías Solange Cambet la elevación del caso a juicio oral y público. La fiscalía los sindicó como "jefes de (una) aso­ciación ilícita” (La Nación, 28/8).


El pedido de elevación a juicio consta de 200 fojas en las que se señala, entre otras cosas, que el intendente, su secretario de Go­bierno y otras ocho personas in­tegran una asociación ilícita que desvía fondos provinciales desti­nados a pavimentación hacia em­presas fantasma, y que además licita a dedo.


Estos dos “señores” ya habían estado presos en noviembre y sa­lieron bajo fianza (500.000 pesos para Cariglino y 350.000 para Harari).


La investigación comenzó en 1998, a partir de una denuncia de Pascual Rombolá contra la Cooperativa 2 de Abril, por falta de pago en los trabajos de pavimentación solventados con dinero de la provin­cia y de los vecinos. A partir de allí, la investigación del fiscal fue desen­mascarando un complejo entramado de empresas que dejan en evidencia un grupo económico único, en el que las caras visibles son el intendente Jesús Cariglino y el secretario de Gobierno Miguel Harari.


El listado de “chanchullos” de la pareja en cuestión es larguísimo. Se descubrieron cinco empresas a través de las cuales operaba esta mafia y que, por supuesto, ganaban todas las licitaciones: Emprendimientos Inmobiliarios Integrales S.A. (donde la esposa del inten­dente tiene un poder sobre el 34% de las acciones); Movimpro S A (de Miguel Harari); Unión para el De­porte SA. (Uno de sus dueños es el hermano del intendente), y El Ñe­co SA. (Propiedad de Harari y un sobrino del intendente).


Sumadas a estos hechos de gran envergadura se encuentran las investigaciones periodísticas que demuestran el manejo espurio de los planes sociales por parte de los funcionarios municipales.


En todas las elecciones, el slo­gan por el intendente es: “Carigli­no y la gente”. Hoy la consigna de los trabajadores de Malvinas Ar­gentinas debe ser: Fuera Carigliani y su gente; Asamblea Popular.


La única salida es que en el dis­trito gobierne una Asamblea Cons­tituyente soberana, elegida por el pueblo. Pongamos en pie una al­ternativa obrera y socialista en el distrito.