Políticas

31/5/2021

Carlos Caserio, el candidato derechista del PJ-kirchnerismo

Una trayectoria con denuncias de negociados, corrupción y narcotráfico.

Juan Schiaretti y Carlos Caserio (foto de archivo)

Después de intentar una lista común con Schiaretti, el gobierno nacional de los Fernández ha decidido avanzar en Córdoba con una lista propia del Frente de Todos a la cual se sumarán el kirchnerismo, el massismo, una parte importante de la burocracia sindical, fuerzas de “centroizquierda” y “progresistas”. No obstante, la diversidad de estos grupos, el centro del Frente de Todos lo ocupará una parte del PJ de Schiaretti con Carlos Caserio como principal candidato.

La persona de Caserio concentra una trayectoria derechista, de negociados, corrupción y narcotráfico; que no deja lugar a dudas el programa que defiende el Frente de Todos en Córdoba, y por lo tanto en el país. Se trata de uno de los principales dirigentes del PJ cordobés que ha tenido en el poder a la dupla De la Sota-Schiaretti por más de 20 años. Analicemos esa trayectoria.

Con Carlos Menem en el poder, Caserio se ubicó en el directorio de la Petroquímica de Río Tercero. Luego en 1998 es designado en el gabinete menemista como subsecretario de Mercado y Alimentos en la Secretaría de Agricultura. En ese despacho estaban varios funcionarios centrales en el entramado de los gobiernos de De la Sota-Schiaretti, como Marcelo Falo  (quien emitió una centena de cheques sin fondos), Jorge “Zurdo” Montoya (ligado económicamente a la patota de la Esma), Ángel Elettore, exministro de Finanzas, entre otros.

En 1999, cuando finalizaba el gobierno de Menem, Caserio pasó a ocupar el Ministerio de Obra Pública del primer gobierno de De la Sota. Desde ese lugar estratégico asignó millonarias obras a empresas de la patria contratista, especialmente a Iecsa (Macri) y Electroingeniería, la cual comenzó su recorrido por Córdoba con la construcción de 200 escuelas. De la Sota y Caserio tenían un programa privatizador, en primer lugar, de la Epec (empresa provincial de energía de Córdoba); lo cual no pudieron llevar a cabo, en parte, por la crisis. Pero lo que sí hicieron fue crear las “Agencias” sin control, como la Acif (Financiamiento), que tiene como competencia los créditos internacionales para las obras provinciales.

Con la enorme corrupción y las coimas que fue embolsando, se convirtió en millonario. Son variadas las conexiones de Caserio con los escándalos de corrupción en la provincia, como cuando sostuvo al “defensor del pueblo” Mario Decara en la megaestafa del Registro de la Propiedad. Ocupando el cargo de ministro se produjo un hecho mafioso. Caserio compró una casa en Carlos Paz valuada en 1,2 millones de dólares, lo cual es denunciado por el abogado Zeverin, a quien le balearon el auto. Cuando Luis Juez, que ocupaba el cargo de “fiscal anticorrupción” de De la Sota, le pidió explicaciones sobre su enriquecimiento, Caserio respondió: “Sabés quién soy yo? Soy el cajero”.

El secretario privado de Caserio en el Ministerio de Obra Pública era “Rodi Milani”, hermano del genocida César Milani. La familia Milani tiene su enclave en Cosquín, una de las ciudades del Departamento Punilla que controla Caserio. Esa relación se romperá con el conflicto del kirchnerismo con el campo en 2008. Milani se quedará con el gobierno nacional, y Caserio con los sojeros.

Caserio es conocido como el jefe de la Ruta 38. En la actualidad, es uno de los principales impulsores de la autovía de Punilla, una obra de Schiaretti que destruye el monte nativo y que está siendo enfrentada por las y los luchadores ambientales. Con la autovía se benefician los grandes capitalistas por varios costados, la patria contratista con el sobreprecio, los empresarios inmobiliarios y turísticos, y los sojeros con el “corredor bioceánico” para facilitar las exportaciones a China y Asia.

Alrededor de la Ruta 38 existe otro gran negociado, cuyo control se le endilga a Caserio: el narcotráfico. En 2009, Schiaretti y Caserio (en ese momento ministro de Gobierno) echaron a un funcionario que había emitido un informe que expresaba que la cocaína pasaba por las rutas cordobesas sin control alguno. Durante el 2010 trascendió que se había girado a los agentes policiales la foto de Caserio y otros ministros, para que no sean controlados en la vía pública. En 2013, estalló el “narcoescándalo” con la Policía de Córdoba que ratificó todas las denuncias que se hicieron en contra del gobierno de De la Sota, Schiaretti y Caserio.

Schiaretti fue el más macrista de todos los gobernadores. En 2015 y 2019 apoyo a Mauricio Macri y durante su gobierno le aprobó más de cien de leyes de ajuste, incluido el robo a los jubilados en diciembre de 2017. Carlos Caserio fue actor principal de ese proceso como senador nacional y como presidente del PJ de Córdoba. Recién después de las Paso de 2019, Caserio se alineará con Fernández, ante la derrota inevitable del macrismo.

No es casualidad que la candidatura principal del Frente de Todos recaiga en Caserio. Por el contrario, es la consecuencia lógica de un gobierno que tiene como orientación principal el pacto con el FMI y el ajuste. La clase obrera, el movimiento de mujeres, la juventud y el resto de los movimientos populares deben sacar las conclusiones, y apoyar a la izquierda para luchar por una salida de las y los trabajadores a la crisis.

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