Políticas

30/9/2004|870

Carmen de patagones socialismo o barbarie

La masacre escolar en Carmen de Patago­nes es la expresión más terrible de la tragedia que nuestra juven­tud sufre en forma cotidiana.


Es la manifestación de una extraordinaria precariedad existencial, psicológica.


Pero sus raíces se encuen­tran en la precariedad social, igualmente descomunal, de millones de familias trabaja­doras.


La masa de nuestros niños y adolescentes no tiene hori­zonte social.


Ni ellos ni sus padres tie­nen trabajo.


No dejan de estar por deba­jo del nivel de la pobreza, incluso cuando lo tienen.             


Sufren la disolución familiar que resulta de esta extrema disolución social.


Son perseguidos por la policía del gatillo fácil y víctimas expiatorias de todos los gobiernos.


No solamente son expúlsa­la dos de escuelas y universidades por la realidad social; también los gobiernos impulsan planes para restringir los d ingresos y arancelar la educa­ción.


Son acosados por las mafias, capitalistas y bancarias del i narcotráfico y de la droga, con la complicidad de intenden­tes, gobernadores, punteros y funcionarios de todo nivel.


Son brutalizados por los medios de comunicación que monopolizan los grandes gru­pos capitalistas.


Las iglesias no solamente los embrutecen -sino que los han convertido en víctimas privilegiadas de sus violacio­nes y perversiones.


Concentran sobre sí todas las violencias, pero son acusa­dos en forma regular, ellos por sobre todo, de encamar la vio­lencia.               


Cuando una vanguardia de ellos toma el camino de la lucha social y política contra el c capitalismo recibe el ataque furioso del capitalista, del cura, del puntero político y del Estado.


Va a parar a la cárcel -en Ezeiza, en Caleta, en Batán o en Devoto.


El Estado capitalista es consciente de su responsabili­dad.


La solicitada que hizo pu­blicar “El Gobierno nacional” se cura en salud al rechazar las “lecturas simplistas” y las “ge­neralizaciones imprudentes”.


No sea que los jóvenes va­yan a la raíz de esta tragedia y tomen el camino de la lucha anticapitalista.


Los gobiernos patronales no tienen salidas para esta tragedia.


Hace diez años, la patota bonaerense sacó una circular que establecía el espionaje po­lítico de los chicos en las es­cuelas.


Ahora, ya aparecieron los que lamentan la falta de ‘pre­vención’ policial en los cole­gios.


La respuesta estatal a la violencia es más violencia; más códigos, más penas; más condenas; más repre­sión -en especial eliminar la inimputabilidad de los me­nores.


Para este Estado la cárcel debe convertirse en regla.


Al drama de Carmen de Pa­tagones, un drama de dra­mas, respondemos con claridad.


No resignaremos el derecho a luchar contra la barbarie capitalista.


 La alternativa es: SOCIALISMO O BARBARIE