Carta abierta a Pueblo Unido
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Compañeros:
Cuando Pueblo Unido irrumpió en el escenario político provincial como un partido que impulsaba la organización combativa del pueblo, el Partido Obrero fue el único partido que colaboró estrechamente en la organización de importantes acciones de movilización popular como el acto de lanzamiento de PU, realizado en noviembre de 1996 en el Club Caja Popular, o el acto del 21 marzo de 1997, en la Plaza Independencia, donde se proclamó la candidatura de Parajón a diputado nacional. Junto a Pueblo Unido, el PO organizó, el 8 de marzo de 1997, un acto conmemorativo del Día Internacional de la Mujer y se concurrió en común al Encuentro Nacional de Mujeres realizado en San Juan; posteriormente concretamos la formación de la Coordinadora de Trabajadores Combativos que convocó a un acto Intemacionalista el 1° de Mayo en el club Al! Boys. Se intervino, además, en numerosas acciones reivindicativas de los trabajadores. Todo este proceso de organización y lucha tuvo su coronación en la realización de la Asamblea de Trabajadores realizada el 17 de agosto en el Club Belgrano donde se votó una plataforma que ofrecía una salida a los principales reclamos obreros y populares.
En todo este proceso, Pueblo Unido, especialmente Parajón, a través de declaraciones escritas o en las tribunas públicas, remarcó una y otra vez que la salida a las reivindicaciones de las masas explotadas pasaba por expropiar a la oligarquía, anular las privatizaciones, imponer impuestos a las grandes fortunas y a los beneficios de los barones del citrus, desconocer la deuda pública. En definitiva, lo que se proponía es que a la crisis la pagaran sus responsables y beneficiarios, los grandes monopolios. Se denunció una y otra vez que la Alianza y sus principales dirigentes nacionales representaban la variante prolija del modelo neoliberal, o sea que eran, junto al menemismo y al bussismo, una variante de la dominación de los monopolios en el país y en la provincia.
¿Cuál es el panorama en la actualidad?
Lo que observamos es que Pueblo Unido ha dado un viraje de 180°. Ya en su oportunidad, el Partido Obrero denunció públicamente que la digitación de los candidatos a diputados nacionales que integraron la lista junto a Parajón en las elecciones de octubre del ’97 significaba un retroceso, porque reproducía la metodología manipuladora de los partidos patronales y una de las características fundamentales de esta sociedad capitalista explotadora y opresora, que impone que el obrero tiene que ir siempre de furgón de cola, detrás del burgués o el pequeño burgués. Señalamos que esta digitación de candidaturas era contradictoria con la realización de la Asamblea de Trabajadores que se había realizado 10 días antes donde los trabajadores habían demostrado su capacidad para deliberar y votar un programa que representaba sus intereses. En Pueblo Unido, se fue imponiendo un régimen de organización en el que las decisiones democráticas de las bases y el programa han sido sustituidos por el personalismo y el caudillismo.
Ese retroceso ha tenido su correlato, luego, con el completo abandono de las posiciones políticas que se defendieron el año pasado. Se ha abandonado el planteo de expropiar a los oligarcas responsables directos de la crisis provincial y del vaciamiento del Banco Provincial. Se ha abandonado el planteo de anular las privatizaciones y el desconocimiento de la deuda pública fraudulenta. Se plantea la privatización del gasto social. Se ha abandonado el planteo de desmantelar el aparato represivo proponiendo cursos de derechos humanos para los cadetes de la – Escuela de policías. Se ha abandonado el planteo de repartir las horas de trabajo y de imponer un seguro al desocupado de 500 pesos para dar salida a los 100.000 trabajadores tucumanos que están condenados a una situación de desocupación crónica, o el salario básico de 1.200 pesos para dar salida a la miseria y congelamiento salarial que sufren los que tienen trabajo. Todo el programa de Pueblo Unido se ha reducido a proponer diversas medidas de fomento a los explotadores, grandes o pequeños, por medio de los fondos públicos, o sea a reproducir y perpetuar a los grandes oligarcas, sean éstos azucareros, citrícolas o bancarios, que han postergado en el atraso a la provincia y han hundido en la más grande miseria a las mayorías populares.
Las posiciones políticas de Pueblo Unido han virado hasta el punto que hoy no tienen ninguna diferencia sustancial con las que defienden los partidos de la Alianza. Eso es lo que explica que Fernández Meijide haya sido recibida en la sede central de Pueblo Unido, cuando antes se la desenmascaraba en los actos públicos como una defensora del modelo, o que se haya promovido acciones antibussistas con la Alianza, cuando ésta un mes antes había impulsado un juicio político trucho junto al PJ, frustrando la movilización popular, permitiendo el regreso impune de Bussi a la gobernación. Es significativo que, hasta el día de hoy, Pueblo Unido no haya fijado posición ante las elecciones presidenciales, sin delimitarse claramente de la Alianza, cuando ésta aparece cada día más menemizada, comprometida en la defensa de los intereses de los grandes pulpos internacionales que han saqueado las riquezas del país y hambreado a los trabajadores y en la impunidad de los genocidas argentinos y de Pinochet.
Si Pueblo Unido fue hasta el año pasado un canal popular y combativo por medio del cual se expresó en Tucumán la ruptura de miles de trabajadores con los partidos patronales tradicionales y la búsqueda de un rumbo político para luchar contra el FMI, el bussismo y la oligarquía, su evolución posterior ha convertido a Pueblo Unido en un callejón sin salida para los explotados.
Tucumán vive una crisis social y política sin precedentes que exige una organización enérgica de los luchadores obreros y populares, para poner fin a la dominación de la oligarquía capitalista y arrancarle el poder en beneficio de los trabajadores.
En función de todo esto, el Partido Obrero llama a Pueblo Unido a que rectifique el rumbo, y en primer lugar a que sea una asamblea de trabajadores la que determine su programa, elija sus direcciones y seleccione a sus candidatos. Llama a volver a levantar la reivindicación de la expropiación de la oligarquía y por el juicio y castigo a todos los que asesinaron a militantes populares y a ciudadanos de toda condición. Llama a Pueblo Unido a romper cualquier tratativa con la Alianza y a impulsar una alternativa política independiente de los trabajadores a nivel nacional.
Ni Duhalde ni la Alianza. Hay una salida: el frente de los trabajadores.