Carta Abierta: en defensa del ‘cripto Estado’ de Milani
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La Carta Abierta Nº 18 dice que la crisis política desatada por la muerte del fiscal Nisman ha revelado “el modo en que los ‘servicios’ se ligan con las agencias de inteligencia de los Estados Unidos y países asociados”, sin siquiera mencionar que esa ligazón fue reforzada a lo largo de la década kirchnerista. La designación del fiscal Nisman al frente de la causa Amia se hizo en estrecha conexión con las exigencias del Departamento de Estado y del sionismo. La relación entre Nisman, la Side de Stiusso, la CIA y el Mossad fue articulada por el gobierno kirchnerista. En cambio, Carta Abierta presenta a los K como víctimas, sin referencia a su propia responsabilidad en el entramado que ellos mismos prohijaron.
“Un Estado dentro del otro”
Al explicar el lugar de los servicios en la vida política del país, Carta Abierta alude a un “cripto Estado que viene de lejos”, a un “Estado dentro de otro”. Esto es falso. En ningún momento los servicios operaron por fuera de las directivas oficiales ni esas relaciones entraron en crisis cuando desapareció Jorge Julio López, o con motivo del encubrimiento de la trata de personas. La crisis irrumpió cuando los servicios no lograron parar las investigaciones sobre los fraudes patrimoniales del gobierno, y luego con la deserción política de Massa y la firma del entendimiento con Irán. Se agravó cuando quedó claro que la designación de Milani apuntaba a una purga en la Side. Carta Abierta indulta a su gobierno y, en el camino, a todos los gobiernos que juraron la indemnidad de estos servicios en el tránsito de la dictadura a la ‘democracia’. Carta Abierta, para evitar salpicaduras, elude denunciar a los que se sirvieron de los fondos de la ex Side para las coimas del Senado en los ’90, o a Mauricio Macri, que armó una red de espías con un ex Side acusado de encubrimiento en la causa Amia. La tesis de un Estado “víctima de los servicios” les sirve también para ocultar al Proyecto X, a la represión oficial y a todos los crímenes de Estado de la última década y media -incluido el gatillo fácil y las torturas en las comisarías, o los territorios liberados que sirvieron para terminar con la vida de nuestro compañero Mariano Ferreyra.
El documento reprocha a quienes “sólo ven en la disolución de la ex Side” al “cambio de un servicio de inteligencia por otro” o a “una astucia que le entregará al Ejército la vigilancia de los ciudadanos”. El espionaje ‘nacional y popular’ estaría por encima de los otros. El Ejército ha adherido muchas veces al nacionalismo para pasarse al campo contrario cuando el fracaso de ese nacionalismo ponía en crisis los intereses generales del Estado capitalista. La nueva ley trasladará el espionaje estatal a la inteligencia militar del videliano Milani. La capitulación de Carta Abierta es completa. Evoca el “Braden o Perón” para esconder a la ley antiterrorista, sancionada precisamente en función de acuerdos de seguridad con el Estado yanqui -esto en plena campaña antiiraní, que también fue una maniobra de impunidad para la conexión local.
Memorando
Para Carta Abierta, el memorando con Irán “no trataba de pactar con gobernantes sino de buscar pruebas”, aunque en consonancia “con decisiones que Estados Unidos tomó después al conjuro de sus cambiantes posiciones sobre el marco mundial”. Los ‘intelos’ llaman “conjuro” a una posición combinada con los yanquis. Ahora Timmerman busca otro ‘conjuro’ más -que los yanquis aboguen a favor del memorando ante Irán, incluso condicionando un acuerdo nuclear entre los yanquis y los ayatollas, como exige el sionismo. En ocasión de los bombardeos sionistas a Gaza, Carta Abierta se mantuvo equidistante entre el terrorismo artesanal del palestino oprimido y la masacre del refinado terrorismo de masas del sionismo. El antiimperialismo de los cartistas argentinos no supera los límites del Patio de las Palmeras de la Rosada.
Los intelectuales oficialistas denuncian una “conspiración sin pruebas” contra el kirchnerismo -o sea que solamente la intuyen pero no pueden procesarla intelectualmente. Es obvio, nadie le da un golpe a Telefónica, Soros, Chevron, Petronas o los compradores de títulos de deuda de Argentina. Por eso no reclaman la apertura de los archivos de la Side, de los otros servicios de inteligencia y de la Cancillería, siquiera en defensa del gobierno contra el golpe que solamente suponen.