Los principales referentes del gobierno nacional, la oposición patronal y la burocracia sindical y de las organizaciones sociales integradas al Estado adhirieron a una misiva sumaria dirigida al Papa Francisco a 10 años de su asunción al frente del Vaticano. La alusión a los “pueblos pobres”, el medioambiente y la paz, por parte de los ajustadores cipayos del FMI, la Otan y la megaminería contaminante no pasa de una impostura grosera.

La nota cuenta con la firma del presidente Alberto Fernández, la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, el jefe de gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta, gobernadores de varias provincias –entre ellas algunas con multinacionales petroleras y de la megaminería operando-, senadores y diputados, así como funcionarios y exfuncionarios del gobierno actual y del anterior; dirigentes de la burocracia sindical al frente de la CGT y las CTAs -Pablo Moyano, Héctor Daer, Carlos Acuña, Hugo Godoy y Hugo Yasky, entre otros-, y de las organizaciones sociales integradas al Estado, entre ellas la Utep.

En el escueto texto acordado, los firmantes destacan la supuesta obra de Francisco “a favor de la Humanidad, en particular de las personas excluidas y pueblos pobres”. Quienes suscriben el mismo no tienen reparos en disimular su responsabilidad en el empobrecimiento sistemático de millones de habitantes del país.

Quienes participaron de la nota al Papa son casi los mismos interlocutores que suscribieron y apoyan el acuerdo ruinoso con el FMI, que condena a millones de trabajadores a la pobreza y la desocupación, con crecimiento de la indigencia y liquidación de los ingresos populares, salarios y jubilaciones.

El “agradecimiento” a Francisco no es por lo obrado en materia de superación de estos males –de los cuáles estamos peor año a año- sino justamente por el papel de contención jugado por la Iglesia en la barriadas obreras, tanto bajo el gobierno de Cambiemos como el actual del Frente de Todos. Similar a lo que hace la burocracia sindical y de las organizaciones sociales con los trabajadores ocupados, precarizados y desocupados.

La mención a la “promoción de una Ecología Integral que permita escuchar el grito de la Madre Tierra y del Ser Humano frente a las situaciones destructivas que atentan contra los pueblos y la naturaleza” suena a un disparate por parte de quienes impulsan la modificación de los regímenes legales provinciales para habilitar el ingreso de la megaminería contaminante (Mendoza, Chubut) y que esgrimen los beneficios de la minería a cielo abierto y la explotación de recursos naturales en Jujuy, Catamarca, Salta, Santa Cruz, etc.

Son los mismos sectores que impulsan la instalación de las petroleras multinacionales en la plataforma del Mar Argentino, todo para que ingresen los dólares necesarios para pagarle al FMI.

A su vez, los mismos que destacan el “tenaz trabajo por la paz, la justicia y el desarrollo humano integral en todo el mundo” son quienes subordinan la política nacional a los intereses de la Otan en todo el mundo y ahora en la guerra en Ucrania para extender el dominio imperialista por todo el planeta.

Al enviar una nota con este contenido, los políticos capitalistas delatan que los unen intereses profundos y políticas de fondo a pesar de sus fricciones, pendencias y pujas políticas. Su destinatario, a su vez, es la otra cara de la misma moneda del ajuste, que busca evitar que el descontento social y popular se manifieste de una fuerza transformadora e independiente, que barra con los responsables del hambre y la miseria.

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